He podido jugar a Resident Evil 4: Remake en mi iPhone 15 Pro Max y en los próximos párrafos te voy a contar mi experiencia después de varias horas de juego para poder despejar las dudas que muchos de vosotros podéis tener en la cabeza: ¿Merece la pena jugar a videojuego de estas características en un smrtphone? ¿Se descarga mucho la batería? ¿Se calienta el teléfono de manera extrema? ¿El rendimiento es estable? Como Leon, vamos a buscar respuestas…
Nota del redactor: Este texto profundiza en la versión para iPhone 15 Pro Max de RE4: Remake, para información general del videojuego os recomendamos leer el análisis de Resident Evil 4: Remake publicado en 3DJuegos.
Desde hace varios años la intención de muchas compañías es la de terminar con la idea de que es necesario estar en casa para poder disfrutar de nuestros videojuegos favoritos. Consolas portátiles, servicios de juego a través de la nube o la llegada de dispositivos como Steam Deck o Legion Go entre muchos otros, son pruebas de ello. A esta lista tenemos que sumar el desarrollo y la mejora de los procesadores que se integran dentro de nuestros teléfonos móviles, siendo Apple punta de lanza en este campos con el anuncio de su última generación de smartphone, los iPhone 15, cuyos dos modelos más potentes (iPhone 15 Pro y iPhone 15 Pro Max), llegan con el procesador Apple A17 Pro, un Soc que derrocha potencia hasta tal punto de ser capaz de ejecutar triple-A next-gen.
La idea es prometedora, y este puede ser el primer paso hacia un futuro en el que todos tengamos acceso a una amplia biblioteca de videojuegos, al lado de la aplicación de WhatsApp y de Instagram. Pero hasta que eso llegue, ¿qué tal es la primera bala que nos lanza Capcom? Os cuento mi experiencia a continuación.
Una portabilidad idéntica con una interfaz de control enorme
Tras esperar cerca de 40 minutos para que la descarga de los 31,41 GB que ocupa el RE4: Remake se complete, inicio el programa con cierta curiosidad y escepticismo. La apertura es más rápida de lo que esperaba, y después de varios segundos aparece el menú principal acompañado de la interfaz compuesta por todos los botones de control que se reparten a lo largo de toda la superficie de la pantalla, algunos alineados al margen izquierdo, y otros al derecho, quedando el sector central más despejado. Todos los botones quedan al alcance de los dedos cuando sujetamos el teléfono de forma horizontal, y en ese sentido resulta cómodo y natural. Es cierto que la sensación de ver toda la pantalla repleta de botones puede resultar abrumadora, pero después de unos minutos de juego te acabas acostumbrando a ella, y prácticamente olvidas que están ahí.
Sin embargo, cuando navegamos por los menús del juego, como el inventario, el mapa o el menú de pausa, los elementos de la interfaz de control se superponen a los del propio juego y cuesta ver la información correctamente, algo que resulta molesto en ocasiones puntuales. Por lo demás, la jugabilidad y la respuesta táctil de la aventura desde el teléfono es precisa, el tiempo de respuesta es correcto, no he percibido delay en ningún momento, y en general todo funciona bien.
Lo que más me ha costado durante mi experiencia es el hecho de acostumbrarse al control de la cámara
Lo que más me ha costado durante mi experiencia es el hecho de acostumbrarse al control de la cámara de la tercera persona. El juego de Capcom premia mucho la precisión, sobre todo a la hora de ejecutar disparos a la cabeza de los enemigos, y si no estás acostumbrado al control de juego táctil del teléfono resulta muy complicado acertar de primeras. Quizá en otro tipo de videojuegos, el control táctil resulte más que suficiente para disfrutar de la experiencia, pero si queremos más precisión, os aconsejo que recurráis a un mando para no tener que repetir secuencias una y otra vez (dichoso primer pueblo). En definitiva, jugar a un videojuego de acción en tercera persona, directamente con los controles del teléfono, no es lo más cómodo del mundo en términos de visibilidad, o de manejo, pero es suficiente para poder jugar en cualquier momento y lugar sin necesidad de usar un mando.
Calidad gráfica. Concesiones en la calidad en favor de un rendimiento bien cuidado
En términos de rendimiento voy a ser claro: Resident Evil 4: Remake para iPhone 15 Pro Max no se libra de sufrir caídas de frames o falta de detalle. La buena noticia es que durante mi experiencia he tenido muy pocos problemas, la versión está lo suficientemente bien trabajada como para que podamos disfrutar de ella.
Antes de entrar en materia es conveniente saber que los ajustes del juego de esta versión no nos dan mucho margen para configurar parámetros gráficos. Podemos ajustar el modo HDR, el área de la pantalla, o la profundidad de campo. En general Resident Evil 4: Remake se ve bastante bien en las generosas 6’69 pulgadas de pantalla del iPhone 15 Pro Max, y la calidad del panel y la tecnología ProMotion ayudan a tener una buena experiencia. Eso sí, acostumbrado a un tamaño de pantalla mucho más grande, el hecho de disfrutar de un juego así en una diagonal tan pequeña hace que haya que forzar la vista en alguna ocasión.
