Análisis de Rust. Una aventura cruel e implacable

Análisis de Rust. Una aventura cruel e implacable
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Nadie está a salvo en el salvaje mundo de Rust, un entorno hostil donde cientos de jugadores luchan por la supervivencia. Un más de lo mismo, pensaréis algunos, pero este videojuego de los autores de Garry's Mod consigue lo que otras aventuras de supervivencia no pueden ni soñar: te hace sentir miedo. Análisis de Rust.

Cuesta creer que un videojuego con una estética tan colorida como la de Rust, sin muertos vivientes, criaturas de pesadilla ni nada por el estilo, pueda ser a día de hoy uno de los títulos más terroríficos de cuantos hay en el mercado. Pero así es. La aventura de supervivencia extrema de los creadores del popular Garry's Mod, que tras años disponible como juego con acceso anticipado al fin estrena su versión final, es un título desquiciante, brutal, ¡salvaje!, que no tiene piedad ni miramientos con los aficionados que aceptan su gran desafío: sobrevivir. Y asusta, mucho, por la facilidad con la que, de un plumazo, pierdes la vida y ¡todas tus posesiones!, quedándote literalmente con las manos vacías; sin nada que hacer más allá de volver a intentarlo, de volver a luchar por aguantar, esta vez, un poquito más de tiempo. Es una sensación angustiosa, terrorífica, que atenaza tu corazón como pocos juegos consiguen. Y la raíz de ese miedo casi irracional no es otra que el temor a morir a manos de otras personas.

Lo dije en su día, hace ya cuatro años, cuando Rust daba sus exitosos primeros pasos en Steam. El videojuego de Facepunch Studios retrata a la perfección el famoso Homo Homini Lupus de Thomas Hobbe, mostrando al hombre como el mayor enemigo del hombre. No hay más que eso. Personas matando personas. Jugadores que bien podrían colaborar para alcanzar un bien común, como es el de sobrevivir en un mundo post apocalíptico, y sin embargo se dedican a pelear entre sí; se roban, se matan, se traicionan vilmente una y otra vez como si no hubiera alternativas, como si esta fuera la única forma de vida que conocemos. Y asusta. Es terrible comprobar lo cruel que podemos llegar a ser incluso con los más desvalidos, con aquellos jugadores que sin nada más que una antorcha y una roca en sus manos, comienzan la aventura completamente desnudos. Nadie se libra de esa loca ira homicida que parece apoderarse de aquel que juega a Rust, y al final, casi de forma irremediable, perderás la fe en la humanidad. Dejarás de creer en los finales felices para sumarte a la cacería.


Supervivencia extrema


Exploras un mundo desconocido, terroríficamente peligroso, en busca de recursos con los que fabricar mejores herramientas de trabajo, que a su vez te darán opción de crear armas y equipo con el que protegerte de los muchos peligros que amenazan tu vida, incluyendo el frío, la radiación o la falta de alimentos. En su base, Rust no difiere lo más mínimo de otras aventuras del estilo. De forma progresiva, conforme encuentres recetas, crearás más y mejores objetos mediante un no siempre intuitivo sistema de artesanía hasta llegar al punto de construir una fortaleza, trampas incluidas, necesaria para salvar la vida cuando abandonas la partida. ¡Que el mundo no se detiene!, y en el videojuego de Garry Newman, lejos del PC puedes perder todas tus pertenencias.

Una aventura cruel e implacable


Lo que hace único a Rust es su forma de plantear la acción, su forma de llevar al límite la experiencia de supervivencia

Lo de que esta es una experiencia terrorífica no era pura retórica. Temblarás de miedo cada vez que te cruces con otro jugador. ¿Será amistoso?, te preguntarás una y otra vez. Y puede que lo sea... o puede que no. Así que el nerviosismo se apoderará de ti hasta el punto de salir corriendo, en busca de un escondite, con tal de evitar ser detectado por otras personas que podrían terminar asesinándote. O tal vez confíes, y recibas ayuda, para posteriormente ser asesinado a traición. Es la grandeza de Rust. Las locas historias de supervivencia que se crean en torno a la acción de un videojuego implacable, duro como pocos, que precisamente por ello puede convertirse en una experiencia demasiado frustrante. Las diferencias entre los jugadores que dedican horas y los que, a ratos, disfrutan del videojuego son tan brutales, que habrá quienes terminen odiando el título de Facepunch Studios.

Algunos a bordo de tanques y otros ¡con poco más que una pistola! Rust es cruel e implacable, y la ausencia de un tutorial en condiciones puede dificultar mucho la entrada.
Algunos a bordo de tanques y otros ¡con poco más que una pistola! Rust es cruel e implacable, y la ausencia de un tutorial en condiciones puede dificultar mucho la entrada.


Poco importa que de forma periódica se reinicien los servidores en los que cientos de jugadores comparten aventuras. La veteranía es un grado en un videojuego en el que también influye, algo, la fortuna, pues de ella dependerá que encuentres recetas más o menos útiles en los compases iniciales de la partida. En caso de no dar con ellas toca investigar, y esta puede ser una tarea algo tediosa en un juego que brinda amplias opciones de supervivencia, con montones de objetos y armas que fabricar, pero que en líneas generales está por debajo de otros referentes del género. Lo que hace único a Rust, lo decía antes, es su forma de plantear la acción; su forma de llevar al límite la experiencia de supervivencia en una aventura que carece de una narrativa como la vista en títulos recientes como el fantástico Subnautica. Es una pena pues habría sido una motivación extra para aventurarse en la tierra hostil de esta obra de Garry Newman.

