Este RPG de acción es diferente a todos los roguelikes que he jugado y es lo que lo hace especial: Análisis de Rogue Spirit

Este RPG de acción es diferente a todos los roguelikes que he jugado y es lo que lo hace especial: Análisis de Rogue Spirit

Tras lanzarse como acceso anticipado, este particular Rogue Spirit ya está disponible en PC, PS5 y Xbox Series X|S.

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Rogue Spirit

Hace apenas un par de días leí una reflexión muy interesante que tiró por tierra todo lo que tenía pensado para este análisis. Decir que algo se merece más significa poner el foco en lo que no tiene y, probablemente, en lo que no depende de él. Por supuesto que nadie lo dice con mala intención, pero todo en la vida debería ir más sobre celebrar los méritos y menos sobre lamentar las derrotas. Especialmente cuando intentamos poner en valor algo que nos gusta o pensamos que merece la pena.

Es por eso que con Rogue Spirit me apetece abanderar una frase un tanto soñadora que pide a todo el mundo que se convierta en el cambio que quiere ver. Hubiera sido más fácil decir que el juego no ha tenido la acogida que se merecía o que es una pena ver como tantos títulos de calidad acaban pasando por debajo del radar. Sin embargo, hay motivos para que en Kids With Sticks y 505 Games tengan la cabeza bien alta. Quizá no estén brindado el éxito con champán, pero tampoco hay razón para guardar esas copas porque aquí estamos ante uno de esos pequeños juegos que son muy interesantes.

Echaba de menos la mecánica principal de Rogue Spirit

Lanzado en formato de Early Access hace aproximadamente un año y medio, Rogue Spirit se estrenó de forma definitiva en PC a comienzos de este mes de marzo, llegando también a Xbox Series y PS5. La propuesta es aparentemente sencilla. Somos el espíritu de un guerrero muerto que debe derrotar a cinco jefes diferentes para acabar con una invasión demoníaca a la aldea en la que creció y donde terminó muriendo. Para ello, podemos poseer el cuerpo de los enemigos que vayamos derrotando. Nos transformamos en ellos, adquiriendo sus mecánicas de combate y habilidades.

Inicio Rogue Spirit
Al comenzar la partida debemos elegir un cuerpo y podemos cambiarlo constantemente para convertirnos en cualquier enemigo, a excepción de los jefes, que hayamos derrotado.

Noticias frescas: machacar botones para acabar con enemigos y poseer su cuerpo consiguiendo nuevas habilidades es divertido. Una de las cosas que sí tiene Rogue Spirit es una premisa de la leche a través de la cual se centralizó todo el desarrollo. Había que poblar el juego de enemigos únicos para darle sentido al sistema y variedad a las opciones del jugador. Se trataba de crear arquetipos con los que todos estuvieran familiarizados y que apelarán a un tipo de usuario muy concreto, pero también situaciones que nos hicieran dejar de estar a gusto.

La mecánica central de Rogue Spirit no es novedosa al 100%, pero se usa menos de lo que me gustaría

Los muchachos de Kids with Sticks hicieron todo esto y aún encima consiguieron la locura de combinarlo con un apartado artístico fascinante. Un japón chapado a la antigua que se combina con un estilo anime muy característico y enemigos cuyo diseño visual solo se ve opacado por el hecho de que tengan habilidades que en lo jugable resultan muy interesantes y unas animaciones, que eso sí, no están a la altura del resto del conjunto. Adoro los personajes que atacan desde la distancia con arco, dagas, arpón o malditas estrellas ninja. Cada uno de ellos se siente único y, aún encima, podemos hacerlo variar todavía más gracias a un sistema de mejoras y habilidades que recompensa la exploración.

Apartado Visual Rogue Spirit
Rogue Spirit tiene un apartado visual increíblemente trabajado

No todo es perfecto, porque los escenarios apenas varían entre repeticiones y cuando le pillamos el truco a los sistemas es fácil romper el juego para hacerlo demasiado fácil. Esta falta de cambios en los niveles entre cada run juega en contra de la exploración y el resto de mecánicas. Cada mapa tiene varios pilares que podemos romper para elegir entre una de tres mejoras y cinco cofres que nos dan oro y una especie de baterías verdes. Con el oro podemos comprar aumentos en las salas de descanso que conectan los niveles, mientras que las baterías son lo que utilizaremos para el sistema de mejoras permanentes que, eso sí, no tiene mucha profundidad.

El sistema de mejoras está poco inspirado, y es un fallo demasiado llamativo como para dejarlo pasar.

El problema viene cuando hemos superado una fase ya un buen número de veces. Deja de apetecer acabar con los entre 30 y 50 enemigos que hay en cada nivel, encontrar los cinco cofres o los tres aumentos de habilidades. Todo te empuja a seguir avanzando, pero el juego tiene recompensas muy importantes cuando cumples todas las metas. No solo me refiero a una disminución en la dificultad a cambio de tomar más riesgos, si no a un aumento en la diversión. Que nuestro personaje pegue más críticos o pueda imbuirse en un elemento tras un golpe es algo que, al final, hace que la experiencia sea mucho más redonda.

