Me gusta pensar en juegos eternos. Aquellos que independientemente del momento en el que llegaron —o aquel en el que lo probamos por primera vez— forman parte de la historia del videojuego. Minecraft lo es, y su poder ha trascendido más allá de aquella primera versión de 2009. No considero que sea un juego que haya creado escuela. Es y fue una experiencia muy estanca. Difícil de imitar, pero con una fuerza en la industria tal que aún 12 años después se permite expandir sus horizontes con un Minecraft Legends que redefine la estrategia en tiempo real.
Con la alianza entre la mítica Mojang, ahora de Microsoft, y Blackbird Interactive, el "juego de los cubos" aprovecha para lanzar directamente en consolas y Game Pass su tercer spin-off sin miedo al qué dirán. Legends busca alejarse tanto de lo que hemos visto en la licencia hasta ahora como del propio género que visita, la estrategia en tiempo real, para hacerla accesible, inmediata, sencilla y más divertida. Incluso muy centrada en la experiencia online de "entrar y salir".
Para ello, como punto de partida tendremos la defensa del conocido overworld de Minecraft. Éste está siendo asediado por las fuerzas piglins del Nether y en nosotros recae, como un jugador que viaja entre el espacio-tiempo encomendado por unas deidades "minecraftianas", su destino. El por qué es meramente anecdótico, como podéis intuir. Nuestra tarea es reclutar un ejército de gólem para combatir a los cerditos del inframundo y romper los portales que conectan esta realidad con la que ellos provienen. Incluso si no hubiera ningún interés narrativo, Legends puede sostenerse con seguridad sobre sus mecánicas de juego. Pero, no os saltéis su campaña. La factura técnica y el despliegue visual durante sus cerca de 14 horas son tan buenos como para que los ojos más incautos posen su mirada en este juego, amén de unas cinemáticas que abanderan el humor blanco y la simpatía de la animación moderna.
No sabría decir si es un RTS, y aun así lo borda
Normalmente, cuando sacamos adelante un análisis lo hacemos con las ideas claras. Defendemos nuestra opinión con concisión y la duda no tiene cabida aquí; pertenece a otro formato, uno más experimental. A la hora de elaborar este análisis he tenido dudas porque no considero a Minecraft Legends como un RTS, directamente lo moldea a su gusto. Blackbird Interactive viene de trabajar en Crossfire: Legion, un juego que rescata la estrategia marca Age of Empires, y lejos de imitar aquel formato a escala 1:1, lo hace pivotando entre conceptos y mecánicas de los RTS y juegos de aventura en una mezcla que, sorprendentemente, le sale genial.
De hecho, Legends rompe incluso con la maldición de los RTS a la hora de volar más allá del PC —algo que en contadas ocasiones ha salido bien— gracias a un trabajo excepcional a la hora de condensar toda la experiencia jugable en apenas unos botones. Si sois duchos en la estrategia en tiempo real, Minecraft Legends no será un hueso duro de roer, y eso que tengo cierto resquemor al keybinding que ha elegido Mojang para el juego —es bastante lioso y reniega casi por completo del ratón—. Aún con todo, jugarlo con mando, como yo lo he hecho en PC, no es disfrutar de una experiencia menor. El RTS de Mojang vuela alto y sobrepasa las murallas del PC para ofrecer la mejor experiencia del género en consola. Y no es una frase que pasar por alto.
Pero como no todo gira en torno a la sensación a los mandos, en lo jugable Minecraft Legends adopta la estrategia en tiempo real bajo sus propias reglas. Todo en el juego es rápido, simple y directo. Con tanta experiencia como me alegra tener en el género, hablaríamos de 3 antónimos que pasarían factura a otro juego, y aquí son sus mejores virtudes. El juego incluso relega a un carácter anecdótico aquellas ideas esenciales para el género como la recolección o la construcción. Obtener recursos es imprescindible y a la vez tan secundario y automático que no depende de cooldowns, estadísticas, el terreno que pisamos o siquiera si estamos presentes. Con un botón, mandamos a unos ayudantes a recolectar madera, piedra, hierro u oro mientras seguimos explorando su mapeado sin parar.
