Análisis de Kentucky Route Zero TV Edition. El videojuego se hace Arte

Análisis de Kentucky Route Zero TV Edition. El videojuego se hace Arte
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Tras una campaña discreta en Kickstarter y un lanzamiento episódico escalonado a lo largo de siete años, llega por fin el último capítulo de Kentucky Route Zero y con él su TV Edition que nos permite disfrutar al completo de uno de los desarrollos indies más relevantes de la generación.

No voy a andarme con rodeos: probablemente, el análisis de Kentucky Route Zero: TV Edition es uno de los más complicados a los que me he enfrentado nunca. En este texto queda atrás el método que muchos analistas utilizamos para esquematizar y dar forma a nuestros textos de modo coherente, tratando de explicar de una manera detallada los pormenores de un videojuego, así como nuestras valoraciones. Lo cierto es que el primer punto donde tengo un conflicto a la hora de hablar de este título es el de si realmente me he enfrentado a un videojuego, y esto no lo digo porque sí. La sensación que me ha quedado después de "jugar" ha sido más parecida al desasosiego que experimentas cuando estás delante de una obra de arte, el rugir de las preguntas que te haces sobre la misma, el intento a veces vano de introducirte en la mente del autor y descubrir qué te está queriendo transmitir con su obra... esa es la mella que hace Kentucky Route Zero en el jugador. Si has ido alguna vez al museo Guggenheim en Bilbao o al MOMA en Nueva York seguro que eres capaz de imaginar a qué me refiero. Cuando te enfrentas a este título esa es exactamente la sensación que transmite. Sientes que estás más frente a una obra de arte que podría estar expuesta en uno de estos abarrotados recintos que ante un videojuego en el sentido estricto de la palabra.

Kentucky Route Zero presenta al usuario una experiencia única en su género, introspectiva, cautivadora, desafiante y en algunos momentos perturbadora. Como digo es Arte, con "A" mayúscula, la perfecta representación de que el videojuego puede ser un medio no solo para el entretenimiento o la narración, sino también para la crítica, la subjetividad y la reflexión. Esto no es algo que el juego consiga solo a través de la belleza más estrictamente visual, de hecho, en ocasiones renuncia explícitamente a ella. Realmente lo logra a través de una narrativa tan compleja como libre y sincera con el jugador.

Si tuviera que enmarcar el título publicado este pasado 28 de enero por Annapurna Interactive dentro de un género específico diría que estamos ante una aventura conversacional que vira por momentos hacia la narrativa y en otros a la más puramente gráfica, pero no puedo. Creo que no existe un género que pueda enmarcar a este juego sin encasillarlo o desvirtuar lo que realmente ofrece.


Una aventura única

Ambientado como su propio nombre indica en el estado de Kentucky, el título nos presenta a lo largo de sus cinco actos un reparto coral. Comienzas tu viaje con Conway, un conductor de camión que tiene que hacer una entrega en la Avenida Dogwood, pero que, por alguna razón, no encuentra su camino. Al llegar a una gasolinera, preguntamos al dueño de esta por el camino que tenemos que seguir. Este nos indica que debemos de ir por la ruta Zero y es, en ese mismo momento, cuando te das cuenta de que no te enfrentas a la realidad en el sentido más estricto de la palabra: la ruta Zero no existe en el mapa de carreteras de los Estados Unidos. Esta será la primera ola de un maremoto de surrealismo que te va a acompañar durante toda la experiencia.

El videojuego se hace Arte


No existe un género que pueda enmarcar a este juego sin encasillarlo o desvirtuar lo que realmente ofrece

Realmente habrá quien pueda ver a Kentucky Route Zero más como un libro interactivo antes que cualquier otra cosa, y no solamente por la gran cantidad de texto que hay que leer, siendo la palabra escrita el medio de preferencia del juego para contarte casi todo lo que tiene relevancia en él. Cómo decía hace algunas líneas, el título renuncia frecuentemente a mostrarte hechos de peso a través del lenguaje más común del videojuego, la imagen. El trabajo de Cardboard Computer se atreve a sumergirte de lleno en descripciones profundas y detalladas. Como si de un juego de rol de tablero se tratara, tú tomarás las decisiones, pero las imágenes van a quedar reservadas a ese espacio donde tu mente da forma a la desbordante imaginación del juego.