Mejoras Rogue Spirit
El sistema de mejoras y exploración de Rogue Spirit podría estar algo más trabajado, sobre todo en el caso de los 'upgrades' permanentes

Que conseguirlo se haga algo tedioso a la larga es una pena, pero, pese a eso, Rogue Spirit es un juego sencillo que tiene claro a lo que va. La diversión no está tanto al llegar a la meta, que podremos hacerlo tras una decena de runs, como en el camino. Ir pillando nuevos personajes es divertido y luego toca gestionar sus recursos. Apenas hay dos formas de curarse: podremos hacerlo al final de cada nivel o en casi cualquier momento a cambio de sacrificar el cuerpo que estamos usando para poseer otro. En ambos casos usaremos nuestra barra de espíritu, que se carga de forma relativamente limitada si jugamos normalmente y marca el máximo de salud que podemos recuperar.

Rogue Spirit nos castiga si lo hacemos mal, pero su castigo invita a pasárselo aún mejor

Un error y te quedas sin el personaje que estabas usando, dos y tu run se va a tomar por saco. Rogue Spirit es fácil, y por eso trata de castigar bastante duro los errores. Los enemigos están distribuidos de forma muy inteligente por los escenarios y siempre en grupos que suponen un desafío que nunca llega a resultar abrumador. Si te golpean es porque te lo has ganado, pero incluso el término "castigo" no se termina de ajustar a la realidad. Es cierto que igual nos vemos obligados a cambiar de personaje, pero es que hacerlo es tan interesante que casi nos da igual.

La primera vez que llegué al enemigo final de Rogue Spirit fue en una de las cinco o seis primeras runs y estaba controlando a la versión más poderosa de mi personaje favorito. Un arponero legendario capaz de atacar a distancia y enganchar a los enemigos para cargar contra ellos placándolos hacia atrás. Justo antes de entrar al jefe final me dieron un par de golpes y me obligaban a tomar una decisión. La cosa era ir al boss con poca vida o con un personaje con el que, además de no estar tan cómodo, no tendría tan buenas estadísticas.

Bosses Rogue Spirit
Los jefes podrían ser más interesantes, pero cumplen su función

Como yo siempre desayuno dos tazas de payaso, pensé que lo mejor era sacrificar el puntos de salud por un poco más de comodidad. El fallo fue estrepitoso. Aunque los jefes finales podrían estar más inspirados en cuanto a mecánicas, se diseñaron de tal modo que resulte difícil esquivar todos y cada uno de sus golpes. No vas a tener problema en superarlos, pero, aunque no me resultan tan interesantes como los grandes grupos de enemigos, si son mucho más abrumadores.

La combinación de una forma espectral perfecta para el sigilo que nos permite comenzar todos los combates en ventaja con un castigo que en realidad se siente satisfactorio a nivel jugable y muy pocas mecánicas pero bien llevadas da lugar a un resultado sensacional. Rogue Spirit es una clase maestra de cómo diseñar un videojuego en el sentido más básico: haz poco, pero lo que hagas hazlo bien. No tires de cosas demasiado complejas si con apenas cinco o seis botones puedes dejarlo todo resuelto con un resultado redondo.

Ataque primario, secundario, bloqueo, esquiva y apenas un par de habilidades son suficientes para hacer un juego más que competente. No hay nada que nos vaya a volar la cabeza, pero sí muchas cosas muy bien pensadas. No hace falta volver a inventar la rueda, porque la rueda ya está inventada y es perfecta. Lo único que se le podía pedir a Kids with Sticks es que Rogue Spirit fuera un buen videojuego y, en eso, ha cumplido su parte de sobra. Da igual lo que pase ahora porque todo lo que han conseguido es mucho más grande que nada de lo que pueda faltarles.

Un 'roguelite' distinto y precioso

Sin sello
Rogue Spirit análisis

Rogue Spirit

Por: Bruno Ouviña
Sin sello

Con un apartado artístico precioso y un sistema de combate simple pero efectivo, Rogue Spirit es una propuesta interesante y muy bien empaquetada. A veces peca de exceso de simpleza y su duración depende demasiado de cuantos retos te quieras poner tras superar el juego por primera vez. Su propuesta es original y algo que encontramos menos de lo que le gustaría. Sus puntos positivos pesan mucho más que los defectos.

5 cosas que debes saber:
  • Es un ‘roguelite’ diferente a los que has jugado hasta ahora.
  • Todas las mecánicas confluyen en la idea de hacernos cambiar de personaje de forma habitual.
  • Su apartado artístico es precioso, uno de los puntos más a favor del juego.
  • Puede resultar demasiado sencillo de superar con determinadas estrategias.
  • Debes estar dispuesto a proponerte retos para aumentar su duración.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en un idioma inventado
Duración: Incalculable
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