Análisis de Hardspace Shipbreaker. El juego que me ha conquistado en 2022 me ha hecho experto en desguazar chatarra

Análisis de Hardspace Shipbreaker. El juego que me ha conquistado en 2022 me ha hecho experto en desguazar chatarra
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No son pocos los videojuegos que nos dan libertad para construir cualquier locura que se nos pase por la cabeza pero... ¿y si cambiamos la perspectiva? ¿Y si en lugar de crear te dedicas a destruir? Esta es la premisa de Hardspace Shipbreaker, un videojuego que nos pone en la piel de un un trabajador que se dedica a desguazar gigantescas naves espaciales. Y ya os adelantamos que en este análisis vamos a hablar de uno de los mejores y más originales juegos que se han estrenado en 2022.

Seguro que muchos habéis intentado construir infinidad de naves conocidas de la ciencia ficción en juegos como Space Engineers o incluso en Minecraft -aunque en este no sean funcionales-, pero a la hora de desguazarlas para aprovechar sus materiales no creo que consideraseis si era lo más prudente quitar primero la fuente de energía a los cables para evitar electrocutaros, o aseguraros de que la presión era la misma tanto en el habitáculo del vehículo como en el exterior para prevenir una descompresión explosiva que pueda mataros. ¿A que no? Pues eso es exactamente lo que nos propone Hardspace Shipbreaker, un juego desarrollado por BlackBird Studios -desarrolladora compuesta de varios ex de Relic Entertainment y autores entre otros de la saga Homeworld- que nos pone en la piel de un desguazador de naves que trabaja para la corporación Lynx con el objetivo de saldar la astronómica deuda que supone entrar a trabajar para ellos y que permite mantener a nuestros seres queridos en la Tierra a costa -literalmente- de nuestra vida.

Los más veteranos y cinéfilos recordarán la última película de animación que dirigió Don Bluth, Titan A.E., en la que tras su introducción vemos cómo el protagonista, Kale, está condenado a vivir como un ciudadano de segunda clase desguazando naves para ganarse la vida. En esencia, el planteamiento de Hardspace: Shipbreaker es el mismo, y de hecho los pocos segundos que vemos en esa escena del film del ex dibujante de Disney podrían representar perfectamente la premisa del juego, aunque ni de lejos es tan simple, y este juego de ''deconstrucción'' se construye con la siguiente historia. En el siglo XXIV la humanidad se ha expandido a las estrellas y grandes megacorporaciones han sustituido a los gobiernos como los principales poderes para gestionar el bienestar y el desarrollo de nuestra especie. En este contexto, la mayor parte de la población dedica su vida de una forma u otra al "trabajo duro" que ofrecen estas megacorporaciones para poder seguir adelante. Una de estas empresas es Lynx, la principal responsable del desarrollo del viaje interestelar.

Nosotros, como un trabajador más de entre billones, tenemos una familia que atender y somos aceptados en el programa de desguace de la empresa. A cambio de manutención para nuestros seres queridos somos enviados al espacio a uno de los muchos puestos de desmantelamiento que tiene la empresa.

La antítesis de los videojuegos de construcción

Aquí desarrollaremos nuestra profesión, y para asegurarse de que cumplimos con nuestras cuotas, Lynx emplea un sistema que ''garantiza'' la eficiencia de sus trabajadores: la muerte y clonación. Nada más llegar a nuestro nuevo puesto de trabajo somos "replicados" a costa de nuestro cuerpo original. El proposito de Lynx es que así amorticemos nuestra capacidad de trabajo y aprendamos cosas en el caso de morir durante el desempeño de nuestra tarea. ¿Y dónde está la pega? En que para saldar nuestra deuda y poder tener ganancias para nosotros y recuperar nuestra libertad financiera debemos abonar con nuestro trabajo la cantidad de más de 1.200 millones de créditos. Como desguazadores de naves será nuestra responsabilidad el desmantelar las naves que Lynx tenga en su lista de pedidos y reutilizar cuantos más materiales mejor. Tendremos que pagarnos las mejoras de las herramientas, oxígeno y combustible y morir lo menos posible para no incrementar más lo que ya debemos.

