Análisis de Silent Hill Downpour

Análisis de Silent Hill Downpour
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Silent Hill no vive su mejor momento en términos de calidad... ¿Remontará el vuelo con Downpour? Vatra Games ha aportado algunas ideas ingeniosas y novedades de enjundia a la saga, pero le ha faltado chispa a la hora de ejecutarlas con brillantez. El que nos ocupa es un título discreto que resultará correcto para el usuario medio, y que sólo deparará grandes alegrías a los fans de la saga.

La saga Silent Hill no está pasando por su mejor momento en las consolas de la actual generación, y es que a pesar de que en los últimos tiempos hemos visto fantásticas entregas como Shattered Memories para PSP, PlayStation 2 y Wii u Origins para PSP y PlayStation 2, lo cierto es que Homecoming, el debut de la franquicia en PlayStation 3 y Xbox 360, no pasó de lo meramente interesante y quedó muy alejado de los estándares de calidad altísimos de los que la franquicia hacía gala en el pasado.

Downpour, la nueva entrega, sigue precisamente esa línea, con unas cotas de calidad más que aceptables como videojuego independiente, pero que palidecen ante lo que los inconmensurables inicios de la IP depararon en el pasado. El nuevo Silent Hill es un buen videojuego en líneas generales, con algunos fallos eso sí, que demuestra el ansia de Konami, como distribuidores, y de Vatra Games, como desarrolladores, a la hora de llevar la franquicia a nuevos frentes. ¿Planteamiento acertado? ¿Equivocado? Te contamos nuestra opinión.

Llueve sobre Mojado -Historia-
Como ya se adelantó en su momento, el protagonista de Downpour es un atípico presidiario que escapa de un furgón de transporte entre cárceles tras un inesperado accidente. A partir de ahí se desencadenará una aventura con muchos toques de terror donde lidiaremos con las habituales criaturas de pesadilla, resolveremos algún esporádico y sencillo puzle y protagonizaremos, en el pellejo de Murphy Pendleton, unas ocho o nueve horas de acción francamente renovada y tremendamente predominante.

Hay muchas elecciones de los chicos de Vatra Games que están decididamente planteadas para desmarcar a Downpour de lo que la IP ha venido siendo hasta ahora. Desde las estéticas, como la presencia constante de la lluvia, hasta las implicaciones jugables de ésta pasando por la recogida de abundantes elementos del combate de Homecoming al que ni tan siquiera logra emular con éxito. Y es que si al anterior juego le faltaba inspiración y chispa para dejar de ser un título notable y convertirse en una joya como, por ejemplo, los tres primeros Silent Hill; en esta ocasión estamos incluso ante una mayor ausencia de talento e iluminación para hacer trascender al videojuego.

Nuevo protagonista es un presidiario fugado que deberá abrirse paso en los horrores de Silent Hill.
Nuevo protagonista es un presidiario fugado que deberá abrirse paso en los horrores de Silent Hill.

La historia es completamente independiente de episodios anteriores y también, quizá, el mayor punto a favor del programa. Los responsables del juego han evitado con habilidad tratar a lo largo de la campaña el tema de la encarcelación de Pendleton, dejando en todo momento al personaje principal como un héroe de lo más ambiguo. Esto le sienta bien a un juego tan tenebroso como éste, y de hecho en algunos momentos nos permite tomar algunas decisiones de tipo ético que nos ayudarán a perfilar algo más la personalidad del recluso huido. Las opciones serán tan sencillas como ayudar a alguien o dejarlo a su suerte, por ejemplo, y si bien no son demasiado abundantes ni su influencia es radical en el desarrollo de la historia, sí son un añadido muy agradable a la antaño rígida fórmula de la saga.

Por lo demás el juego es convencional pero efectivo en lo narrativo, con cuatro finales diferentes en función de los actos que vayamos protagonizando a lo largo de la aventura y dos más sólo para lo que hagamos al final. Por el camino conoceremos a los clásicos personajes secundarios tan deliciosamente desubicados como es tradicional en la IP, y seremos el eje sobre el que pivotará uno de los guiones más cohesionados de los que hemos disfrutado hasta ahora en la saga. Eso sí, el juego fracasa a la hora de dar miedo, y es que el antaño terror irracional del que hacía gala la saga y que nos regalaba algunas situaciones de insospechada tensión y algunos sustos épicos brilla enteramente por su ausencia en esta ocasión.

