Por fin llega a PS2 uno de los títulos más divertidos y adictivos de su hermana pequeña PSP. Un autentico desafío de habilidad que nos hará pasar horas muertas manejando una bolita de mercurio.
El mecanismo de juego ofrecido por Mercury es sencillo, manejar la bolita por un laberinto hasta una meta final. Así de sencillo y así de complicado. El juego se basa en las propiedades del mercurio, un elemento químico muy moldeable. Puede ser solidificado o licuarse, convertirse en líquido de diferentes texturas, más o menos espesas según el calor, de ahí su uso en los viejos termómetros que muchos seguimos teniendo. También puede ser separado fácilmente, vuelto a juntar, o tintarse de colores sin problemas. Para empezar a conocerlo, tenemos un ejemplar tutorial muy completo, realmente imprescindible para empezar a jugar.
El objetivo de llevar la bolita o bolitas, que pueden ser varias simultáneamente, hasta la meta o metas tiene además dos condicionantes. Tendremos que llegar con una cantidad determinada de mercurio a la meta, siendo ésto imprescindible para superar el nivel. Asimismo tenemos un tiempo estimado para completar el nivel. Si superamos ese tiempo, podremos acabar el nivel, aunque seremos penalizados en puntos, y es que dependiendo de la cantidad de mercurio entregado en meta, el tiempo empleado en acabar, y las bonificaciones recogidas por el escenario, se nos asignaran unos puntos que luego servirán para desbloquear nuevos niveles, laboratorios, mini juegos, skin, etc.
Cada laberinto será una sorpresa y encontraremos todo tipo de artefactos que podamos imaginar: rampas, caídas, pasarelas, tintadores de color para puertas bloqueadas por colores, calefactores y refrigeradores con los que modificar la textura y la velocidad de la bolita, etc. Habrá bordes por los que caerse, paredes que escalar, ganchos que nos levantarán, una autentica sucesión de sorpresas. Además no estaremos solos, ya que también existirán unos pequeños enemigos, los “Mercoidanos”, que irán constantemente detrás de nosotros quitándonos material, y otros dos, no se como llamarlos, objetos o personajes, llamados Stan y Blocolor, que son como cubos que se van moviendo por el escenario y podemos empujar cuando sea necesario y se dejen.
Muchísimos laberintos
Los niveles están divididos en laboratorios que determinan el tipo de objetos y diseño grafico que nos vamos a encontrar. Empezaremos por el laboratorio de Astronomía, y luego seguirán Biología, Química, así hasta 10 laboratorios más otros dos extras, que hay que desbloquear.
Cada laboratorio constará de 16 niveles que podemos ir superando en el orden que queramos, más uno extra que suele ser el más complicado. Si hacéis cuentas, nos salen más de 200 niveles totalmente exclusivos de esta versión PS2.
Según vayamos obteniendo puntos podemos ir accediendo a una serie de mini juegos sencillos pero muy divertidos, que completan el juego. Son rodeo, carrera, metrix, empujón y pintura. Lo único malo es que necesitaremos pasar muchos niveles para conseguir desbloquearlos.
Además de todos estos niveles y mini juegos, también tendremos una serie curiosa de extras. Desde repetir el tutorial inicial, hasta ver videos de presentación, selección de varias músicas, y la mas entretenida, la zona de recreo, un área bastante amplia llena de toboganes, saltos y otros obstáculos, ideal para practicar.
Manejando el mercurio
El control de la bolita lo realizamos con el stick izquierdo, pero no creáis que la manejaremos directamente, no, sería muy fácil. Con ese stick lo que controlaremos será la inclinación del tablero, con el fin de que sea la gravedad la que desplace la bola o bolitas de mercurio, y dependiendo de su densidad lo hará más rápido o lento.
Muchas veces será necesario dividir la bola en varios trozos aprovechando las esquinas salientes que hay por el nivel, así que imagínate complicado que puede ser manejar varias bolitas por los bordes…
Uno de los motivos principales para separar las bolitas será conseguir mezclas de color que nos abran puertas especificas para ese color. Para ello en la parte superior derecha tendemos un pequeño esquema de cómo combinar los tres colores fundamentales, rojo, verde y azul, para conseguir las mezclas.
Con el otro stick, el derecho, controlaremos la cámara de juego pudiendo girarla en cualquier sentido así como hacer zoom o alejarnos, algo muy útil en muchos momentos.
Tecnología mercuriana
Como podéis ver en las imágenes, el juego derrocha colorido y unos gráficos sencillos pero correctos y muy conseguidos, tanto en menús como en el propio juego, cumpliendo perfectamente con su cometido y dando al juego un aspecto final muy atractivo para un título de este tipo. Los niveles están muy bien diseñados y consiguen sorprender uno tras otro por la variedad, al igual que los distintos artefactos, muy fáciles de diferenciar a simple vista para estudiar bien el nivel, ayudados por la estupenda cámara móvil.
Por contra el aspecto sonoro es bastante simple, y no cuenta con ningún elemento destacable a nivel de efectos. La música es correcta, y acompaña al desarrollo del juego.
El movimiento es perfecto, y ahí es donde radica la verdadera esencia del juego, llegar a conseguir un control perfecto de la inclinación del stick, ya que es necesario un manejo casi milimétrico de la inclinación del laberinto.
Los primeros niveles del juego nos parecerán sencillos y divertidos, pero la dificultad va aumentando exponencialmente y llega a haber niveles realmente complicados que nos exigirán muchas horas de práctica e intentos, especialmente los niveles que desbloqueamos en cada laboratorio. Quizás esta dificultad pueda llegar a ser un poco excesiva en los niveles superiores.
En un juego de este estilo se echa de menos una opción para dos jugadores, bien a pantalla partida, o bien mediante control de tiempo u otras opciones que habrían sumado muchos puntos de jugabilidad y diversión al juego. Una lastima que haya obviado esta posibilidad.
Por fin llega a PS2 uno de los títulos más divertidos y adictivos de su hermana pequeña PSP. Un autentico desafío de habilidad que nos hará pasar horas muertas manejando una bolita de mercurio.