A grandes rasgos este es el planteamiento principal del juego, el cual tiene algunas subtramas o detalles adicionales en forma de conversaciones con nuestros compañeros de fatiga por la radio o gracias a correos electrónicos que recibimos, entre otros, del sindicato (ilegal) de trabajadores, o archivos que podemos recuperar de las distintas naves que desguacemos. En este punto, lo que más me ha llamado la atención es lo bien construidos e interpretados que están los personajes que, además, son los que nos dan pinceladas sobre la historia de Lynx y sobre el trato casi de esclavos que reciben. Me ha gustado mucho también el hecho de que haya personajes menos escrupulosos que nos controlan, y se dejan entrever ciertas tramas que indican lo turbio de este negocio. No es algo que caiga en el argumento moralista, sino que pone de relieve una triste realidad: que la profesión de desguazador es muy peligrosa y puede ser muy esclava. Pero a pesar de este planteamiento apesadumbrado, lo que nos ofrece el juego es una jugabilidad bastante original y más prestada al puzle, el desafío y la exploración minuciosa de lo que inicialmente pueda parecer.

El juego que me ha conquistado en 2022 me ha hecho experto en desguazar chatarra

A la hora de jugar, Shipbreakers es un juego en el que tenemos que saber economizar muy bien nuestro tiempo y recursos y cumplir las cuotas en turnos de 15 minutos, los cuales le cuestan dinero a la empresa, y por ende a nosotros. Inicialmente puede parecer bastante tiempo, pero cuando empezamos a cortar y desmontar nuestras primeras chatarras vemos que no es tan fácil. Hay que comprobar qué materiales pueden ir al horno, al reciclador o la barcaza de reaprovechamiento, y mientras nos desplazamos por el vacío de la plataforma gastamos combustible y oxígeno. Sin contar consumibles para nuestra herramienta de gancho o durabilidad de nuestro visor que nos permite identificar puntos de corte, conductos de combustible activos, reactores, zonas presurizadas etc. El objetivo es cumplir con el desguace y aprovechamiento de las piezas y componentes de la nave de la manera más eficiente y rápida para que al acabar el turno no se nos haga mayor la deuda.

La profesión de desguazador es muy peligrosa y puede ser muy esclava

Conseguir que nuestro balance acabe en positivo ya es todo un logro al ser muchos los factores que nos impiden trabajar rápido. Cada nave tiene su propia disposición interna de componentes, y la forma en que que cortemos, desconectemos o saquemos piezas de ella igual funciona para una, pero si hacemos lo mismo en otra, a lo peor acabamos muertos (engrosando aún más nuestra deuda al tener que clonarnos otra vez). Esto hace que pese a que haya un número finito de modelos a desguazar, debemos estudiar muy bien cómo hacerlo. Ir a lo loco con el cortador o abriendo puertas sin igualar presiones puede provocar incendios, sobrecargas o descompresiones que destruyan -que no desguacen- componentes muy valiosos, amén de que podrían empujarnos a nosotros a uno de los hornos o recicladores, romper nuestro casco o abrasarnos por culpa del fuego que hemos prendido al cortar una tubería de combustible aún conectada. O simplemente asfixiarnos por falta de oxígeno o acabar a la deriva en el espacio al quedarnos sin combustible si descuidamos los tiempos.

Pero es esa complejidad en la planificación y ejecución de nuestro trabajo lo que lo hace tan adictivo. Adicionalmente, en cada nave que empecemos a desguazar pueden haber piezas que se consideran basura pero que les podemos encontrar uso, ya sea para decorar el habitáculo que tenemos para descansar y recibir correos, o para utilizar como recambios en una nave que queremos construir cuando saldemos la deuda con la empresa. También podemos encontrar archivos de datos que deberemos restaurar para conocer mejor la historia del juego. El único problema de estas mecánicas es que son excesivamente aleatorias y puedes trabajar en varias naves sin encontrar nada nuevo o aprovechable.

El juego que me ha conquistado en 2022 me ha hecho experto en desguazar chatarra

Conseguir que nuestro balance acabe en positivo ya es todo un logro

El dinero que debemos además no es nuestra única preocupación, ya que a medida que completamos encargos iremos recibiendo ''tokens'' de la empresa que nos darán acceso a un mayor catálogo de naves a desguazar, mejoras de nuestro equipo para no tener que gastar tanto en reponer recursos, versiones mejoradas del cortador o el gancho para llevar objetos de más masa y valor y otras ventajas. Y serán imprescindibles ya que las naves más grandes a las que podemos tener acceso -y a la par las más lucrativas- requieren de material especializado, aunque los peligros y riesgos que entrañan desguazarlas son mayores y requieren de más turnos.