Las construcciones siguen esa misma filosofía. Minecraft Legends pierde creatividad. Pero es más astuto que eso. El terreno no se puede moldear a nuestro gusto y las extensísimas y majestuosas estructuras que podemos crear en el juego base aquí desaparecen en pro de la acción inmediata. No quiere que nos detengamos un segundo en su mapa. Uno que, por cierto, es procedural y se va modificando conforme avanzas sin siquiera darte cuenta, por lo que no tendría sentido relegar parte de la experiencia a construir. Sin embargo, y como todo en este juego, ese vaivén entre lo anecdótico e imprescindible nos hace darnos cuenta de que construir es una mecánica capital a la hora de defender o cuando jugamos a su online. Es un juego de contrastes bien armado.
Puede que muchos os quedéis con la principal diferencia frente a los RTS: no somos una entidad casi divina que con una perspectiva cenital dirige, gestiona y construye. Es un juego de aventuras con un "yo" como protagonista. Y aun así, Legends nos sorprende poniéndose límites. En este aspecto, Legends ve cortadas sus alas cuando nos damos cuenta de que no podemos hacer daño a los edificios. Nuestra espada, la única arma que blandimos frente a los enemigos aparte del laúd, es casi un elemento de decoración. Su daño es ínfimo y la acabaréis usando contra aquellas pelotas de enemigos que se arremolinan junto a nuestros aliados para hacer algo de daño acumulativo. Somos, básicamente, un estandarte a caballo que guía a nuestros 4 tipos de gólem: a distancia, cuerpo a cuerpo, elementales de salud y elementales de daño.
El RTS de Mojang vuela alto y sobrepasa las murallas del PC para ofrecer la mejor experiencia del género en consola
Los comandos básicos para que estos pequeños amigos ataquen los da nuestro laúd, algo que me daba pánico una vez inicié el juego. La música amansa a las fieras, ¿no? "Pues qué mejor que amansarlas a tortas", habría dicho alguien en Blackbird. El miedo a lo difícil que pueda suponer un instrumento musical en un combate a espadas —quizá piensas como yo que los canadienses se han vuelto locos y apuestan por QTE musicales— se disipa cuando, con apenas un toque de botón, los aliados cargan, focusean una zona o unidad, o se repliegan a tu alrededor para preparar la siguiente estrategia. El laúd es solo un concepto que da variedad a la mezcla, pero que al final canaliza las mecánicas propias de un RTS. Legends hace suya las acciones tan arquetípicas del género y las moldea como quiere para ser atractivas y claras de ejecutar para el jugador novato y veterano.
El multijugador, el rey de la experiencia
Su mayor virtud es también mi mayor problema con el juego, y no es porque lo haga mal, sino porque podemos estar ante la experiencia más caduca de Minecraft. Su multijugador es una de esas experiencias completisimas que nos obliga a hacer comunidad. Hay que charlar, compenetrarse, planificar bien las acciones y, en resumidas cuentas, hacer piña. Este es un problemón para un cierto tipo de jugadores que no esté muy dispuesto a hablar con desconocidos o mantener una actitud proactiva en el chat. Sin embargo, alejaros de su modo online no implica perder parte de la experiencia, os perdéis Minecraft Legends en sí.