La relación con los personajes secundarios es importante. Deberemos hacerles favores y colaborar con algunos de ellos.
La relación con los personajes secundarios es importante. Deberemos hacerles favores y colaborar con algunos de ellos.

Lavado de Cara -Experiencia Jugable-
Vatra Games ha sustituido al frente de Silent Hill a Double Helix, y lo ha hecho con fuerza y valentía, sabedores de que la franquicia necesitaba o bien un regreso a los orígenes o, por el contrario, un cambio de cara notable que devolviera a la marca a la primera plana de los videojuegos. Para ello han llevado a cabo muchos cambios en la fórmula, algunos acertados y otros... no tanto. Entre los positivos nos ha gustado el planteamiento del uso de la lluvia, el gran reclamo del videojuego a nivel conceptual. ¿Cómo se plantea? Sencillo, cuanto más llueve más agresivos, numerosos y difíciles de vencer serán nuestros enemigos. Entre los no tan buenos contamos entre otros las absurdas secuencias de persecución, por ejemplo, que resultan excesivamente repetitivas y poco inspiradas, que buscan romper el ritmo lento del juego con secciones ambientadas en el "Otro Mundo" en las que debemos evitar obstáculos en carrera.

Y es que el ritmo del título vuelve a cambiar notablemente según nos encontramos en el mundo real o en el siniestro universo alternativo que tan buenos resultados ha dado hasta ahora en términos terroríficos para la saga. El juego es tremendamente frenético en el siniestro "mundo a través del espejo" de Downpour, pero retoma sus raíces bastante más pausadas cuando nos movemos en el primero: muy estrecho y encorsetado en las primeras horas, pero mucho más abierto cuando llegamos a la emblemática ciudad y comenzamos a movernos con libertad por ella.

Lo mejor del videojuego viene, de hecho, cuando nos volcamos en la exploración y los puzles del título. Son dos facetas que no están demasiado presentes cuantitativamente dentro del programa, más bien todo lo contrario, no obstante cuando hacen acto de presencia nos regalan los mejores momentos del título. Hay algunos rompecabezas francamente meritorios que, aunque están algo fuera de lugar en cuanto a contexto, entretienen notablemente pese a no llegar a las cautivadoras cotas de sus predecesores.

La exploración, por otra parte, goza de la misma presencia reducida en el conjunto del modo historia, y si bien se circunscribe únicamente a las misiones secundarias, como decimos nos ofrece los picos más altos de diversión en Downpour. De este modo conoceremos a algunos personajes de corte secundario si nos sumergimos en rondar las peligrosas calles de la ciudad y movernos por las casas, liberando así poco más de una docena de pequeños encargos y favores para los ciudadanos que nos recompensarán con ítems y, sobre todo, con algo más de contexto sobre lo que rodea a la aventura.

Esos dos son los principales lazos de Downpour con los anteriores Silent Hill en general y con los tres primeros en particular, y es que en el resto de facetas el programa está principalmente cargado de acción. En esta vertiente es donde menos brilla el lanzamiento, encontrándonos con que el gran volumen jugable del programa es, precisamente, en el que menos alegrías nos depara. ¿A qué se debe esto? El torpe sistema de lucha de Homecoming ha sido trasladado casi punto por punto a Downpour, aunque alterando algunos aspectos para inyectar frescura como, por ejemplo, unos escenarios mucho más grandes y abiertos que permiten nuevas tácticas. El protagonista puede cargar únicamente con un arma cuerpo a cuerpo, y éstas se desgastan de modo que deberemos estar constantemente cambiando unas por otras incluso durante los propios combates. Habrá algún arma de fuego esporádica, pero la exigua presencia de munición, que roza lo inexistente, y la absoluta torpeza de nuestro héroe a la hora de manejarlas desaconseja abrazarla como una vía de escape válida.

Las primeras horas de juego son bastante lineales, pero no tardaremos demasiado en descubrir todo lo que la ciudad puede ofrecernos.
Las primeras horas de juego son bastante lineales, pero no tardaremos demasiado en descubrir todo lo que la ciudad puede ofrecernos.

Desde las Sombras -Gráficos y Tecnología-
Lo visual es, seguramente, la parte de un videojuego que menos importa a un verdadero fan de Silent Hill, sin embargo es un apartado que también tiene enorme importancia, sobre todo desde el punto de vista artístico; y es que en este sentido la franquicia nos ha ofrecido en el pasado memorables resultados que han contribuido a crear sus memorables atmósferas. Monstruos de pesadilla increíblemente emblemáticos, escenarios que forman parte ya del imaginario colectivo y un retrato de personajes protagonistas de enorme carisma eran sólo algunas de las características clave de entregas precedentes.