Hay una gran variedad de localizaciones con escenarios nevados, desérticos y, claro, zonas asoladas por la radiación que requieren de una protección especial.
Hay una gran variedad de localizaciones con escenarios nevados, desérticos y, claro, zonas asoladas por la radiación que requieren de una protección especial.


Rust es además un juego que requiere de mucha dedicación. Ya no solo en el sentido de que, al abandonar la partida, el mundo sigue adelante y, por ende, como decía, puedes sufrir los ataques de otros jugadores hasta perder la vida. También tus construcciones necesitan de cierto mantenimiento periódico ya que, de lo contrario, se desmoronarán dejándote totalmente indefenso. Todo en este videojuego parece estar diseñado para hacerte la vida imposible. Su interfaz de usuario no siempre es intuitiva, salir en busca de recursos es una auténtica odisea que puede acabar con tu muerte, y tampoco es que haya límites a la malicia de otros jugadores que, equipados con fusiles y otras armas, pueden asaltarte nada más iniciar la partida sin que tengas opción de protegerte. Suplicarás por tu vida a través de un fantástico chat por voz que permite determinar la posición y distancia de las personas en el mundo de Rust, pero esa será casi tu única forma de protegerte de una comunidad que, por desgracia, no siempre responde con de la forma más amigable. ¡Hay de todo!, claro, porque puedes aliarte con otras personas y vivir aventuras en equipo, lo que garantiza disfrutar de una experiencia de juego muy distinta a la que afrontas en solitario.

¿Amigables? ¿De verdad? El miedo a morir a manos de otros jugadores hace de Rust un videojuego de lo más especial. ¡No te puedes fiar de nadie!
¿Amigables? ¿De verdad? El miedo a morir a manos de otros jugadores hace de Rust un videojuego de lo más especial. ¡No te puedes fiar de nadie!


Estableces turnos para vigilar el fortín mientras otros descansan, u organizas partidas en busca de recursos o nuevos reclutas que se sumen a un ejército con el que, posteriormente, podrás causar estragos mientras exploras las zonas más peligrosas del mundo de Rust. Y es una sensación fantástica que muestra las muchas posibilidades que brinda esta producción. Por separado, los elementos de combate, artesanía y supervivencia están algo por debajo de lo que ofrecen otros títulos de corte similar, pero ese halo de terror e indefensión que impera en la obra de Garry Newman hacen de este un videojuego francamente interesante. Frustrante como pocos, sí, pero también es una máquina de crear historias de supervivencia memorables. Prácticamente cada partida es única, se siente distinta a la anterior, porque al final todo se basa en la interacción con otras personas. Esto limita en parte su atractivo, realmente se echa en falta un objetivo final más allá de sobrevivir lo máximo posible, pero cuando aprendes a disfrutar de este loco desafío Rust consigue divertir lo suyo.

Una aventura cruel e implacable


Se echa en falta un objetivo final más allá de sobrevivir lo máximo posible

La opción de personalizar los servidores para, por ejemplo, fomentar la supervivencia y artesanía frente al combate ayudan a que la experiencia Rust se adapte a una mayor variedad de públicos. También existen mapas especiales como Savas Island, donde podemos enfrentarnos a otros jugadores en una especie de modo Rey de la Colina que no está nada mal, aunque los combates no son precisamente el fuerte del juego. Tampoco lo es su apartado audiovisual, si bien la obra de Facepunch Studios ofrece estampas dignas de alabanza gracias a un genial sistema de iluminación que nos va a permitir disfrutar de bellos atardeceres que, por momentos, pueden hacernos olvidar todo lo malo que nos rodea. El modelado de personajes y sus animaciones no son especialmente buenos, ni tampoco el rendimiento de un juego que, en algunos equipos, puede sufrir ralentizaciones con más frecuencia de la deseada. Mejores sensaciones deja el sonido, pues consigue meterte de lleno en la acción de un título que cuenta con textos en español, aunque también en este punto, la traducción no es perfecta.

Bueno

Sin sello
Una aventura cruel e implacable
Sin sello

Posiblemente sea la aventura de supervivencia más salvaje y cruel de cuantas han aparecido en los últimos años, y es precisamente esa dureza, el miedo que genera, lo que hace de Rust un título tan interesante. Sus combates no son especialmente divertidos y en lo que se refiere a la artesanía y exploración, está algo por debajo de otros títulos del estilo; pero su capacidad para convertirnos en seres desalmados, la facilidad con la que transforma a los jugadores en unos malditos bastardos sin escrúpulos, es una experiencia que merece la pena probar. La aventura puede ser frustrante, mucho, pero si superas su dura curva de dificultad, disfrutarás de un título especial.

  • Terror en estado puro. Pocos juegos del estilo ofrecen una acción tan tensa
  • Amplias opciones de construcción y fabricación de objetos
  • Es una máquina de crear historias de supervivencia geniales
  • Puede ser muy frustrante; la entrada al juego es brutal e implacable
  • Es un juego exigente que requiere horas de dedicación; si no puedes hacerlo...
  • Los combates no son tan divertidos como en otras aventuras de supervivencia
  • Algunos problemas de rendimiento entorpecen la acción
Jugadores: Masivo Online
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: Incalculable
Ver requisitos del sistema
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