La buena calidad del RE Engine no se aprovecha tanto en el iPhone como en un ordenador o videoconsola de la actual generación. Es entendible que esta versión tenga que hacer ciertas concesiones para que el teléfono no se convierta en un horno portátil, y para que la fluidez no desaparezca a cada minuto. Afortunadamente, las malas noticias de este apartado no empañan el rendimiento general del juego, y esta versión es jugable sin muchos problemas. Lo peor que puedo decir a nivel gráfico es que hay falta de pulido en detalles de distintos elementos, como el pelo de los personajes, o la aparición de algunos dientes de sierra muy exagerados, que son protagonistas junto a Leon en algunas cinemáticas del juego. Pero por lo demás, el pulido gráfico es bastante aceptable.
No he sufrido muchos parones que entorpecieran seriamente mi partida
Como anticipaba, a nivel de rendimiento he encontrado algunas bajadas de fluidez cada cierto tiempo, pero aun así estoy sorprendido para bien. En ciertas secuencias, cuando el escenario está más poblado de enemigos y hay explosiones, o en los quick time events cuando los enemigos se acercan más de la cuenta, el juego ha rendido generalmente bien y no ha habido muchos parones que entorpeciesen la jugabilidad. Estos tirones suelen hacer acto de presencia cuando he hecho movimientos bruscos de cámara o cuando Leon entra en algunas ubicaciones del escenario a través de una puerta o una ventana, y el teléfono tiene que procesar todos los entornos rápidamente.
En definitiva, la calidad gráfica es bastante mejor de lo que me esperaba, sobre todo en cuestión de fluidez. Pensaba que el iPhone tendría más problemas para procesar ciertos elementos de acción, como los disparos, las explosiones o las luchas contra los jefes finales. Como digo, a excepción de algunos tirones puntuales, la experiencia jugable ha cumplido bien con mis expectativas.
Optimización. Batería tragona pero con una gestión del calor impresionante
Hay dos apartados que despertaron mucho mi curiosidad a la hora de llevar al iPhone 15 Pro Max al máximo de su capacidad gracias a un juego de estas características: el desgaste de la batería y la gestión de la temperatura del teléfono. Empezando por lo primero, el iPhone 15 Pro Max es uno de los smartphone con mejor optimización de batería del mercado, y a no ser que hagamos usos muy exigentes del terminal, como el que nos ocupa hoy, es difícil agotar su pila con un uso cotidiano. Con esto en mente y después de varias sesiones de juego con RE4: Remake, he de decir que el teléfono agota su batería a un ritmo normal, tal y como me podíamos espera. No se agota en cuestión de minutos, pero tampoco sorprende con una grandísima optimización.
Traduciendo estas palabras a datos reales, unas dos horas de juego, con el brillo del panel al 75%, suponen que el teléfono pierda cerca del 40 o 45% de su batería, por lo que en una sesión de cuatro horas seguidas tendríamos que ir a buscar el cargador si queremos que nuestro teléfono siga respirando. Como digo, son datos que no me sorprenden y que entran dentro de la normalidad.
Apple iPhone 15 Pro MAX (256 GB) - Titanio Natural
La parte que más me ha sorprendido a lo largo de mis horas acompañando a Leon es que el teléfono no sufre ni se calienta en ningún momento, incluso después de varias horas de juego continuo. Personalmente, mi actitud era un poco escéptica ante el apartado de gestión del calor, porque los iPhone 15 Pro tenían antecedentes de sobrecalentamiento durante sus primeras semanas en el mercado. Pero las últimas actualizaciones de iOS17 y el buen comportamiento del A17 Pro, han sido capaces de gestionar el calor perfectamente, y la temperatura se incrementa ligeramente durante nuestras horas de juego. Honestamente, pensaba que el teléfono subiría los grados alarmantemente y no ha ocurrido así.
Capcom y Apple han hecho un gran trabajo para permitir jugar en iPhone a un triple-A recién salido del horno en consolas
En conclusión, Capcom y Apple han hecho un gran trabajo para que el hecho de ejecutar un juego triple A, de una alta exigencia gráfica, se pueda realizar de forma nativa en un teléfono móvil, en cualquier momento, y en cualquier lugar. Es cierto que estamos hablando de uno de los teléfonos más potentes y caros del mercado, y por tanto la experiencia de juego ha estado a la altura de las expectativas, teniendo un par de puntos de mejora que se pueden entender teniendo en cuenta la plataforma en la que estamos jugando. Pero ha sido suficiente como para soñar con un futuro en el que los que amamos los videojuegos, podamos disfrutar de ellos, de forma nativa, también en nuestro teléfono móvil.
La idea sería totalmente perfecta, si los usuarios que tenemos una copia del juego comprada, independientemente de la plataforma, tuviéramos acceso a su versión para teléfonos móviles sin necesidad de pagar más por ello. Espero que todo evolucione favorablemente como para que así sea. Pero visto lo visto, el futuro del videojuego portátil tiene un nuevo eslabón en su cadena.
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