En todos estos puntos no acaba de convencer el trabajo de Vatra Games, que ni resulta llamativo en sus ideas ni goza de una ejecución particularmente hábil. Por ejemplo el protagonista principal es, sin duda, el más genérico en cuanto a diseño de la saga, dando la sensación de haberse desaprovechado un héroe con muchas posibilidades de haber obtenido resultados visuales muy superiores. Idéntica conclusión puede extraerse de los escenarios, demasiado repetitivos merced a un reciclaje de estancias y objetos completamente excesivo. Las criaturas, por último, siempre han sido uno de los puntos fuertes de la franquicia, y tampoco son particularmente brillantes en esta ocasión. Hay alguna sorpresa y algún as en la manga por parte de sus responsables que, por supuesto, no desvelaremos, pero en líneas generales el trabajo aquí es tan genérico como en el resto de facetas del programa.

Hachas de incendios, sillas, tuberías... Todo lo que encontremos por el suelo volverá a convertirse en improvisada arma.
Hachas de incendios, sillas, tuberías... Todo lo que encontremos por el suelo volverá a convertirse en improvisada arma.

Lamentablemente todo esto viene acompañado de una ejecución tecnológica bastante pobre. No hay nada demasiado llamativo en el título en cuanto a iluminación, carga poligonal o tratamiento de texturas que haga trascender la propuesta estética de Downpour; no obstante el verdadero problema estriba en el pulido. El juego tiene problemas de sincronía vertical, de popping y además una tasa de imágenes por segundo inusualmente irregular, todo ello se hace mucho más notorio en escenarios abiertos.

No obstante no todo son malas noticias en lo estético, pues también hay algunas cosas que nos han llamado mucho la atención. Por ejemplo la forma de representar el daño sobre Murphy nos ha parecido muy interesante y similar a la manera en la que se hacía en los Batman de Rocksteady, es decir arañando y desgarrando la ropa del protagonista y mostrando sangre en su cuerpo. Hay, además, alguna idea muy positiva en cuanto a diseño de algún escenario realmente original, pero los problemas tecnológicos generales y lo genérico del resto de elementos del apartado artístico hacen descender muchos puntos al conjunto general. Cuesta sentirse dentro de un videojuego en el que, debido a los problemas técnicos y al pobre aspecto estético, nunca podemos olvidar eso precisamente, que tenemos un pad en las manos y que entre nosotros y el personaje hay demasiados obstáculos de corte tecnológico.

Las escenas de persecución son uno de los peores elementos del juego. Una suerte de fuente de energía correrá tras nosotros.
Las escenas de persecución son uno de los peores elementos del juego. Una suerte de fuente de energía correrá tras nosotros.

En cuanto a lo sonoro debemos empezar por aclarar que muy lejos quedan los tiempos en los que la saga disfrutaba de las siempre inspiradas bandas sonoras de Akira Yamaoka, uno de los nombres más emblemáticos de la saga. El músico nipón era capaz de hacernos sentir emociones verdaderamente aterradoras con sus siniestras y cacofónicas composiciones, y todo ese turbador audio ha ido desapareciendo más y más de la IP con partituras mucho más corrientes y menos efectivas. En este sentido Downpour se lleva la palma con la menor presencia musical hasta la fecha en una decisión muy minimalista, y con efectos que hacen su trabajo pero que están lejos de resultar tan efectivos como en el pasado. El título, por si fuera poco, erra entre sus decisiones de audio con la elección de un tema de los antaño emblemáticos KoRn como principal incentivo sonoro. La banda metalera dista mucho de su mejor momento, el que disfrutó en la segunda mitad de los noventa con sus tres primeros álbumes, y su tema no sólo no es especialmente llamativo, sino que además no encaja en absoluto con el estilo del videojuego.

Discreto

Sin sello

Silent Hill: Downpour

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Downpour es el muy respetable deseo de Vatra Games de inyectar sangre fresca en una saga tan veterana como la de Silent Hill, pero también es una muestra del discreto estado de forma de la IP. Lejos quedan los brillantes precedentes de la franquicia, este nuevo título es meramente discreto y sólo atrapará a los más hardcore de la saga.

Comprar Silent Hill: Downpour
Jugadores: 1
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés
Duración:
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