Tras inaugurar su beta abierta, comenzaron a acumular números de escándalo en Steam. La gran sorpresa de los últimos días en el mundo del videojuego la ha dado The Finals. Este shooter competitivo creado por veteranos de la saga Battlefield se ha convertido en una de las grandes sensaciones del pasado fin de semana acumulando cifras superiores a los 250.000 usuarios simultáneos en PC. A este récord habría que sumarle todos aquellos que le hayan dado una oportunidad desde Xbox Series o PlayStation 5. Una jugabilidad emergente basada en escenarios destructibles, un 'gunplay' tremendamente satisfactorio y lo interesante de sus novedosos modos de juego son los grandes argumentos para justificar este arrollador triunfo durante su fase de pruebas.
Un shooter en el que la imaginación vale tanto como saber disparar
En los últimos años hemos visto estrellarse a decenas de juegos como servicio y este proyecto de Embark Studios llega tras haber aprendido la lección de estos fracasos. Pese a que The Fianls combina elementos disponibles en otros títulos, consigue un resultado tremendamente original. Su modo de juego principal se centra en robar cajas fuertes y asegurarlas en un punto del mapa, dando lugar a algo así como "Tomar la Bandera conoce a Rey de la Colina". El resultado son partidas tremendamente intensas en las que se valora más la emoción que la justicia. Algo que, si bien ha generado ciertas quejas y yo mismo creo que admite margen de mejora, también provoca ese pensamiento de que siempre tienes la opción de hacer una gran última jugada y ganar.
Aunque el modo de juego principal colabora en hacer que el juego se sienta único, la gran fortaleza de The Finals no está ahí. Lo que hace especial al juego es la combinación de varios sistemas e ideas de diseño. La destrucción de los escenarios da lugar a una jugabilidad emergente –las ideas para solucionar problemas surgen conforme nos encontramos situaciones únicas en cada partida– dando mucho espacio para que los jugadores pongan a prueba su imaginación. Recuerdo que cuando llevaba ya unas cuantas horas un amigo acababa de descargar el juego y, para entender rápidamente su funcionamiento, preguntó cómo se jugaba. Lo único que acerté a responderle era que fuese creativo, y creo que ahí está una de las grandes fortalezas de The Finals.
The Finals luce espectacular, rinde bien y ofrece una jugabilidad tremendamente divertida.
Dos de las partidas que jugué las gané en modo (casi) pacifista y sin necesidad de disparar. Tras tomar la caja fuerte y llevarla a la zona en la que debía asegurarla, me di cuenta de que era una habitación con dos entradas diferentes. Lo que hice fue colocar explosivos en ambas zonas y detonarlos, cortando cualquier acceso lógico a la zona. Allí me quedé durante algo más de un minuto tras haber convertido la habitación en una zona aislada del resto de la planta, de modo que los rivales solo tenían dos opciones: reventar el techo para entrar desde arriba o reventar el suelo para que tanto yo como el “cajero” –lugar en el que se deposita la caja fuerte y que hay que defender durante un tiempo– cayéramos. Lo cierto es que no supieron cómo hacerlo (o no tenían herramientas para ello) y ahí estaba: esperando en una esquina sin que nadie se acercase al objetivo.
Otro de mis momentos destacados fue cuando un equipo enemigo estaba asegurando la caja fuerte en un edificio, pero me equivoqué siguiendo las indicaciones del mapa y entré al de al lado. El fallo que podría haber significado la derrota se convirtió en una oportunidad. Si no había forma de cruzar rápidamente de un piso al siguiente yo me la iba a inventar: a golpe de RPG abrí un hueco en la pared y ahí estaban los rivales –no muy espabilados– esperando de espaldas a que todo el cargador de una ametralladora ligera lloviese sobre sus cabezas mientras los demás les tiraban granadas. Desalojo hostil y punto capturado en los últimos segundos para ganar la partida. Este tipo de situaciones le dan al conjunto un aire tremendamente divertido, convirtiendo la imaginación en una habilidad tan importante como la puntería.
El 'gunplay' de The Finals es bastante satisfactorio y, aunque hay excepciones propias de una beta, las armas están bien equilibradas.
Los motivos por los que me gusta The Finals se pueden resumir en estas dos jugadas que os acabo de contar. También hay, por supuesto, algunos elementos que no me gustan. El modo torneos –que será la variante más competitiva con sistema de rangos del juego final– tiene algunas mecánicas que me sorprendieron de forma muy negativa. Destaca la pérdida de puntos por morir. En la primera partida que jugué en este modo de juego aseguramos los dos primeros objetivos, consiguiendo puntos más que de sobra para quedar en una de las dos primeras posiciones y pasar a la siguiente fase. Pese a ello, decidimos seguir jugando para aumentar la diferencia: lo que nos encontramos tras una mala jugada es que nos habían quitado el 30% de los puntos después de que todo nuestro equipo fuera eliminado. No creo que sea bueno un sistema que castigue tanto estas situaciones, ya que invita más a quedarse "AFK" que a seguir en la partida.
También quiero destacar negativamente los problemas que tuvo la beta con lo referido a conexión o invitar amigos. No creo que sea algo que haya que castigar en sí mismo, porque para eso están las fases de pruebas. Sin embargo, en los tres primeros días –pese a haber más de 250.000 jugadores activos solo en Steam– el equipo de desarrollo no dio ningún informe de situación a través de las redes sociales. En este sentido y pese a que los contratiempos son comprensibles, han demostrado muchos fallos a la hora de comunicarse de forma efectiva con la comunidad. Este tipo de situaciones siempre me parecen preocupantes, ya que buena parte del éxito a largo plazo de los juegos como servicio se basa en saber cómo tratar con los jugadores y responder a sus preocupaciones.
El sistema de progresión es ágil, te permite conseguir rápidamente los elementos básicos y no está mezclado con la monetización.
En lo referido a monetización, que es quizá otra de las grandes preocupaciones de los juegos 'free to play', nada destacable negativamente por ahora. The Finals tendrá Pase de Batalla y una tienda rotatoria (sin cajas de botín) con diferentes cosméticos que no tienen ningún impacto en la jugabilidad. La progresión está completamente apartada de la monetización, desbloqueando nuevas armas o artilugios a buen ritmo y pudiéndose conseguir lo básico tras apenas jugar un par de horas. No hay personalización en las armas –más allá del aspecto– y tampoco es que haga mucha falta. Más que un Call of Duty o un Battlefield, aquí estamos ante algo más cercano a un personaje de Team Fortress 2 al que le podemos cambiar parte de su equipamiento, sustituyendo su habilidad o cambiando su granada de fragmentación por una mina explosiva. Lo importante, en este sentido, es que el sistema aporta mucha variedad estratégica y posibilidades de ampliarse en el futuro.
Aunque quiero señalar los elementos negativos –porque las betas también están para que todos aportemos feedback– lo cierto es que las impresiones han sido muy positivas. Es pronto para decir si The Finals será una nueva potencia en el mundo de los juegos como servicio o no. Sin embargo, podemos asegurar sin demasiado miedo a equivocarnos que se merece que le prestes atención de cara a su lanzamiento definitivo. Incluso si no te gustan los juegos competitivos, creo que aquí hay algo muy interesante para ti. Si en cambio, ya estás subido al barco de estos juegos particularmente exigentes, ni te lo pienses. En el peor de los casos te va a entretener unas horas y, en el mejor, será tu nuevo juego de cabecera.
En 3DJuegos | Iba a competir en fecha con Call of Duty, pero algo pasa en Ubisoft que se ha retrasado. XDefiant deja a su ansiosa comunidad en ascuas.
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