Aunque no sea imprescindible aprovechar el 100% de la nave, es importante ya que el dinero es en esencia lo que nos permite comprar esas mejoras y algunas nuevas herramientas (mis preferidas son las cargas de demolición). Pero la auténtica genialidad del juego está en cómo consigue replicar los peligros de la monotonía en el trabajo. En mis 30 horas de juego he muerto varias veces más por exceso de confianza que por cometer errores de novato. El estar haciendo cortes, sacando materiales reutilizables o desconectando reactores una y otra vez hace que a veces pongamos el ''piloto automático'' y al rato cometamos un error que destruya un componente muy valioso que ya no saldará parte de nuestra deuda, o que directamente nos mate. Un peligro al que se exponen también, y aquí está el mensaje del juego, todas aquellas personas que alguna vez se han dedicado a este peligroso negocio en la vida real, salvando las distancias de no hacerlo en el espacio claro.

El juego que me ha conquistado en 2022 me ha hecho experto en desguazar chatarra

Una vez completada la campaña, existe la posibilidad de jugar en un modo libre sin historia en el que probarnos a nosotros mismos para saber cuánto podemos tardar en desguazar determinada nave con opción "multijugador" pero es básicamente una partida normal en la que competimos con otros para ver quién trabaja más rápido y mejor a lo largo de varios turnos. Por desgracia, no hay mucho más pasados estos puntos en cuanto a lo que el juego puede ofrecer, pero es la experiencia y la trama lo que lo hacen tan atractivo, y la aleatoriedad en la disposición interna de las naves puede hacer que queramos volver al poco tiempo para probar nuestra capacidad y eficiencia a la hora de desmontar naves. También existen varios modos de dificultad: uno llamado turno abierto sin restricciones de tiempo o recursos; el básico o ''modo normal'' con resurrecciones infinitas pero tiempo y recursos finitos; el ''Limitado'' con sólo 20 resurrecciones, y el ''Sin Resurecciones'', o sea "hombre de hierro" con una sola vida.

La complejidad en la planificación y ejecución de nuestro trabajo es lo que lo hace tan adictivo

En cuanto a su apartado técnico, BlackBird Studios ha hecho un gran trabajo replicando lo mejor posible las condiciones de trabajo en gravedad cero. El escenario en el que trabajamos, aunque sea siempre el mismo, ayuda a la sensación de inmersión. Destacar los efectos de luz o el uso de las refracciones que podemos ver mientras trabajamos en las naves, o el diseño de estas, que muchos reconocerán como derivados o inspirados en algunas unidades de los dos primeros Homeworlds pese a tener lugar en otro tiempo y universo. Sobre su estabilidad, puede que a veces os dé algún tirón, pero se deja jugar y es estable, con lo cual, han sabido optimizarlo y actualizarlo bien hasta su salida oficial, con unos requisitos mayormente modestos que hacen que esté al alcance de casi cualquier usuario que quiera probar este curioso título que además, se vende a precio reducido.

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Hardspace: Shipbreaker

Por: El equipo de 3DJuegos
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Hardspace Shipbreakers es uno de los juegos más originales de los últimos años. Blackbird Studios ha sabido crear un juego pequeño pero muy bien pensado que nos pone en la piel de una de las profesiones más peligrosas, la de desguazador. Tiene variedad por los desafíos que presentan las naves , y una historia que sin ser digna de un Oscar ofrece una buena crítica a las condiciones de trabajo de aquellos que se juegan la vida en este tipo de trabajo. Todo ello en una ambientación muy bien lograda y que hace que realmente nos sintamos un obrero más del desguace al tiempo que nos divertimos experimentando con las distintas formas de ''deconstruir'' naves estelares.

5 Cosas que debes saber:
  • El concepto de desguace es tan divertido y adictivo como su opuesto en otros juegos
  • La sensación de inmersión está muy bien lograda y realmente sentimos la presión del trabajo
  • Cada desguace es distinto por la aleatoriedad de la configuración de las naves
  • Una historia algo simple pero con sus misterios y un importante mensaje
  • A la larga puede ser algo repetitivo pero la experiencia merece la pena y goza de rejugabilidad
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 20-25 Horas (Campaña)
Ver requisitos del sistema
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