Legends hace suya las acciones tan arquetípicas del género y las moldea como quiere para ser atractivas y claras
Jugablemente, es una extensión mecánica de lo ya visto en su otro modo sin muchos añadidos. Tenemos el mismo mapa, la misma IA —aunque aquí no son los enemigos principales, solo pueblan el mapa para dar variedad—; así como soldados, armas y estructuras idénticas. Dicho así, suena lo menos atractivo del mundo, hasta que juegas y te das cuenta de que Blackbird se ha agenciado el ADN de League of Legends para una modalidad muy Age of Empires. Al contrario que los combates online de 8 jugadores del juego de Relic Entertainment, aquí los 8 usuarios se reparten en 2 equipos de 4 jugadores, lo que focaliza la acción en apenas 2 puntos del mapa: la aldea a defender y la que atacar (dependiendo del punto de vista).
Con la acción centrada en ambas zonas, el resto del escenario solo sirve como una tierra de nadie que protagonizará pequeñas escaramuzas de los jugadores más avispados de ambos equipos. No hay territorio que conquistar para tu grupo, por lo que el jugador ha de estar siempre en movimiento para encontrar nuevas zonas por donde colarse para llegar a la base enemiga. Y, aun así, el trabajo en solitario es irrelevante en un modo más cooperativo que competitivo. Este Modo Enfrentamiento tiene 4 pilares fundamentales: construye, ataca, recolecta y defiende. 4 acciones para 4 jugadores, ¿seguís por dónde voy? La clave de hacer comunidad es que estos elementos no se pueden dejar de lado y necesitan un jugador que los priorice frente al resto. Ahí entra la comunicación.
Minecraft Legends - Deluxe Edition - PS5
Puede que seas mucho más habilidoso a la hora de construir, quizá atacar, por lo que tu tarea se debe limitar a esa actividad. Aunque las partidas —que suelen durar en torno a 15 minutos de media— mutan constantemente, no seguir las indicaciones o dejar de lado tus quehaceres puede acabar en una dolorosa derrota. Ver un enemigo absorto avanzando en solitario mientras recolectas madera es una presa "fácil" para el equipo, pero ganar apenas unos segundos para mandarlo al respawn puede significar que pierdas tú más que él. Suena simplista, pero es lo que busca el online de Minecraft Legends, que pienses rápido, te comuniques constantemente y actúes en pro de lo que necesita el equipo.
Es lo que busca el online de Minecraft Legends, que pienses rápido, te comuniques constantemente y actúes en pro de lo que necesita el equipo
Es un modo de juego con las cosas tan claras como su modo campaña, y aun así básico en todos sus apartados, incluso el de su concepción. En esta época de multijugadores enormes, de pases de batalla, skins, logros, cajas de loot o microtransacciones, Minecraft Legends apuesta por lo básico. Es incluso irónico que lo mejor sea un "back to basic", pero no hay una estructura de nivel ligada a las armas o habilidades. Es una experiencia directa y simple. De aquella de consumo rápido. Apenas 15 minutos de partida donde colaborar y sacar jugo a sus mecánicas de combate y construcción, que es donde de verdad brillan con luz propia, y a otra cosa. Un total acierto.
Blackbird se mueve fenomenal en un terreno complicado porque Minecraft Legends como RTS puro no habría atinado tanto. Aquí el juego es un mercenario del género. Se queda para sí mismo lo que funciona y los conceptos básicos, mientras desecha lo complejo y tedioso del género. Entiendo que puedas pensar que Minecraft Legends no es para ti si eres un usuario capaz de las mayores experiencias de estrategia del mercado reciente y pasado, pero dale una oportunidad. Aunque, quizá lo que más importa al final del día es que está en Game Pass, y no solo será la vía de entrada al juego, sino que el propio Legends es la vía de entrada al género.
Comprar Minecraft Legends- Aunque sea un RTS, no tengáis miedo porque el género es más accesible y abierto que nunca.
- Incluso los más veteranos se sentirán cómodos con el enfoque tan directo de la estrategia en tiempo real.
- Cuenta con 2 modos de juego, donde el verdadero protagonista es su online.
- Pierde la creatividad del juego original, pero gana en rejugabilidad.
- Es un proyecto a largo plazo que su estudio quiere ir ampliando con desafíos, por lo que no ha dicho todo aún.
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