Algunos de los mejores momentos jugables del 2024 me los están dando los videojuegos independientes, pero lo que no me esperaba era recibir un juego de puzles tan único y extravagante como Lorelei and the Laser Eyes. Cuando lo recibí, no sabía qué esperar, y aunque había leído sobre él, resulta complicado hacerte una idea hasta que lo instalas y comienzas a jugarlo. De hecho, su propia narrativa es un misterio a resolver, en que los enigmas sirven realmente como vehículo para articular un relato de lo más surrealista.
Te pones en el lugar de una mujer que ha sido invitada a participar en un extraño proyecto dentro de un hotel de corte clásico situado en algún lugar de Europa central. Allí todo lo que encontramos es de lo más perturbador, con personajes que parecen sacados de una pesadilla. Es prácticamente como haber caído en la madriguera de Alicia en el País de las Maravillas, pero en esta ocasión con un aire muy a lo Swery65 (creador de Deadly Premonition) por el toque retro que se respira a cada minuto de juego.
Puzles retro-extravagantes
Pero más allá del estilo tan alocado de Lorelei and the Laser Eyes, su verdadero potencial está en los puzles. Y una advertencia: tampoco os podéis imaginar cómo son. Es algo que pude sospechar nada más iniciar partida, cuando un mensaje te indica que es conveniente que te hagas con lápiz y papel. Pero es que además puedes encontrar dentro del menú una calculadora digital. Y tiene mucho sentido, porque hay puzles que se basan en cálculos algo complejos, además de que resulta muy conveniente anotar diversas instrucciones algo difíciles de memorizar.
En este sentido, los desarrolladores de Simogo (también autores de Sayonara Wild Hearts) proponen unos puzles poco convencionales. Tal vez algunos me han recordado a los juegos del Profesor Layton, pero aquí son mucho más minimalistas, por decirlo de alguna forma. Para que te hagas una idea, debes recorrer el hotel en busca de pistas, un montón de documentos que suelen contener información sobre (habitualmente) códigos numéricos que abren puertas. Y nada es demasiado evidente, hasta el punto de que creo se han pasado con ciertos planteamientos que resultan algo rebuscados o poco lógicos.
Hay un mensaje antes de jugar que te aconseja que uses lápiz y papel
Pero me ha gustado. Nunca pude con Sekiro y sus jefes, pero cuando se trata de enigmas intelectuales doy infinidad de vueltas hasta encontrar la solución. Y si te lo preguntas, no hay nada de acción, más allá de ir al menú de pausa y consultar los mapas, documentos, cartas, patrones y carteles que vas encontrando mientras visitas las múltiples estancias del hotel. Todo tiene sentido, y a veces la información está interconectada, dando lugar a un misterio aún más grande que los puzles por separado. Y eso es genial.
Pero si Lorelei and the Laser Eyes es tan especial es también por tener una exploración icónica, que parece un calco de los Resident Evil más clásicos. Tu avance es a través de pantallas mayormente estáticas con una cámara de angulación perfectamente estudiada, como en los survival horror de los años noventa. Es un homenaje, pero al mismo tiempo una característica esencial para entender el juego, al igual que el menú de inventario donde vas guardando objetos que son esenciales para progresar (desde llaves hasta una imitación de la Game Boy).
En el hotel hay un teléfono con el que puedes marcar números rotando un dial como hacías en casa de tu abuela, o también visionar cassettes de vídeo, además de guardar partida en un ordenador de esos que usaban disquetes de 3 ½. Estos detalles, y hablo completamente en serio, resultan esenciales para valorar aún mejor al videojuego. La ambientación obtenida es magnífica, con una paleta monocromática en que solo aparece el rojo-rosa como elemento diferenciador (y no solo con connotaciones estéticas, sino de significado).
Así que el juego te absorbe por tus puzles, pero también por un apartado audiovisual atrevido, retro y sobrecogedor al mismo tiempo, o debería decir perturbador, porque define mejor la sensación de "qué demonios está pasando" mientras juegas. Y no es un juego sencillo. Sus cerca de 20 horas son no-lineales, con lo cual es fácil perderse en un escenario tan amplio y con tantos frentes abiertos. No existen muchas ayudas en este sentido, así que se hace necesario que seas un jugador persistente para llegar hasta el final de la aventura.
Por suerte esta falta de linealidad también favorece que puedas probar con otro puzle, o plantearte otras acciones más accesorias como encontrar dólares para desbloquear una serie de figuritas. Eso también vale para divertirse. Y es lo bueno del juego, que dentro de que está hecho para amantes de los puzles, también tiene ingredientes especiales con la capacidad para atraparte de una u otra forma. Pruébalo si todo esto te llama la atención, porque es una de las joyas indie de los últimos tiempos.
Lorelei and the Laser Eyes propone puzles con mucho estilo con un aire clásico tanto en lo conceptual como en la ambientación. Es como estar encerrado en la mansión de Resident Evil, pero solo resolviendo puzles y teniendo alrededor un conjunto de situaciones y personajes que parecen escritos por Swery65. Puede que algunos resulten algo enrevesados o poco lógicos, y que su estructura no-lineal pueda hacer que te pierdas, pero sus 20 horas son absolutamente únicas y merecen completamente la pena si conectas con el género.
- Puzles bien planteados y bastante únicos que te harán pensar más de lo que imaginas.
- El misterio que rodea al hotel te absorbe de principio a fin, con personajes perturbadores.
- Tiene una ambientación brutal, con un estilo que camina entre lo retro y lo surrealista.
- Más largo de lo que parece, siendo bastante común que llegues a atascarte.
- Algunos enigmas no están tan bien planteados y pueden resultar confusos o injustos.
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