Bugs: ¿Estás harto o eres comprensivo?

Bugs: ¿Estás harto o eres comprensivo?
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Parches de día 1. Partidas guardadas que se pierden. Fallos de programación dramáticos o, en ocasiones, cómicos… El jugador se ha acostumbrado en los últimos tiempos a ser poco menos que un tester, y queremos saber qué está pasando. ¿Se cuida suficiente el acabado ahora? ¿Han evolucionado los juegos más rápido que el testeo? ¿Estás harto o eres comprensivo?

The Witcher III, Assassin’s Creed: Unity, Halo: The Master Chief Collection o el algo más veterano The Elder Scrolls V: Skyrim… En los últimos años muchos videojuegos han sufrido problemas generales de pulido que han enervado a los aficionados con un factor común: Casi todos ellos son mundos abiertos y propuestas tremendamente ambiciosas. El jugador paga una cantidad importante de dinero por videojuegos que espera terminados, pero en más ocasiones de las deseables se encuentra con productos sin terminar, cargados de bugs y problemas de acabado que van mucho más allá de lo puramente técnico.

La percepción del jugador es que en los últimos tiempos cada vez se descuida más esta faceta, ¿pero es del todo cierto o es que no estamos teniendo en cuenta las dimensiones y la ambición de lo que se trata de conseguir ahora?. ¿Hace falta pulir más los videojuegos antes del lanzamiento? Esta frase se ha convertido casi en un axioma en la actualidad y definitivamente es totalmente cierta, pero hace falta entrar a profundizar más sobre ella. ¿Hay una dejadez y/o un problema de prisas para cumplir los plazos o es que los métodos de testeo que antes eran válidos ya no lo son tanto? Seguramente no es todo tan sencillo.

The Master Chief Collection no ha sido noticia en tanta medida por sus bugs como por sus innumerables parches para corregir su on-line.
The Master Chief Collection no ha sido noticia en tanta medida por sus bugs como por sus innumerables parches para corregir su on-line.


Efecto Mariposa

Las sensaciones no engañan... ¿O sí? ¿Están los juegos más cargados de bugs que nunca? ¿Se cuida menos el pulido que antaño? En realidad no siempre es así. Los títulos, por lo general, cuentan con muchos más procesos de testeo y con más fases de prueba que nunca a nivel interno y a nivel externo (famosas alphas, betas y Accesos Anticipados), sin embargo la proliferación de los mundos abiertos provoca que todo sea ahora más grande y más difícil de controlar para los programadores. No es lo mismo supervisar el acabado de un shooter fundamentado en recorrer pasillos, que hacerlo sobre un juego de rol o aventuras con decenas de dinámicas jugables propias y vastos mundos que recorrer con entera libertad. Todo esto debe contar: a desarrollo más desafiante mayor dificultad de tenerlo todo bien atado en cuestiones de pulido.

The Witcher III ha sido uno de los últimos grandes videojuegos que se ha visto afectado por un lanzamiento controvertido por su generosa cantidad de bugs.
The Witcher III ha sido uno de los últimos grandes videojuegos que se ha visto afectado por un lanzamiento controvertido por su generosa cantidad de bugs.


Dicho esto, hay que hacer matizaciones. La evolución de los videojuegos en término de diseño y experiencia jugable es obvia, y quizá con ella debería venir también una evolución en cuanto a testeo y controles de calidad. Los estudios más grandes tienen decenas (en ocasiones incluso centenares) de testeadores y de personal en control de calidad, sin embargo los resultados nos dicen que o bien no es suficiente o, más bien, que todos esos recursos no se están orientando adecuadamente y los métodos están anticuados. Recientemente está integrando todo ello de una forma que permite al aficionado participar del proceso con esas fases de prueba que hemos descrito anteriormente y que son públicas, y también se da más importancia que nunca a un feedback que hace unos años era inexistente pero que internet ha permitido estandarizar. Sin embargo tampoco es suficiente, los últimos años lo demuestran. Hay un hartazgo generalizado de quienes compran un juego y se sienten cada día más testeadores y menos consumidores de productos finales, y a buen seguro muchos de ellos no tendrían problemas en participar en más betas de sus juegos más esperados y ofrecer una opinión sincera y su valiosa dedicación durante el proceso.

No es lo mismo supervisar el acabado de un shooter fundamentado en recorrer pasillos, que hacerlo sobre un juego de rol o aventuras

Por otra parte también es cierto que en el hecho de que recientemente los bugs estén en boca de todo el mundo hay diversos factores. Por un lado hay aficionados que tachan de bugs cualquier tipo de incidencia visual, y eso no es exacto. Incidencias con el popping (elementos que se dibujan en pantalla más tarde de lo que deberían) o con el clipping (elementos que atraviesan otros) son a menudo achacadas a la falta de pulido cuando en realidad tienen más que ver con deficiencias del motor gráfico que se emplea o por excesiva ambición de los desarrolladores ante las limitaciones del hardware.