No te asustes, esto no es una pantalla en negro repleta de palabras al estilo de las aventuras conversacionales de los primeros ordenadores de mesa (aunque no faltará su debida referencia). Repito: estamos ante una obra de arte que no desea ponerse límites. Así pues, en ocasiones recurrirá al uso de la imagen o de los sonidos en pantalla para cautivarte, otras veces te sumergirá de lleno en mitad de una performance o será capaz de seducirte por medio algunas actuaciones musicales. Kentucky Route Zero es un comensal hambriento en un buffet repleto, no se priva de tomar lo que necesita de las distintas disciplinas artísticas para lograr su objetivo, que no es otro que el de "hipnotizarte" e invitarte asumir el papel de los distintos personajes que se van a ir uniendo a nuestro grupo a lo largo del recorrido.

El videojuego se hace Arte


La gasolinera Equus Oils será un lugar recurrente durante nuestra aventura.
La gasolinera Equus Oils será un lugar recurrente durante nuestra aventura.


Durante este trayecto por la ruta Zero conoces a músicos, una técnica de televisiones, artistas, programadores informáticos, burócratas, un niño y hasta un águila. Cada uno de ellos se presenta de forma abierta, porque no existe una opción de diálogo correcta, no hay un camino bueno, no existen más vallas que las limitaciones que presentan las líneas de diálogo que se te permiten escoger. Esto es algo novedoso y no por su fórmula, sino por su resultado. El juego consigue un desarrollo de sus protagonistas profundo, conectas con ellos, enlazas sus historias, construyes un guion… y todo lo logra dándote la libertad para elegir qué quieres decir en cada momento, quién quieres que sean estos personajes. Obviamente, como he mencionado, las líneas de diálogo son la limitación, pero el título está tan bien escrito que consigue llegar a su final y su propósito sin importarle demasiado si has elegido esta o aquella opción consiguiendo que, de todas formas, quedes satisfecho y te adentres en esta representación del realismo mágico.

Las obras de García Márquez en la literatura, What Remains of Edith Finch en el videojuego o el cine de José Luis Cuerda y David Lynch son referencias que puedes tomar para entender de forma más o menos rápida lo que Kentucky Route Zero pone en pantalla. En un mundo aparentemente real, existen elementos que para nada lo son, y, sin embargo, son aceptados como válidos por los personajes y por ende por el jugador. Al principio te extrañas, después lo normalizas y al final lo disfrutas. Para darle un sentido a todo esto, el título se estructura en actos y escenas como si de una obra de teatro se tratara. Al final de cada acto, en esta TV Edition, contamos con una serie de interludios que introducen lo que está por venir y que son, en algunas ocasiones, los momentos más variados y reveladores del juego. Lo cierto es que la narración en Kentucky Route Zero es críptica, exigente incluso, espesa por momentos, irrelevante en ocasiones y trascendental en otras. En definitiva, no estamos ante un juego para todo el mundo, es un título que ha de ser jugado con calma e interés por parte del jugador con ánimo de hacer un ejercicio de comprensión y reflexión de sus distintas temáticas como son: el alcoholismo, la muerte, el abandono, el futuro, la depresión económica, los lazos familiares, el desarraigo, el arte posmoderno… en definitiva, la vida.

Un águila llamada Julian.
Un águila llamada Julian.

Tú eliges

Estos temas se exponen de forma cruzada a lo largo de todo su desarrollo y, en ese ejercicio de construcción de una historia por nuestra parte, al final, de forma más o menos consciente, ahondarás en aquellos que más te toquen personalmente o te interesen. Ahí es donde radica su éxito, dejar que sea el jugador quien determine el "qué" preocupándose el juego únicamente por el "cómo". Y en ese "cómo", además de todo lo ya mencionado, existen diversas mecánicas jugables que te llevan a conducir por carreteras minimalistas hechas con gráficos vectoriales dónde la única guía son las indicaciones certeras que te van dando, o a salirte de la historia principal e investigar un conjunto de cuevas a través de las cuales tienes que guiarte por medio de representaciones visuales básicas como el dibujo de una pluma o una botella. Fórmulas abstractas en su forma, pero directas y sencillas en su contenido y capaces de ser asimiladas por el jugador en poco tiempo.

