Análisis de Need for Speed ProStreet

Análisis de Need for Speed ProStreet
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La saga más espectacular y arcade del mundo de la conducción pega un brusco giro y cambia por completo de dirección. Para bien o para mal ProStreet es el Need for Speed que menos respeta las normas de la saga. Prepárate para vivir a la serie de velocidad de Electronic Arts como nunca la habías visto.

ProStreet a buen seguro no va a dejar contento a todo el mundo. Hasta el año pasado uno veía un Need for Speed y sabía exactamente que esperar de él, a saber: Máxima velocidad, control sencillo, estilo arcade, escasa utilidad del freno y, en muchos de sus títulos, frenéticas persecuciones policiales. La nueva entrega de la saga desmonta por completo los pilares de ésta al no ofrecer ni uno sólo de esos elementos característicos.

Escasa sensación de velocidad, control más complejo y realista, poderoso motor de daños, ausencia total de la policía. Estamos ante el Need for Speed que más se desmarca de la saga; sin embargo ¿se pueden calificar como decisiones acertadas? A medias. Estamos ante un notable juego de velocidad con más aciertos que errores, pero al que sobre todo hay que reconocerle su intención de innovar en los estándares de su habitual fórmula.

Máxima Potencia
Ryo será el nombre que más oigamos en ProStreet, y será el de nuestro principal rival en el juego, que viene a tener más o menos el mismo nulo carisma que los villanos de entregas anteriores.

La historia del nuevo Need for Speed no tiene especial interés y tampoco está demasiado tratada a lo largo del modo individual. No necesitamos saber mucho más que el hecho de que somos Ryan Cooper, un joven que desea abrirse paso en el mundo de las carreras –legales-, y que ya desde el primer minuto de juego despierta la antipatía del actual ídolo de la conducción, el oriental Ryo.

Hay un número de carreras verdaderamente ingente en el modo individual de ProStreet, que nos llevará de un “día de carrera” a otro hasta poder enfrentarnos con el villano. Estos “días de carrera” son el principal pilar de este juego, ya que se trata de torneos con diferentes pruebas que deberemos superar para salir adelante.

El sistema es sencillo aunque los menús sean terriblemente confusos e innecesariamente complicados. Generalmente se nos da una puntuación a batir, y sumando nuestros récords en las pruebas de que conste este torneo, deberemos superarlo. Una vez hayamos salido victoriosos se nos proporcionará una recompensa que escogeremos de entre una baraja de cartas al más puro estilo Need for Speed.

Se acabaron las carreras callejeras y las persecuciones policiales. En ProStreet abandonaremos el lado oscuro de la ley para participar en torneos legales bajo la piel de Ryan Cooper, un joven aspirante al trono de la velocidad.
Se acabaron las carreras callejeras y las persecuciones policiales. En ProStreet abandonaremos el lado oscuro de la ley para participar en torneos legales bajo la piel de Ryan Cooper, un joven aspirante al trono de la velocidad.

Deberemos por tanto vencer a los reyes de cuatro estilos de carrera diferentes: Drag, Draft, Grip y Velocidad. Una vez coronados como el nuevo monarca de estos cuatro tipos de conducción accederemos a enfrentarnos con Ryo.

Día de Carrera
Las pruebas que componen los torneos son las habituales de la saga, aunque hay algunas novedades. El drag será uno de los eventos que más disputaremos en ProStreet y, como ya comentamos en nuestras impresiones jugables de hace unas semanas, tiene algunas novedades importantes. Para empezar antes de correr debemos “Quemar Llantas”, minijuego que consiste en calentar los neumáticos del coche para mejorar su agarre. El funcionamiento es sencillo y deberemos mantener la barra indicativa del motor entre unos valores en verde; cuanto más tiempo pase la barra entre ese margen más agarre y tracción obtendremos de las ruedas del vehículo.

En el caso de Wii, deberemos de pulsar el gatillo B para llegar a la temperatura adecuada. Una vez que el semáforo se ponga en verde lo que tendremos que hacer es apretar el acelerador mientras que cambiamos marchas moviendo hacia arriba el wiimote.

Una vez hayamos superado el primer tramo de la prueba pasaremos a la carrera de drag propiamente dicha, que bajo un diferente interfaz esconde un funcionamiento idéntico al de ediciones anteriores, pero con una mayor libertad a la hora de dirigir el vehículo. El conjunto funciona con solvencia pese a que hay un cierto abuso de la prueba de “Quema de Llantas”, junto al factor de que no es especialmente decisiva.

