Fue el peor primer día de trabajo de mi vida y también el más divertido que voy a tener nunca. En una semana tan ajetreada para el mundo de los videojuegos como lo fue la pasada, apenas he podido sacar dos o tres horas para jugar a Lethal Company. Sin embargo, fueron más que suficientes para que me llevase una cura de humildad muy necesaria. No os voy mentir, pensaba que era un juego para streamers y poco más. Lo que descubrí probándolo es que yo, que intento defender que deberíamos ser prudentes a la hora de valorar cualquier videojuego, también tengo algunos prejuicios y cargo con esas pequeñas dosis de hipocresía que todos compartimos.
Lethal Company es pequeño y, al mismo tiempo, mucho más de lo que parece
Lo primero que me sorprendió de Lethal Company es que empezar a jugar es tremendamente complicado y absurdamente divertido. Eres el nuevo trabajador de una compañía que se dedica a recoger chatarra en los planetas más peligrosos del espacio exterior. Apareces en una nave y te sorprende una voz en inglés que te da la bienvenida a tu nuevo empleo. No tardarás mucho en descubrir que entre las políticas de la empresa no está la de hacer cursos de riesgos laborales. El juego te lanza a un mundo extremadamente peligroso sin darte un solo consejo.
El bucle jugable consiste en completar los objetivos de beneficios marcados por la empresa
Aunque ha terminado volviéndose extremadamente popular, Lethal Company parece estar pensado para gente que llega sin saber absolutamente nada. Se trata de un juego cruel que, en sus primeros minutos, juega con las expectativas de los novatos. Castiga mucho la imprudencia para avisarte de que muchas cosas no son lo que parecen. La dinámica, eso sí, es bastante sencilla: tenemos tres días de juego para acumular chatarra y venderla con el objetivo de cubrir un cupo de beneficios impuesto por la empresa. El bucle se repite indefinidamente –cada vez con más exigencias– hasta que no lo consigamos y seamos despedidos de una forma particularmente graciosa que, la verdad, no os voy a contar porque me gustó mucho descubrirla por mí mismo.
El apartado artístico de Lethal Company puede resultar poco atractivo en primera instancia, pero funciona muy bien cuando estamos jugando.
Mi primera partida de Lethal Company comenzó como empiezan todas las partidas. Bajé de la nave en un lugar desconocido para explorar y recoger chatarra. Tuve bastante suerte porque la situación era bastante pacífica y el clima acompañaba. Sin embargo, la sensación de tensión se multiplicó cuando entré en la base que debía 'lootear'. Lo que más me sorprendió, porque es un error muy común, es que el terror está muy bien llevado. El miedo se genera gracias a la atmósfera del juego y sin tirar de sustos puntuales. Siempre hay pistas de que, además de nosotros y nuestros compañeros de incursión, hay invitados a los que preferirías mantener a cierta distancia.
Aunque hacer las cosas bien es divertido, Lethal Company es brillante cuando algo sale mal
Caminar por los pasillos buscando algo que vender mientras escuchas pasos en la planta de arriba es desagradable, sobre todo porque sabes que llegará el momento en el que tengas que subir a recoger cosas justo donde está el monstruo. Esta situación, sumada a las mecánicas de comunicación que nos obligan a hablar con nuestros amigos a través del chat de proximidad o el uso de 'walkie-talkies', genera una sensación muy interesante. Curiosamente, lo más divertido pasa cuando cometemos un error. Estás explorando con un amigo, de repente te despistas y te das cuenta de que has perdido totalmente la orientación y de que ya no hay nadie acompañándote. Quizá ya ni siquiera te responde a través del intercomunicador porque ha muerto de forma miserable. Ahí es cuando todo da verdadero miedo.
Uno de los pocos "tutoriales" de Lethal Company es este manual de servicio que encontramos al comienzo de la partida.
Si reducimos Lethal Company a su bucle jugable y olvidamos el hecho de que no hay disparos, el juego es una mezcla de 'roguelike' y 'shooter de extracción'. Nuestra tarea es cumplir una misión infinita siendo el único incentivo para seguir jugando el afán de superarnos a nosotros mismos. Sin embargo y al menos para mí, esta es una propuesta tremendamente atractiva. Lo cierto es que son dos de mis géneros favoritos y creo que el desarrollador –que viene de crear juegos en Roblox y lleva ya bastantes éxitos en Steam– ha estado brillante a la hora de gestionar combinar las mecánicas de riesgo y recompensa con una curva de aprendizaje muy larga. Tenemos que tomar decisiones, al principio sin la información suficiente, y poner a prueba todo lo aprendido en cada nueva 'run'.
La gestión del inventario es fundamental y obliga a jugar siempre en equipo
Quizá donde me quiero parar más es en la idea del riesgo y la recompensa. Hay varios planetas, agrupados en función al nivel de peligro, con un loot de mayor valor cuanto más amenazante sea su entorno. En ese sentido, los jugadores debemos tomar muchísimas decisiones. A dónde ir, cuantas incursiones hacer, cómo gestionar el tiempo, o cuál será el protocolo de actuación si un compañero muere. Planes bastante detallados que se irán al traste una vez tras otra entre los que destaca el del inventario. Solo tenemos cuatro espacios para ítems. Ir equipado con una linterna y un 'walkie' es casi imprescindible y reduce a la mitad nuestra capacidad de cargar loot. En este sentido, debemos confiar en nuestros compañeros para gestionar esta falta de espacio. ¿Os acordáis del ejemplo qué puse sobre un jugador perdiéndose por el mapa? Ahora imaginaos que sois vosotros y que ni siquiera tenéis una linterna.
Desde la nave tenemos monitores y podemos dar indicaciones a nuestros compañeros. Es un rol que no pude probar aún, pero que parece muy interesante.
No le descubro el fuego a nadie diciendo que Lethal Company es un buen juego, pero quizá esto os ayude a eliminar prejuicios si pensabais como yo. Por supuesto que no es perfecto. Aunque entiendo su naturaleza cooperativa me hubiera gustado tener una forma de disfrutar de la experiencia cuando ya no tenía amigos con los que jugar, porque creo que incluso así sería disfrutable. También me he encontrado algún que otro bug y la curva de aprendizaje no va a convencer a los usuarios con más tendencia a la frustración. Pese a todo, creo que es un riesgo que merece la pena. Sobre todo si tenemos en cuenta que aún está en Acceso Anticipado y que más funciones irán llegando en los próximos meses.
No tenía muchas expectativas ni sabía nada de él, pero ahora entiendo por qué Lethal Company se ha convertido en un fenómeno. Perfecto para una experiencia multijugador, cuenta con un 98% de reseñas positivas después de más de 130.000 opiniones de los usuarios en Steam. Es una verdadera exageración y, aunque todavía tengo que jugar más para saber si estoy de acuerdo con tantos halagos, lo que tengo claro es que se ha ganado que le eche muchas más horas y que le pida a más amigos que se hagan con el para jugar, al menos, unos cuantos fines de semana.
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