No existe una opción de diálogo correcta.
No existe una opción de diálogo correcta.


En otros actos el juego se torna más cerrado dejándote elegir únicamente qué quieres hacer en cada momento, teniendo esto como resultado escenas completamente distintas en pantalla, pero realmente no existe una complicación o un puzle que te haga entrar en conflicto con lo que el juego te cuenta, solo hay un propósito: seguir hacia adelante. En ningún momento me he quedado atrancado, más allá de un pequeño bug en su versión de Switch que no te deja avanzar en el cuarto acto si eliges bajar del barco con el personaje de Shannon en el centro Radavansky, algo que, si bien fue un incordio, me obligó a repetir el acto desde su comienzo. La verdad es que me sirvió para descubrir la versatilidad del juego y lo amplia que es su rejugabilidad en muchos aspectos.

El uso de la música nos trasporta a algunos de los momentos más mágicos del juego.
El uso de la música nos trasporta a algunos de los momentos más mágicos del juego.


Kentucky Route Zero: TV Edition apuesta por un estilo low-poly 2D en pantalla que encaja perfectamente con su discurso, lo suficientemente cuidado para ponerte en situación, insuficiente para desviar tu atención del texto en pantalla, preciosista cuando quiere, efectista cuando debe. Probablemente una elección obligada para un equipo compuesto por tan solo tres personas que no están ligadas al cien por cien al desarrollo de videojuegos, pero al que han sabido sacarle todo el partido posible y que luce de maravilla en Nintendo Switch en modo portátil, aunque es en la pantalla de la televisión donde se le saca mayor partido. En esta versión se ha incorporado a los controles a través de los Joy-Con la posibilidad de utilizar la pantalla táctil, lo que hace que su interfaz sencilla y minimalista salga aún más beneficiada de un modo de juego al "estilo tablet" que da al título un aire de point and click clásico.

Sin voces, el juego llega con una traducción de sus textos al castellano muy trabajada en la que no se observan errores de ningún tipo, no existen fallos palpables de traducción. Esto es algo llamativo teniendo en cuenta que los temas que se tratan no son muchas veces de andar por casa, y, sobre todo, que estamos ante una enorme cantidad de líneas de texto. El uso de la música está reservado a momentos puntuales del juego que quedarán como hitos dentro de la historia que se nos cuenta, dejando el silencio y el sonido ambiente como el ruido de un motor, el ulular de los búhos o la lluvia repiqueteando sobre el tejado como acompañantes durante el resto título.

El videojuego se hace Arte


Kentucky Route Zero: TV Edition puede parecer una propuesta corta, sin embargo, su duración se alarga de las 8 a las 10 horas en función de tus elecciones o del tiempo que te tomes en explorar sus escenarios y carreteras secundarias. Además, puedes elegir el orden en el que jugar los capítulos. Opción válida aunque desaconsejable en la primera partida. También puedes modificar el tamaño de la fuente, algo imprescindible en este tipo de juegos. Por último, he de mencionar que el juego posee un "modo multijugador" que, según él mismo, consiste en una actividad similar a las actuaciones en vivo de algunos museos y espacios culturales: jugar hasta que encuentres algo que te recuerde a alguien más en la habitación y pasar el mando a esa persona sin dar explicaciones. Toda una declaración de intenciones.

Excelente

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El videojuego se hace Arte

Kentucky Route Zero: TV Edition

Por: El equipo de 3DJuegos
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Kentucky Route Zero es la demostración de que el panorama indie tiene todavía sorpresas para nosotros. Pura expresión artística desde su comienzo a su fin, es un título profundo en sus temáticas que satisfará a los usuarios más exigentes e interesados en las distintas vertientes que persigue la nueva narrativa en los videojuegos. Sin embargo, puede perder a otros y tiene algunos momentos en los que su historia puede resultar demasiado confusa si no se sigue con atención. No obstante, estamos ante una obra revolucionaria y atrevida a la que no deberías de dejar de darle una oportunidad.

  • Puro arte de principio a fin.
  • La construcción de los personajes, completa e innovadora.
  • Completamente en castellano.
  • Puede resultar algo espeso en ocasiones.
  • La versión de Switch presenta un único pero molesto bug.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración:
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