El atractivo del circo romano, la mitología y la jugabilidad heredera del clásico Punch-Out se dan la mano en un mismo videojuego lleno de combates y tintes roleros a merced de los controles de Nintendo Wii. ¡Sal a la arena y demuestra tu valía!
Últimamente el servicio Wiiware de Nintendo está ofreciendo juegos de enorme calidad gracias a estudios que intentan hacerse un hueco en la industria del videojuego. Tras los recientes Zombie Panic in Wonderland o Megaman 10, ahora llega a WiiWare otro gran título que ha sorprendido tanto por su enorme calidad como por su excelente jugabilidad, trayendo lo mejor del último Punch-Out e incluso incluyendo elementos de rol que se compenetran a la perfección con el desarrollo de la aventura.
GhostFire Games son los creadores de Rage of the Gladiator, un estudio tejano que afronta su segundo título tras el descalabro inicial con Helix, otro juego de Wiiware que intentó innovar olvidándose de la jugabilidad. Ahora, aprendiendo bien la lección, se han basado en recrear la jugabilidad del clásico Punch-Out para tratar de llevarla aun más lejos, no limitándose únicamente a imitarla o explotarla, sino incluyendo un valor artístico variado y ciertas reminiscencias de rol, que nos van a permitir vivir un estilo de juego ligeramente distinto al del clásico juego de Nintendo.
Un príncipe, un destino y tres controles
El juego opta por la clásica vista en primera persona, introduciéndonos en un coliseo romano para luchar contra seres mitológicos y otros legendarios. Encarnaremos a Gracius, príncipe del reino de Avalance, en su afán de devolver la paz a un mundo donde humanos y criaturas intentan vivir con sus diferencias. Nuestras mejores armas para el diálogo serán un super martillo mágico y un escudo, las únicas llaves para el entendimiento en los encarnizados combates.
El título nos ofrece tres tipos de control a elegir: el wiimote en horizontal para imitar el control clásico; el combo wiimote y nunchuk como el más efectivo; y la novedad del WiiMotion Plus, que reconoce mucho mejor nuestros movimientos en combate. Si optamos por estos dos últimos controles vamos a tener que agitar continuamente ambos mandos, lo que sin duda requerirá de un gran esfuerzo físico.
El control es sumamente sencillo, aunque el tutorial en completo inglés (textos y voces) lo pondrá difícil para los que no entiendan a la perfección el idioma de Shakespeare. Nosotros no moveremos al personaje, sólo nos limitaremos a esquivar los ataques, a defender y a atacar. Otros movimientos de referencia será la posibilidad de saltar, usar nuestro escudo, invocar magias o agitar el wiimote y el nunchuk para ejercer los ataques. Si somos aturdidos en combate nos veremos obligados a mover rápidamente el mando para recuperarnos.
Enemigos con muchos recursos
En la parte superior tendremos nuestra barra de vida y la del enemigo. El combate se dará por finalizado a favor de una de las dos partes cuando esta misma barra sea vaciada en tres ocasiones. En lo que respecta al enemigo, cada vez que vaciemos una barra se volverá más fiero y cambiará sus patrones de ataque, además de que nos deleitará con una pequeña función teatral hablando consigo mismo o con otros seres. Así, poniendo el ejemplo del orco, cada vez que le derribemos hablará con el cielo para pedir ayuda a su Dios, recibiendo poderes adicionales como un espada de fuego o un escudo místico. Y como colofón, en el asalto final se convertirá en gigante. Esto hace que cada combate sea una sorpresa y un desafío no fácil de superar de primeras.
Cada enemigo sigue un patrón de ataque y defensa específico, y aprenderlo es la clave del éxito. Fundamental es saber leer los indicios, que son sonidos o movimientos del contrario que nos avisan de que realizarán una acción determinada. Si los aprendemos, sabremos el momento adecuado para hacer un contraataque y derribarle más fácilmente.
Personaje a semejanza del jugador
Pero nosotros también contaremos con poderes mágicos y habilidades de lo más curiosas. Entre otras la posibilidad de jugar con los elementos o bien convertirnos en un ser superior. Estos ataques especiales existen gracias a nuestro buen hacer en las peleas, ya que se nos irá rellenando una barra en la derecha de la pantalla que contiene tres niveles. Dependiendo del ataque que tengamos seleccionado se nos requerirá de una parte determinada de la barra.
Entre combates se nos ofrecerá una estadística de nuestro comportamiento, aunque lo más interesante es que recibiremos tres puntos de habilidad que pueden ser canjeados en el árbol de las habilidades. Este árbol está dividido en tres ramificaciones: ataque, defensa y magia. Durante el avance de la historia debemos concentrarnos básicamente en una de las tres ramificaciones, creando a un personaje según nuestro gusto, aunque podemos optar por buscar un equilibrio, pero en este caso no nos dará tiempo a llegar a los poderes supremos. Así, la zona de ataque nos permitirá mejorar nuestro porcentaje para golpes críticos, o conseguir una mayor fuerza para infringir daño. En lo que respecta a la defensa mejoraremos nuestra resistencia a los golpes o bajaremos el porcentaje para no ser aturdidos; y la mejora de las magias para rellenar mas rápido la barra de poder o para recuperar vitalidad cada cierto tiempo.
Un torneo con dos caras
En total serán 21 combates, aunque divididos en diez. En el modo inicial tendremos que lidiar con enemigos como una quimera, un encantador de serpientes, un minotauro o un dragón. Pero una vez hayamos superado el modo principal, se nos desbloqueará el Modo Desafío, donde volverán a aparecer los mismos enemigos pero mucho más complicados y con distintos patrones de ataque. Además, los más osados podrán descubrir un nuevo ser al acabar este segundo modo.
Si observamos el aspecto visual sorprende que con solo 40 megas –lo que permite Nintendo en juegos para este sistema- se hayan creado modelados tan compactos y movimientos tan convincentes. La cantidad de animaciones y cambios de imagen de estos seres son dignos de admiración, aunque dejando esto de lado no hay escenarios que recrear y apenas menús o secuencias que nombrar. De hecho, entre combates se nos dispondrán ilustraciones explicadas en inglés, sin ningún tipo de subtítulo, que intentan dar un poco más de profundidad a la personalidad del personaje.
El sonido y la música son los apartados más flojos. Aunque se incluye una amplia variedad de voces en los distintos personajes que nos van hablando en combate, pecan de cierta exageración y no están acompañadas de ningún tipo de subtítulo. Por su parte, la banda sonora se hace repetitiva, algo escasa de recursos, y pasa desapercibida cuando combatimos.
Se echa en falta la inclusión de algún modo más, como un versus e incluso un multijugador. Sin embargo, parece que la limitación de memoria no ha dado para mucho más, porque la base para hacer crecer el juego estaba desde un inicio. No estamos ante un juego corto, ya que estos 21 enfrentamientos -teniendo que repetir muchos para superarlos-, requieren su dedicación y nos vamos a encontrar con un amplio abanico de horas y una gran variedad en los contrarios.
Rage of the Gladiator combina sabiamente una fórmula que recoge la jugabilidad del clásico Punch-Out, lo adereza con tintes roleros y lo completa con una ambientación mitológica-legendaria que es siempre bien recibida. El sistema de combate es sencillo dándonos la posibilidad de hacer crecer a nuestro personaje según nuestros gustos. EL valor artístico de las criaturas es notable, el desarrollo de los combates intensos y frescos, y el control responde a la perfección. Se le podría exigir la inclusión de algún modo más para alargar la experiencia, pero en general estamos ante un título que funciona bien en todos sus aspectos.
