Hubo un tiempo en el que la creación de contenido en internet era sinónimo de videojuegos. Sin embargo, la separación es cada vez más notable. Los eventos más comentados en las redes sociales son veladas de boxeo, partidos de fútbol e incluso torneos de pádel. Hay variedad y las ideas están trabajadísimas, pero sería absurdo negar que este enfoque nos ha dejado un pequeño vacío. Incluso cuando las personalidades de internet se unen en torno a un juego, el plan es dejarlo en segundo plano. Importa que tenga un mundo en el que los creadores de contenido puedan expresarse, pero da igual cuál sea. El videojuego en cuestión podría cambiarse por cualquier otro y apenas lo notaríamos, porque lo verdaderamente imprescindible son los streamers que participan.
Un evento en el que lo imprescindible es el videojuego
Este cambio ha hecho que, como entusiasta de los videojuegos, me cueste mucho encontrar un evento de creadores de contenido capaz de entretenerme durante más de unos pocos minutos. Sin embargo, en las últimas semanas he llegado al lugar más improbable de internet para descubrir uno que me ha tenido enganchado durante casi doce horas. Me estoy refiriendo a los Gielinor Games una serie ideada por el creador de contenido Soup. Si los nombres no te suenan de nada, que no te sorprenda. Se trata de un evento de streamers que tiene lugar en un MMO de culto que, pese a ser un histórico del género, está entre los juegos que más se adaptan a la frase "no es para todo el mundo". Old School RuneScape ya era endiabladamente feo en 2004 y no ha evolucionado desde entonces.
Los Gielinor Games son un evento de streamers de Old School RuneScape donde 20 creadores de contenido participan en una sucesión de pruebas con el objetivo de conseguir miles de millones de GP, la moneda del juego. Siguiendo un formato similar al de los programas de telerrealidad, los participantes se someten cada semana a una prueba diferente en la que se realizan eliminaciones hasta que queda un único ganador. La inspiración en los ‘realities’ es evidente, aunque esto no tiene nada que ver con el contenido basura. La idea es adaptar la estructura de los formatos televisivos y la calidad en lo referido a producción y posproducción para convertir un juego con gráficos de hace más de 20 años en algo agradable para la vista.
La calidad de la producción de los Gielinor Games está al nivel de la televisión. Los participantes incluso pasan por un 'confesionario' al estilo Gran Hermano.
Una de las diferencias principales entre los Gielinor Games y otros eventos de creadores de contenido es que no se trata de algo pensado para el consumo inmediato. Detrás de cada capítulo –la última temporada fue la tercera y tuvo 11 episodios– hay muchas horas de posproducción. Sin embargo, lo que verdaderamente me llamó la atención es que todo está hecho con un amor al juego que pocas veces he visto en un evento de estas características. Cada una de las pruebas que deben superar los participantes exige tener conocimiento de Old School Runescape y utilizarlo de forma creativa. Por ejemplo, el primer desafío era simple: los participantes debían entregarle al presentador un tablón de madera. El último en hacerlo, quedaba eliminado.
Es a partir de estas tareas sencillas que se va generando la narrativa del evento, que siempre gira con respecto a las limitaciones del Old School Runescape y cómo los jugadores se enfrentan a ellas. Hay muchas formas de conseguir un tablón de madera en el juego. Puedes cortar un árbol, pero para eso necesitas comprar un hacha ¿qué pasa si alguién ha llegado a la tienda antes que tú y se ha hecho con todas? Los participantes en los Gielinor Games han de adaptarse a unas pruebas pensadas para sacarle partido a los elementos que hacen especial a ese videojuego al que dedican tantas horas que, en algunos casos, se ha convertido en una parte importantísima de su carrera profesional.
La primera tarea era encontrar un tablón de madera.
Lo que verdaderamente hace especial a los Gielinor Games y el motivo por el que he disfrutado tanto de esta serie como fan de los videojuegos es el hecho de que lo único imprescindible es el videojuego en el que se basa. La cuarta temporada del evento, que ya ha sido confirmada, podría tener otro equipo de realización o cambiar de presentadores. También borrar del mapa a los streamers y apostar por miembros de la comunidad que no se dediquen a la creación de contenido. Sin embargo, nunca podría hacerse fuera de Old School RuneScape. Es una gran gincana que lo basa todo en las mecánicas de un título limitado en apariencia, pero que convierte esas mismas limitaciones en virtudes.
Quizá me estoy pasando, porque esto no deja de ser una forma de entretenerse tan válida como la mencionada Velada del Año. Sin embargo, lo que verdaderamente veo en los Gielinor Games que no puedo comparar al resto de eventos, es precisamente el cariño por el videojuego en que se basa. A veces se nos olvida celebrar la existencia de nuestros juegos favoritos y, la verdad, es una pena. Más todavía teniendo en cuenta que Old School Runescape tiene una historia muy especial. Existe gracias a la insistencia de una comunidad que, cuando ya se había lanzado una versión renovada del videojuego, solicitó a los desarrolladores un regreso a los orígenes. Es una de las historias más bonitas del videojuego y ver cómo diez años después del relanzamiento (y 20 después del RuneScape 2 de 2004) se siguen celebrando las diferencias de un MMO único es algo que, como fan de los videojuegos, solo puede hacerme feliz.
Todo sea dicho, existen ciertas barreras para disfrutar de este contenido que nos recuerdan porque los streamers muchas veces hacen eventos más fáciles de comprender basándose en el boxeo o en el fútbol. Es necesario haber jugado alguna vez a RuneScape o ver algunos vídeos sobre el juego (yo llevo meses viendo 'streamings' pese a no haberlo jugado nunca) para poder entender lo qué pasa en pantalla y, quizá una barrera insuperable para muchos, solo está disponible en inglés y no hay disponibles subtítulos en español. Si esto no os parece un impedimento solo puedo recomendarlos que le echéis un vistazo. De lo contrario, espero que al menos haya sido una historia interesante.
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