Los videojuegos fueron una de las alternativas de ocio por excelencia durante la época de mayor incidencia de la pandemia. Sin embargo, hubo un título que tuvo que reinventarse a sí mismo para poder seguir existiendo. Pokémon GO, con su naturaleza social y que promueve la idea de jugar en la calle, no estaba preparado para el COVID. La situación obligó a Niantic a llevar a cabo cambios muy profundos que permitían a los jugadores realizar ciertas tareas a distancia. Funciones que ahora se limitan en lo que parece un paso lógico de la paulatina vuelta a la normalidad.
Pokémon GO puede expulsar a miles de jugadores con sus cambios
El problema es que Pokémon GO no es un juego normal y Niantic está llevando a cabo cambios cuya repercusión quizá ni siquiera haya previsto. La desarrolladora ha aumentado el precio de los pases para participar en Raids de forma remota, de modo que sean más difíciles de adquirir para los jugadores. Además, ha aumentado las recompensas para quienes participen en estos eventos de forma presencial. Todo parece apuntar a un interés en “sacar a los jugadores de casa”. Quizá había métodos más sutiles que encarecer las microtransacciones, pero incluso así no parece alarmante. Al menos, hasta que piensas en una cosa: ¿qué pasa con quienes realmente no pueden disfrutar las incursiones de otra manera?
Existen varios motivos por los que un jugador podría no participar presencialmente en una raid. Personas con movilidad reducida o algún tipo de incapacidad que les impida abandonar normalmente su domicilio se sirvieron de la opción de disfrutar de las raids a distancia. Sin embargo, no fueron los únicos. Las zonas rurales tienen menor densidad poblacional y suelen estar más envejecidas. Una combinación de circunstancias que se traduce en que existen menos jugadores de Pokémon GO y están más separados desde un punto de vista geográfico. Puede que alguien pueda salir de su casa, pero quizá en su zona no haya usuarios suficientes como para hacer las raids de mayor nivel de dificultad.
"La llegada de las raids remotas cambió la forma en la que jugaba Pokémon GO para mi y mi familia. De repente podíamos participar en raids que estaban completamente fuera de nuestro alcance. Incluso si participamos en alguna antes, en nuestra zona apenas hay jugadores y eso hacía muy difícil superarlas. Así, tuvimos acceso a nuestros amigos y familia que nos ayudaban a completarlas y hasta nos invitaban a sus propias incursiones. Fue una mejora increíble para el juego, podíamos hacer el contenido cada día", explicaba una jugadora al medio Kotaku.
Para Niantic, el factor que hace único el videojuego y realmente gusta a los jugadores es su vertiente social. Técnicamente, es posible que las raids remotas provoquen una menor afluencia de público a las zonas en las que tiene lugar la incursión en cuestión. Sin embargo, volvemos a un problema relacionado con las medidas en sí mismas. El camino marcado en la actualidad es excluyente por naturaleza. No invita a los jugadores a pasar tiempo juntos, si no que coacciona a ello sin preocuparse por aquellos que realmente no pueden hacerlo.
Además, parte de los problemas pueden superarse si pasamos por caja. Los pases de incursión remota casi han duplicado su precio, en un movimiento al que muchos se han referido como una especie de impuesto para los jugadores con discapacidad o que viven alejados de los núcleos urbanos. En este sentido, las críticas han aumentado con el paso del tiempo mientras Niantic no ha querido reaccionar. "No lo hacemos a la ligera. Sentimos que es un paso necesario que nos acerca a nuestro objetivo de preservar y mejorar la experiencia de juego única de Pokémon GO", defiende la desarrolladora.
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