Me encantan los juegos en que comienzas con la acción desde el primer minuto. Coges el mando, ves alguna pantalla de introducción rapidita y comienzas a dar golpes sin pensar demasiado. Si esto viene acompañado de algo de humor, un apartado audiovisual cuidado y una jugabilidad adictiva, pues mejor que mejor. Y eso es un poco lo que me ha pasado con Have a Nice Death, un divertido roguelike en que nos ponemos en el lugar de la mismísima Muerte, aunque en este caso un tanto "quemada" por cierta sobrecarga de trabajo durante los últimos meses.
Sí, hasta la Muerte puede agobiarse, y en este juego lo paga con los empleados de Death Incorporated, a los cuales vas conociendo a medida que recorres sus distintas plantas y repartes dolor con tu guadaña. Y lo mejor es que es de lo más satisfactorio. De hecho, te diría que el 99% de las razones por las que lo he seguido jugando tienen que ver con lo satisfactorio que es golpear a los enemigos. El otro 1% tiene que ver con lo desternillante del planteamiento, la sensación de progresión y los jefes finales. No todo es bueno, y luego te diré por qué, pero por lo pronto quédate con la idea de que sus cerca de 8-10 horas de juego son suficientes como para hacerte pasar un rato entretenido.
Un roguelike con una acción combativa de muerte
Lo más satisfactorio de Have a Nice Death son sus combates hack 'n slash en que una vorágine de efectos visuales acaban impregnando la pantalla. Presenta los clásicos combos en que equipas dos armas, una más versátil y otra más lenta pero poderosa. Y funciona. Mucho. Además, el elenco armamentístico es elevado, con lo cual es difícil que una partida sea igual a la anterior. Sí, no te lo he dicho, pero como estamos ante un roguelike, es evidente que esto va mucho de morir (bueno, si es que la Muerte puede morir), y de repetir partida para llegar cada vez un poquito más lejos.
Para mí lo mejor de tener esta dinámica basada en intentos es que me he sentido animado a probar la tonelada de armas y habilidades disponibles. Hay cantidad. Lo que ocurre es que la jugabilidad está un tanto desbalanceada, con artefactos demasiado efectivos, y otros que no valen mucho la pena. Al final, te acabas enamorando de alguna combinación en particular, y eso está bien, pero lo suyo es que existiera un poco más de equilibrio. Esto va también por el diseño de niveles. Es procedural, cambia cada vez que juegas, pero el recorrido es insustancial y poco laberíntico, sin que pueda considerarse metroidvania.
Al final, estás dando golpes y saltando para llegar lo más rápido posible a la salida de cada nivel. La razón es que no hay muchos alicientes para explorarlos al 100%, más allá de ir recolectando las almas de los enemigos caídos. Y es una pena. Básicamente es un juego con unos controles geniales, de respuesta muy satisfactoria, pero el diseño de juego es bastante genérico, con enemigos que es fácil despachar si eres el primero que golpea. Tienes la esquiva y un montón de estados (como la mejora temporal de defensa o ataque), pero no hay mucha estrategia.
Todo cambia en los jefes finales, realmente elaborados, con pautas que cuesta aprender en un primer enfrentamiento (en el cual probablemente te maten). Por ello, el juego puede penalizar bastante, ya que la muerte supone volver al principio. A medida que subes de nivel, se activan algunos atajos para que la frustración no se apodere de las partidas, pero el ajuste no es absolutamente preciso. Con esto no quiero desanimarte, pero sí dejarte claro que -conforme pasan las horas- la sensación de repetición puede volverse algo acusada.
He de reconocer que tiene identidad propia, lo cual en estos días no es sencillo de encontrar
Son estos factores (deficiente diseño de niveles, desajustado equilibrio y algo de monotonía) los que alejan a este exponente de los roguelike de juegos similares como Dead Cells o Hades. Está un escalón por debajo, pero también he de reconocer que tiene identidad propia, lo cual en estos días no es sencillo de encontrar. Su premisa de manejar a una Parca en un guion tan desenfadado (con conversaciones a veces delirantes) es toda una delicia. Así que si te dejas atrapar por eso y su magnífica ambientación audiovisual, podrías disfrutarlo bastante.
Yo de momento he dejado de jugarlo tras darle unas pocas horas, pero lo cierto es que me siento tentado a retomarlo en el momento en que deje de escribir este artículo. Algo tiene, y lo mejor es que lo pruebes para comprobarlo. Y si te lo preguntas, sí, es difícil, aunque puedes optar por un modo fácil por si las cosas se ponen muy cuesta arriba Lo tienes disponible para PC en la plataforma Steam, que es donde lo he probado y con muy buenos resultados de optimización (sin tener un equipo a la última), pero también está disponible en Nintendo Switch.
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