Las Carreras de Sector, por su parte, son otra de las principales novedades y optan por dividir un circuito cerrado en cuatro secciones, venciendo el que más puntos logre en cada una de éstas. El mayor problema de este estilo de juego es que acaba reduciéndose a acabar las carreras antes que los demás, y en muchas ocasiones el factor de que sea o no una Carrera de Sector es totalmente irrelevante.

El resto de pruebas se mantienen sin mayores cambios. En la de los derrapes deberemos, como es lógico, obtener más puntos que el resto de rivales en varias tandas; y en la prueba de velocidad ser los más rápidos en un circuito marcado eminentemente por las rectas donde un pequeño desliz será fatal.

Por otro lado y por supuesto también contamos con las carreras corrientes donde gana, simple y llanamente, el que llega primero a la línea de meta. Sencillo, ¿no?

Daños en tu buga
ProStreet a pesar de contar con básicamente el mismo estilo de pruebas que sus predecesores, salvo alguna contada excepción, basa su principal novedad en el tratamiento que hace de diferentes aspectos como la propia conducción, la personalización del vehículo y la gestión de daños. Empezaremos por esto último.

Esta entrega es sin lugar a dudas la que más peso le da a los daños del vehículo con sensible diferencia. No obstante, serán unos daños que no usarán el potente motor empleado en las versiones de Xbox 360 o PS3. Aquí únicamente encontraremos que el coche recibe algunos rasguños, pero no se destrozará ni mucho menos.

EA ha optado en esta ocasión por centrar completamente el control en las posibilidades del wiimote. Sin necesidad de nunchuk, cogeremos el mando de Wii de manera horizontal. Balanceándolo de un lugar a otro giraremos y pulsando los botones 1 y 2 aceleraremos y frenaremos. No ocurrirá lo mismo en las carreras de aceleración, ya que aquí tendremos que agarrar el mando en su posición original y acelerar con B mientras que agitamos el wiimote para cambiar de marcha.
EA ha optado en esta ocasión por centrar completamente el control en las posibilidades del wiimote. Sin necesidad de nunchuk, cogeremos el mando de Wii de manera horizontal. Balanceándolo de un lugar a otro giraremos y pulsando los botones 1 y 2 aceleraremos y frenaremos. No ocurrirá lo mismo en las carreras de aceleración, ya que aquí tendremos que agarrar el mando en su posición original y acelerar con B mientras que agitamos el wiimote para cambiar de marcha.

Aún así, sí que se nota una cierta influencia de los golpes en la conducción, haciéndose más complicada en el caso de que seamos poco cuidadosos al volante y durante las carreras.

De hecho las reparaciones serán una constante en ProStreet, y es que ni siquiera al restablecer la posición de nuestro vehículo en carrera tras un choque se reparan, quedarán ahí expuestas hasta que pasemos por el taller para solventarlas. Esto tiene un coste, pero en Electronic Arts no han querido que les pasara como en la frustrante primera entrega de Juiced donde era habitual quedarse sin dinero para arreglar el coche a mitad de partida. Será imposible que no contemos en todo momento con suficientes recursos para acometer los arreglos.

Siguiendo con la descripción de las modificaciones en el rendimiento debemos señalar que la personalización de los vehículos del nuevo Need for Speed está menos orientada hacia ponerle vinilos al coche y más hacia el obtener prestaciones a nivel de velocidad, estabilidad y control.

Por supuesto si no somos unos ases en lo de la mecánica tenemos a nuestra disposición la posibilidad de usar mejoras rápidas y tratar de equipar nuestra máquina con las piezas que más “suban nuestras barritas” de velocidad o maniobrabilidad. Si por el contrario deseamos sacar el máximo partido de nuestros bólidos podemos aprovechar el muy mejorado sistema auto-sculpt de ProStreet, y trabajar a fondo para lograr un grado óptimo de aerodinamismo. Contaremos incluso con un túnel de viento para testear a fondo nuestro trabajo.

Simulador-Arcade
Hemos dejado para el final la valoración del control de los vehículos debido a su radical importancia. Hay suficientes novedades en el manejo de ProStreet como para que cualquier fan de la saga se muestre incrédulo sobre la identidad del producto, pues esto para nada se parece a las entregas anteriores de Need for Speed.

Al contrario de lo que es habitual en la saga este juego se empeña en establecer una fuerte gradación en la velocidad que podamos alcanzar desde el principio hasta el final del modo carrera, por lo tanto será raro que en los comienzos pasemos de los 100 kilómetros por hora.

