Mario cumple 25 años, y sus creadores en Nintendo han decidido hacerle el mejor regalo: una edición coleccionista para que sus fieles seguidores recuerden las más de dos décadas de historia de este fontanero que dio la vuelta a los cuentos de hadas en el mundo de los videojuegos. Estas Navidades, el género de los plataformas tiene una muy especial caja roja.
Más de 200 millones de videojuegos vendidos y artífice del crecimiento de la industria de videojuegos japonesa durante el último cuarto del siglo XX. El fontanero italiano, más conocido como Mario, supone el motivo principal por el que hoy consideremos a Shigeru Miyamoto (su creador) uno de los gurús más importantes del mundo del videojuego. Y es que, de hecho, probablemente sólo Walt Disney -con su ratón Mickey- haya logrado en la historia del entretenimiento algo como este japonés natural de Kyoto.
Pero no estamos aquí solamente para hablar de historia, sino de Super Mario All-Stars Edición 25 aniversario para Wii, una recopilación compuesta de algunos de los mejores títulos que ese bigotudo de mono rojo ha sido -hasta el momento- capaz de darnos. En esencia, 25 años repletos de saltos, plataformas y, sobre todo, diversión para todas las edades.
La caja roja de Nintendo
Es extremadamente difícil encontrar a alguien que hoy en día no haya probado -o al menos visto- alguna de sus aventuras, así que la maniobra de Nintendo no podía llegar en mejor momento. De cara a la Navidad, la propuesta de concentrar cuatro videojuegos clásicos de la serie (la saga Super Mario Bros, incluido Lost Levels) supone una muy estratégica maniobra de "marketing", más aún si el paquete viene enfundado en una elegante caja roja que se completa por un folleto de coleccionista, además de la banda sonora más representativa de la franquicia Mario.
Aparte, el precio es muy competitivo (apenas 30 euros), aunque... ¿es suficiente motivo para su adquisición? Aquí, la respuesta es más complicada, puesto que nos encontramos ante un título que ha sido directamente rescatado desde Super Nintendo. En efecto, para los que no lo sepan, Super Mario All-Stars (1993) fue inicialmente concebido para la entonces conocida como "el cerebro de la bestia", una máquina de 16 bits que llegó a incluir en uno de sus packs de lanzamiento este mismo recopilatorio.
Un recopilatorio en el que Nintendo realizó sustanciosas mejoras sobre las obras originales, introduciendo un renovado apartado gráfico (nuevos fondos y reinterpretados "sprites" de personajes), algún retoque en las físicas de los saltos, además de una banda sonora y efectos de sonido remasterizados. El cambio era visual y palpable, más aún cuando se incorporaba un sistema de guardado ideal para no volver a dejar nunca más la consola encendida durante ocho horas a fin de no perder esa partida que tan avanzada teníamos (existen pruebas de que muchos jugadores lo hicieron para dormir mientras acababan Super Mario Bros 3).
Por tanto, esta es una de las pocas ocasiones en que quizá se pueda criticar a la Gran N por su falta de trabajo, más aún cuando se da la triste circunstancia de que no existe reescalado gráfico alguno, con lo cual veremos unos antiestéticos y anchos bordes negros a cada lado de la pantalla mientras jugamos.
Y es que el único mérito, verdaderamente, de esta reedición es la de proporcionar un nuevo medio físico (en este caso el DVD) y un sistema de control como el wiimote -en horizontal- para disfrutar, eso sí, de cuatro videojuegos atemporales de los cuales consideramos que debemos realizar un breve repaso, aunque antes sería importante comentar los contenidos adicionales (folleto y CD de música) que incluye Super Mario All-Stars Edición 25 aniversario.
