La velocidad a la que vivimos en el mundo del videojuego a veces no nos deja ver la gran panorámica de las cosas. Yo he estado ahí hace más de una década cuando los memes sobre los servidores tostadora de Europa Oeste campaban a sus anchas en la comunidad de League of Legends, cuando la nueva Grieta del Invocador llegó para relevar a la que estaba con nosotros desde la beta o cuando Rengar partió el juego en dos nada más salir.
Los años pasan y parece mentira que de esa comunidad enorme, pero de nicho y bastante estanca, hayan salido cosas como canciones que llegan a los primeros puestos de Billboard, una de las mejores series de los últimos años como Arcane, una novela entretenida como Ruination o ya una cantidad respetable de juegos para un único jugador dentro de la licencia.
Podemos caer en pensar que esto es natural, pero no es así. En esa evolución paulatina, lenta, y a la vez vertiginosa, he pensado durante estos últimos días jugando a The Mageseeker, el nuevo título de la iniciativa de publicación de videojuegos monojugador hechos por estudios independientes, Riot Forge.
Una buena idea no tan bien ejecutada
No os miento si digo que tenía un montón ganas de este juego. Ya no es que vaya a contar una historia que me encanta, como es la rebelión de Sylas en Demacia, es que además el desarrollo estaba a cargo de Digital Sun Games. Este estudio español lanzó uno de los indies que más me han gustado en los últimos años como fue Moonlighter, un roguelike en el que de noche íbamos a las mazmorras y de día regentábamos una tienda en la que vendíamos los hallazgos.
Y tras completar esta aventura, tengo dos puntos clave que he de destacar en este texto. El primero es que el juego funciona genial a la hora de contar cómo Sylas logra pasar de ser un agitador y prácticamente un terrorista, a liderar una lucha contra la injusta discriminación a la que están sometidos los magos en Demacia. El segundo es que salvo ciertas batallas entre campeones de League of Legends, o aspectos concretos de la progresión del protagonista, hay cuestiones como el diseño de niveles o las peleas genéricas que lastran el resultado final.
Pero empecemos por describir The Mageseeker como videojuego. Se trata de un título de acción con elementos RPG en vista cenital. Dispondremos de misiones principales que harán avanzar la historia, misiones secundarias para conseguir recursos y una base para nuestro grupo de la resistencia. Podremos mejorar tanto a nuestro personaje, como ampliar la base al conseguir reclutas asociados a varios rebeldes notables.
Un diseño de niveles monótono
En cuanto al combate, aquí tenemos varias buenas ideas. Para empezar, se hace uso de la icónica habilidad definitiva de Sylas en League of Legends, con la que roba las habilidades a los campeones enemigos. De esta forma, e incluyendo un sistema de 6 elementos que se hacen daño aumentado entre ellos y rebajado a sí mismos, Sylas tiene acceso a un grimorio de más de 20 hechizos. A esto hay que añadir un sistema de aliados que potencian ciertos movimientos, o un modo temporal desencadenado que potencia nuestra fuerza y nos permite realizar acciones impresionantes.
La base es realmente interesante y comienza aprovechándose de una forma genial. Sin embargo, el diseño de los propios combates no le hace justicia. Nos pasaremos muchas horas peleando contra enemigos repetidos, haciendo que las batallas dejen de tener gracia una vez que aprendamos las relaciones elementales. La variedad de enemigos no es el fuerte del juego, y tampoco tiene gran variedad de situaciones planteadas; de hecho en la recta final se limita a tirarte hordas de enemigos sin más miramiento.
Tampoco juega en su favor el diseño de niveles. No es que este sea lineal y apenas tengamos algún camino secundario para dar con un cofre con recursos extras, ya que hay juegos que optan por ello y no se ven damnificados en su evaluación. La cuestión es que son pasillos bastante directos, puzles tremendamente simples, y que hacen tanto uso de la habilidad de Sylas de tirar sus cadenas como un gancho que acaba siendo trivial.
Y es una pena, porque los escenarios son preciosos. Aunque pueden llegar a repetirse, ya que no dejan de ser 4 “biomas” (Demacia y aledaños, bosque, mazmorras y bases enemigas), se emplea un pixel art precioso. Por si esto fuera poco, las animaciones de los personajes son detalladísimas si tenemos en cuenta el estilo artístico usado. Ver a Sylas auparse desde una alcantarilla es una cosa loquísima, sin ir más lejos. Lo mismo pasa con los combates, que cuando tenemos enfrentamientos entre campeones y otros jefes importantes, vemos brillar al sistema de combate. El que un rival tenga más de un movimiento es una mejora exponencial de la experiencia, y si ya es un campeón con habilidades tremendamente reconocibles, es cuando The Mageseeker es aún mejor.
De forma adicional y comentándolo a modo de anécdota porque al final he jugado una versión previa al lanzamiento, tampoco es que mi experiencia haya sido la más cómoda. Jugándolo en Nintendo Switch he tenido múltiples bugs que me impedían avanzar, así como crasheos ocasionales. Hasta el punto de tener que repetir la batalla final o perderme las imágenes de la conclusión de la historia.
The Mageseeker era una conjunción casi perfecta para un fan del LoL
The Mageseeker era una conjunción casi perfecta para un fan del LoL. Una historia interesante, un personaje carismático y un estudio con un buen juego previo. Sin embargo, y a pesar de que tiene momentos realmente épicos y aspectos tan logrados como los combates contra jefes, se queda lejos de lo que podríamos esperar.
The Mageseeker era una conjunción casi perfecta para un fan del LoL. Una historia interesante, personaje carismático y un estudio con un buen juego previo. Sin embargo, y a pesar de que tiene momentos realmente épicos y aspectos tan logrados como los combates contra jefes, se queda lejos de lo que podríamos esperar.
- Personaje e historia interesante
- Escenarios y animaciones muy logrados
- Diseño de niveles mediocre
- Combate repetitivo
- Interesante para fans de League of Legends
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