El Día de Carrera es el plato fuerte de ProStreet. Torneos con pruebas muy variadas donde deberemos demostrar nuestras habilidades para salir victoriosos.
El Día de Carrera es el plato fuerte de ProStreet. Torneos con pruebas muy variadas donde deberemos demostrar nuestras habilidades para salir victoriosos.

No es que ProStreet no goce de una fuerte sensación de velocidad como es característico en las series, sino que directamente los primeros vehículos que se ofertan no son en absoluto rápidos. Esto ayuda mucho a hacernos con el manejo del juego, pero la curva de aprendizaje es tan lenta y el modo carrera se dilata tanto que puede resultar algo frustrante a medio plazo. Por suerte o por desgracia esto dura demasiado tiempo, aunque tras las primeras horas de juego se nos comenzará a facilitar vehículos de mayor cilindrada y potencia.

Debemos hablar muy positivamente de las reacciones del vehículo en curvas y de su excelente manejo tanto a velocidades vertiginosas como en lentos trazados. Los coches tiene el peso adecuado y transmiten una sensación estupenda, muy lejos de los bólidos voladores de los episodios previos.

Lamentablemente ProStreet queda literalmente en medio de las dos corrientes de aficionados a la velocidad. Ni tiene la profundidad de un potente simulador ni el sencillo manejo de un arcade, esta posición “entre dos tierras” puede pasarle factura al juego a nivel comercial, pues se trata de los dos núcleos duros de consumidores de productos de carreras.

ProStreet, en definitiva, ha hecho perder identidad a la saga, eso es indudable. En unos tiempos de grandes títulos de fuerte simulación siempre hemos apoyado la decisión de Electronic Arts de seguir ofertando un entretenimiento anacrónicamente arcade pero muy divertido y espectacular a fin de cuentas. Las ventas de este título quitarán o darán la razón en lo comercial a Electronic Arts, pero ProStreet como perteneciente a la saga Need for Speed es un notable esfuerzo por transgredir sus normas, y como título de conducción es una opción muy interesante.

Sensación Visual
Se ha venido hablando mucho y bien de las bondades de ProStreet en su retrato de vehículos, y con el juego en nuestras manos lo cierto es que cumple con nota. Quizá luzcan excesivamente reflectantes e impolutos.

No nos encontramos con grandes virguerías gráficas, aunque hay que tener en cuenta el potencial de la plataforma. El humo, que es una seña de identidad en las versiones de Xbox 360 y PS3, simplemente cumple. Lo mismo ocurre en el caso de los daños, que es otra seña de identidad que no se ha trabajado en el caso de esta consola.

Los escenarios no son especialmente inspirados, y de nuevo nos hacen suspirar por el fenomenal uso de la iluminación y de la apagada paleta de colores otoñales que lucía Most Wanted.

Los coches de ProStreet tienen un aspecto inmejorable. El baile de cifras de la carga poligonal de cada uno de los vehículos nos dejó en su momento con la boca abierta, pero su visionado justifica toda la expectación creada a su alrededor.
Los coches de ProStreet tienen un aspecto inmejorable. El baile de cifras de la carga poligonal de cada uno de los vehículos nos dejó en su momento con la boca abierta, pero su visionado justifica toda la expectación creada a su alrededor.

En lo sonoro vemos que ProStreet sigue la línea de las últimas entregas de Need for Speed al apostar cada vez más por artistas desconocidos. Algunos temas son excesivamente machacones y algunos rozan lo insoportable, pero el JukeBox de Electronic Arts nos permite seleccionar rápidamente cuales deseamos que suenen. Destacan los temas de UNKLE, Junkie XL y el Kiss Kiss de los siempre brillantes Yeah Yeah Yeahs.

Los efectos sonoros son espectaculares y los motores suenan poderosos y variados, y los choques inmejorables.

Bueno

Sin sello

Need for Speed ProStreet

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

ProStreet es un antes y un después en la saga Need for Speed que pronto veremos en sus ventas si se revela o no como una audaz maniobra de Electronic Arts. Desaparecido por completo el componente arcade, el nuevo juego de velocidad apuesta por una simulación moderada y un control más realista y trabajado. Una larguísima campaña y un sobresaliente multijugador son las virtudes del último Need for Speed que, como sus predecesores, no dejará a nadie indiferente.

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Jugadores: 1-2, 8 online
Idioma:
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