De hecho, estos elementos accesorios suponen el gran motivo por el que adquirir la edición. Y, aún así, no todo son halagos. De esta manera, el folleto de coleccionista intenta concentrar en tan sólo 32 páginas las ya más de dos décadas de historia de Mario. Tarea imposible, aunque se agradece el intento por hacernos amena la lectura gracias a diseños artísticos conceptuales inéditos (realizados algunos por el mismísimo Miyamoto), a brillantes cronologías y a comentarios de los propios desarrolladores.
Algo parecido se puede sentenciar sobre la banda sonora. Un CD con 20 pistas (diez temas y diez efectos sonoros) de apenas 26 minutos de duración en total no da, sinceramente, ni para hacer un resumen recopilatorio de la música de la franquicia. Faltan muchos temas esenciales, y eso que encontramos algunos tan representativos como la sintonía principal del primer Super Mario Galaxy.
Por tanto, podemos concluir que Super Mario All-Stars Edición 25 aniversario tiene más buenas intenciones que brillantes resultados. Se echaba de menos algún videojuego más, un libro más elaborado y varios CDs cargados de música. Los fans no se merecían menos, aunque habrá que esperar cinco años para ver si para el 30 cumpleaños Mario nos prepara una mejor fiesta repleta de saltos, diversión y mucha historia.
Super Mario Bros. El juego que cambió la historia
Con más de 40 millones de unidades vendidas, Super Mario Bros ha supuesto el videojuego más vendido de todos los tiempos. Uno que a finales de los años 80 (concretamente, en 1987) hacía a miles de niños maravillarse ante los escaparates de las contadas tiendas de electrónica que se atrevían a colocar una consola en funcionamiento de cara al público.
Concebido como secuela del arcade Mario Bros, este plataformas destacó por su brillante y adaptativa jugabilidad, capaz de encandilar desde el nieto hasta al abuelo, pasando por padres, madres, amigos, novias y todo aquel que se atreviera a dar saltos en el Reino Champiñón. Aquel videojuego desprendía magia en cada uno de sus "sprites", que nos llevaban desde verdes praderas hasta los tenebrosos castillos de Bowser, repartidos a lo largo de ocho mundos que nos invitaban a protagonizar un argumento que daba la vuelta a los cuentos de hadas. Esta vez no era un apuesto príncipe el que rescataba a la bella princesa, sino un feo fontanero.
Pero la idea era tan original y simpática que el esquema funcionó a la perfección, gracias también en parte a un inspirado Koji Kondo (compositor musical) que pasó a la historia por el tema principal del videojuego, el cual será recordado para siempre en la historia del ocio electrónico. Sin duda, un cartucho que sirvió para sacar adelante a la NES en su etapa de lanzamiento, pero también para sentar las bases de un género -el de las plataformas- del que curiosamente Nintendo sigue siendo el rey indiscutible, ya que en parte es la única compañía que todavía lo mantiene con vida.
Super Mario Bros: The Lost Levels. El desconocido
Tras el éxito del primer Super Mario Bros, los de Kyoto decidieron que era muy buena idea continuar la buena racha para crear una continuación rápida y de bajo coste con aquellos niveles que por su extrema dificultad no fueron incluidos en el primer título de la serie. Así fue cómo surgio el que en Japón se ha conocido como Super Mario Bros 2 (1986), a pesar de que nunca llegara al resto del mundo.
Y la culpa la tuvo principalmente Nintendo of America, que consideró que el producto era inapropiado por dos sencillas razones. La primera, que se parecía demasiado al primer videojuego, con lo que no suponía una gran novedad como para motivar una secuela; la segunda, que resultaba frustrante por la elevada dificultad que entrañaba, ya que era una obra eminentemente destinada a aquellos expertos de Super Mario Bros que ansiaban nuevos retos.
No obstante, y a pesar de todo, en la isla nipona logró buenos resultados. En total, más de dos millones de copias vendidas que premiaban las novedades introducidas, como las diferencias jugables entre los hermanos fontaneros (Luigi saltaba más y llegaba más lejos), las mejoras en la calidad del sonido, los mundos desbloqueables y unos enemigos más agresivos que se complementaban con unas malignas setas que, en lugar de hacernos crecer, causaban el mismo efecto que si nos tocara un rival. En definitiva, el gran desconocido de la serie Super Mario Bros y que ahora recuperamos otra vez gracias a esta nueva recopilación.