Aunque sus juegos se cuentan entre los más complejos y ambiciosos, Rockstar es de las compañías que logran en mayor medida juegos bien terminados y con el menor número de bugs.
Aunque sus juegos se cuentan entre los más complejos y ambiciosos, Rockstar es de las compañías que logran en mayor medida juegos bien terminados y con el menor número de bugs.


Además hay todo un fenómeno a estudiar que es el de los usuarios que adoran los bugs y todo el proceso de dar con ellos. Son jugadores que los buscan con avidez, que disfrutan de ellos y para los que cualquier tipo de error de programación es un fenómeno de culto. Para este perfil hay todo un espacio en la red digno de estudio que encuentra su máximo exponente en YouTube, donde hay mucha gente que come de dar con ellos y crear vídeos de perfil humorístico. Dentro de este rango de personas el más destacado es el de aquellos que los aprovechan (algo conocido por el anglicismo exploit) ya sea para crear speedruns y batir marcas o para descubrir áreas de otro modo inaccesibles en los mapas por poner sólo un par de ejemplos.

Hay que exigir que los lanzamientos modernos estén más pulidos, aunque nunca hay que perder de vista la dificultad que ello exige

Sin embargo, y obviando estas consideraciones, los efectos de los bugs para el mundillo son de una negatividad tremenda, y pueden acabar haciendo un daño irreparable a la industria. En primer lugar por la frustración que provocan en los jugadores, que los llevan con un enorme estoicismo, y que llega incluso al extremo de que ya esté asumido que los grandes Triples-A van a venir acompañados de multitud de parches, y que hace que algunos desistan incluso de comprarlos en el momento de su puesta a la venta y esperen a que estén algo más pulidos más adelante. El caso más doloroso de todo ello es el de los parches de "Día 1", actualizaciones que se distribuyen el día del lanzamiento y que provocan airadas reacciones entre los aficionados.

El caso de Assassin's Creed Unity es importante por muchos motivos. Salió a la venta en un estado calamitoso, pero logró reparar la mayor parte de los problemas con parches.
El caso de Assassin's Creed Unity es importante por muchos motivos. Salió a la venta en un estado calamitoso, pero logró reparar la mayor parte de los problemas con parches.


Por otra parte, y ya mirándolo desde el otro lado, la imagen de algunas grandes compañías se está resintiendo notablemente, y eso acaba siendo la peor carta de presentación para unos futuros proyectos que puede que nazcan con enormes ambiciones, pero que ya cuentan con ciertos estigmas y prejuicios de salida. Si una editora nos ha acostumbrado en sus más recientes lanzamientos a ofrecer un acabado pobre, el consumidor más veterano y pendiente de la actualidad no olvida y pondrá una cruz sobre sus siguientes lanzamientos. Esto también se traduce en ejemplos recientes que nos han permitido ver que, en iguales condiciones de pésimo acabado para dos productos de dos distribuidoras distintas, la peor fama sigue llevándosela la de la corporación con peores precedentes. No falla.

¿Somos demasiado exigentes? No, en absoluto. No sólo porque, en primer lugar, el avance de la industria (como cualquier otro negocio, basado en algo artístico o no) se basa en la exigencia del aficionado, a nadie le gusta ser conformista, sobre todo porque impide el estancamiento y también porque los precios de los videojuegos los convierten poco menos que en un artículo de lujo para algunas economías. Hay que exigir que los lanzamientos modernos estén más pulidos, aunque nunca hay que perder de vista la dificultad que ello exige en pleno año 2015, cuando las ambiciones de los desarrolladores son tan poderosas y, en ocasiones, incluso desmesuradas.

Entre las grandes metas de la industria del videojuego está la de mejorar el pulido de los juegos más ambiciosos. ¿Para cuando un lanzamiento de la envergadura de Skyrim sin apenas bugs de salida? ¿Pedimos imposibles?
Entre las grandes metas de la industria del videojuego está la de mejorar el pulido de los juegos más ambiciosos. ¿Para cuando un lanzamiento de la envergadura de Skyrim sin apenas bugs de salida? ¿Pedimos imposibles?


El Efecto Mariposa que describe la teoría del caos, por el que un ligero cambio en una variable puede provocar cambios radicales en otras que aparentemente pudieran parecernos inconexas, tiene aplicaciones constantes y devastadoras en nuestro universo virtual. Ese efecto que ha visto el aficionado un sinfín de veces en el que un parche que soluciona una cosa estropea veinte es uno de los ejemplos más groseros de un mundillo en el que esto, por suerte o por desgracia, pasa muy a menudo. Y no hablamos sólo de situaciones donde lo que hay que hacer es corregir, sino primordialmente de en las que lo que hay que hacer es crear, y donde eso provoca que el riesgo de que cualquier cambio cause efectos insospechados se multiplica. Si a esto sumamos la complejidad de un sandbox, donde hay millones de inconstantes que dependen unas de otras, la multiplicación ya no es aritmética sino exponencial. Por lo tanto, seamos comprensivos, sí, porque sabemos la complejidad de lo que se está gestando en un videojuego, pero también exigentes porque queremos que esto evolucione y sabemos lo que pagamos y lo que vale nuestro tiempo.

La Pregunta

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