Desde su primera presentación, una de las mayores preocupaciones de la comunidad alrededor de Starfield tenía que ver con Creation Engine, el motor gráfico que Bethesda ha empleado en sus últimos grandes lanzamientos. Aunque se trata de una tecnología que se presentó con The Elder Scrolls: Skyrim (y cuya base tiene más años a sus espaldas de lo que parece), Todd Howard y su equipo han callado todos los rumores y especulaciones de los jugadores creando un RPG espacial más que notable tanto en contenidos como en apartado técnico. Sin embargo, y sabiendo que el estudio pretende alargar la vida útil de su herramienta con el futurible The Elder Scrolls VI, no son pocos los que vuelven a temer por el devenir del próximo título de la compañía. Y, por lo que hemos visto en Starfield, tenemos buenas razones para arquear una ceja.
Creation Engine, ¿un motor al límite?
Starfield no está construido sobre la versión original de este motor gráfico, pues, como os decíamos en el anterior párrafo con Skyrim, Creation Engine cuenta con más de 10 años a sus espaldas. En su lugar, Bethesda ha optado por actualizar la herramienta para adaptarla a los estándares actuales fabricando así un Creation Engine 2 que, aunque bebe de lo visto en la aventura del Sangre de Dragón, mejora muchos de sus aspectos técnicos. Pero no creas que la herramienta nace con el juego del 2011, pues ésta, a su vez, fue desarrollada a partir del motor Gamebryo (antes Netimmerse), usado en juegos como el Prince of Persia 3D de 1999.
Creation Engine nació a partir de Gamebryo, un motor que ya tiene más de 20 años
En resumidas cuentas, y más allá de actualizaciones, nuevas versiones y una adaptación bastante notable a nuestros tiempos, Creation Engine tiene muchos años. Y Starfield nos da un puñado de razones que nos hacen pensar en su jubilación, pues hay aspectos muy vistos en los desarrollos Triple A que no han podido lograrse en el RPG espacial de Bethesda. Hablamos por ejemplo de la desaparición de NPC cuando cruzan una puerta (algo que otras entregas han adaptado de forma más natural con el personaje).
Por otro lado, tenemos aspectos 'marca Bethesda' que podían considerarse algo obsoletas a día de hoy. Aquí nos referimos a decisiones tales como el primer plano fijo a la hora de conversar con un NPC, las pantallas de carga (de las cuales cada uno tiene una opinión distinta, todo sea dicho) o la gestión del inventario. De hecho, desconocemos si este último punto tiene más relación con el diseño de juego que con el motor gráfico empleado en el desarrollo, pero sin duda llama la atención que ya haya un mod para simplificar este proceso. Sea como fuere, estos son solo algunos de los ejemplos más notorios que nos hacen pensar en un Creation Engine 2 que ya está al límite, y que podría dar más problemas que soluciones en el futuro.
El motor gráfico ha dado un Starfield más que notable… ¿Hará lo mismo con TES VI?
Aunque tiene un acabado a la altura de lo esperado, Starfield no está exento de pequeñas irregularidades
No obstante, me es imposible continuar sin mencionar todo lo logrado por Bethesda con Creation Engine 2, a pesar de su longevidad en el estudio. Las animaciones faciales se han pulido, las superficies, ya sean de cristal o de pura roca espacial, son más realistas y las físicas, tal y como demuestra el usuario de Reddit que disfruta acumulando patatas, son de lo mejor que hemos visto en proyectos de la desarrolladora. Sí, es evidente que la experiencia puede verse entorpecida por NPC que actúan de forma extraña o con Vasco atascándose por voluntad propia, pero el acabado final está a la altura.
Ahora bien, ¿podrá Bethesda repetir esta hazaña con The Elder Scrolls VI? Tras recordar lo bueno y lo malo del juego, siempre hablando de aspectos técnicos, no puedo evitar pensar en que el equipo podría encontrar todavía más dificultades a la hora de desarrollar el próximo título de su saga de fantasía medieval. Es algo que debemos asumir desde ya mismo: el juego tardará varios años en llegar al mercado, y eso significa que deberá ponerse a la par con las novedades gráficas del momento. Soy incapaz de ver el futuro, así que no tengo ni la más remota idea de hacia dónde puede dirigirse la industria en cuanto a motores gráficos, mejoras visuales y más. Pero tengo claro que seguirá avanzando a pasos agigantados, tal y como ha hecho durante las últimas décadas.
Y cualquiera pensaría que Starfield es prueba suficiente de que The Elder Scrolls VI puede salir bien con Creation Engine 2 (o el nombre que tenga su próxima versión), pero aquí es importante destacar un aspecto clave en el desarrollo del RPG espacial: con la compra de Bethesda por parte de Microsoft, el equipo ha podido retrasar el lanzamiento del juego, obteniendo así tiempo extra para optimizar y pulir la experiencia. Quiero pensar que el gigante tecnológico seguirá mimando a sus estudios brindándoles todo lo necesario para sacar productos excelentes, pero no podemos saber con exactitud cuál será la situación de Xbox y la industria de aquí a cinco o siete años.
No me malinterpretéis; aunque aquí expongo mis dudas alrededor del uso de Creation Engine 2 para The Elder Scrolls VI, rezo porque Bethesda pueda darnos un juego tan fantástico como lo está siendo Starfield, ya sea con este motor gráfico o con una herramienta totalmente inédita. A fin de cuentas, yo únicamente quiero perderme por mundos abiertos medievales, postapocalípticos y espaciales, y este reciente Starfield ha conseguido engancharme con el brillo de sus estrellas. Solo espero que, de aquí a unos años, The Elder Scrolls VI vuelva a lograr esta hazaña.
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