Super Mario Bros 2. La secuela de los occidentales
The Lost Levels no salió de Japón en su lanzamiento, pero eso no significaba que el resto del mundo fuera a quedarse sin la secuela de Super Mario Bros. La solución entonces fue la de coger un título existente, en este caso Doki Doki Panic, y rediseñarlo con nuevos "sprites" para que pareciera un título dentro de la serie. Así, en esencia, fue cómo nació el que en Europa y EEUU hemos conocido como Super Mario Bros 2 (1989). Aunque, claro, hay muchos matices que resaltar...
Por ejemplo, uno de los más importantes es que aquel videojuego "molde", por supuesto, era oficial de Nintendo, y estaba realizado por la cúpula de desarrollo de la compañía (EAD, con Miyamoto y Kondo a la cabeza), con lo cual se explica su tremenda calidad.
Además, vendió muy bien (cerca de diez millones de copias), aunque no dejaba de ser un plataformas de "scroll" horizontal algo atípico, al que se le notaba estar calzado para entrar dentro del mundo Mario Bros. Y motivos los hay muchos, como que tuviéramos la oportunidad de seleccionar entre cuatro personajes de distintas habilidades (Mario, Luigi, Toad y Peach), que gozáramos de niveles de salud o que, en lugar de saltar sobre los enemigos para acabar con ellos, lo hiciéramos para agarrarlos y lanzarlos a continuación contra otros. Hasta había puertas que nos llevaban a otras dimensiones y máquinas tragaperras a modo de fases "bonus", pero nadie puede negar que el experimento, aparte de rentable, mereció la pena.
Super Mario Bros 3. El verdadero sucesor
Ni el Super Mario Bros 2 de Japón ni el de los estadounidenses o europeos fueron considerados como los verdaderos sucesores del mítico Super Mario Bros. Para encontrar un título que lograra reencarnar la esencia jugable de la saga y mejorarla hubo que esperar cuatro largos años, allá por el final de una NES que se despedía del panorama electrónico de la mejor manera posible.
Super Mario Bros 3 (1991) fue el primer plataformas del fontanero donde podíamos aunar esfuerzos con un segundo jugador -por turnos- para completar los distintos niveles de los ocho mundos disponibles. También era el primero en estructurar las fases a través de un mapeado, donde no faltaban fases de bonus o la posibilidad de utilizar objetos (setas, flores de fuego...) antes de continuar con una aventura en la que, por cierto, Mario era capaz de convertirse en mapache para volar o en rana para nadar.
Aquí se hicieron igualmente famosos los barcos de los esbirros de Bowser, que sustituían a los castillos finales típicos del primer Super Mario Bros. Y si esto fuera poco, se incluyó a modo de homenaje una remasterizada versión del clásico Mario Bros. Por todo esto, la obra pulverizó los sistemas de valoración de las revistas especializadas de la época, además de vender la merecida cifra de 20 millones de cartuchos, y eso sin contar la enorme parafernalia de "merchandising" (incluidas series de televisión) que allanaría el camino para crear nuevos y mejores plataformas en el futuro.
Mario celebra sus 25 años de saltos salvando princesas con un regalo que no hace justicia a su brillante carrera. La edición con motivo de su aniversario tiene pocos videojuegos (sólo cuatro), un folleto que no representa su larga historia y un CD al que se le olvida hacer sonar una gran cantidad de partituras dentro de la franquicia. Nintendo podría haberlo hecho mejor, pero aún así Super Mario All-Stars Edición 25 aniversario puede ser un buen regalo para colocar debajo del árbol de Navidad si eres un auténtico fan del mítico Mario.
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