Hyrule sigue envuelto en muchos misterios en Zelda: Tears of the Kingdom, y precisamente uno heredado de la precuela del juego sigue teniendo un papel importante tanto para los recursos que puede conseguir Link como para el lore de la saga. En esta guía os voy a explicar cómo encontrar y resolver los tres enigmas de los Grandes Fósiles que hay repartidos por varias regiones.
Los Grandes Fósiles de Hyrule
En Breath of the Wild les llamó la atención a muchos jugadores el hecho de que en algunas regiones que estaban más bien alejadas de cualquier masa grande agua (los mares que hay al sureste del mapa de Hyrule para ser exactos) se puedan encontrar fósiles de grandes animales marinos, y que por tamaño y semblanza recuerdan a ballenas.
A pesar de que Nintendo haya intentado explicar dónde encajan los dos nuevos juegos de la saga dentro de la rocambolesca línea temporal de la saga Zelda, su presencia junto con el de la halita en los residuos de minerales nos hace pensar que en algún momento el oceano que cubría el mundo en Zelda: The Wind Waker debió evaporarse, o cuanto menos su nivel descendió de sobremanera. Independientemente de eso, los fósiles que en su día Link investigo en el anterior rjuego ahora vuelven a ponerse de relieve gracias a la misión que nos proporciona cierto personaje del juego.
Mision secundaria: el Gran Fósil de Eldin
Si nuevamente estamos rondando las cercanías de la posta de Akkala Este, cerca de las estatuas del clan Yiga que preceden al camino que lleva al antiguo laboratorio de Rotver en la región encontraremos a una exploradora: Lune. Esta hyliana nos habla de la fascinación que siente por los fósiles, en especial los grandes, y nos habla de un espécimen fosilizado que hay en la zona norte de Eldin.
Si hemos completado el Santuario de Maia'oqo, podemos llegar a la zona muy rápidamente. Dirigiéndonos al este encontraremos el fósil, y en el extremos opuesto según nos acercamos a él, esta Lune, contemplando los enormes restos de los que en su día debió ser una ballena o algún tipo de animal marino de gran tamaño. Sin embargo, Lune apunta que el fósil está incompleto, le falta uno de sus ojos (que al parecer, en esta especie también se fosilizan).
Para restaurar el fósil, debemos ir bajo los restos de este. Veremos unos montículos de roca destructibles que podemos despejar usando flechas bomba, o si queremos ahorrar las que tenemos, usar el Poder del Sabio Yunobo para destruirlas y liberar el ojo de la ballena.
Una vez hecho, todo lo que hay que hacer es colocar el ojo fosilizado en la cuenca ocular izquierda de la criatura. Satisfecha por haber podido contemplar el espécimen restaurado, Lune nos compensa por las molestias y nos invita a visitar la cueva en la que está el siguiente espécimen: el Gran Fósil de Hebra.
Misión Secundaria: El Gran Fósil de Hebra
La segunda de las misiones de investigar los grandes fósiles se encuentra en las mismas latitudes que el Gran Fósil de Eldin, sólo que en la Cordillera de Hebra, así que ya sabéis lo que toca; ropa de abrigo o elixires/comidas para combatir el frio. En cualquier caso, después de que Lune nos marcara la posición del siguiente del que tiene conocimiento: el Gran Fósil de Hebra.
Este está oculto a la vista o a la orografía del mapa si hemos desbloqueado la Atalaya del Paso de Naorín. Hay que buscar una cueva cerca de donde nos indica el marcador. En la imagen inferior tenéis una pista de por donde puede caer dicha entrada.
La cueva es bastante grande, prácticamente es casi toda la superficie interna del monte en el que está, aunque afortunadamente encontrar el campamento que Lune ha montado no es difícil. Nuevamente, el fósil está incompleto: le falta una de las falanges de la aleta y una vértebra. Con lo cual nos toca buscarlas.
La vértebra se encuentra congelada en un gran bloque de hielo que hay en la parte posterior a la izquierda del fósil (desde atrás). Hay que descongerlarla, y con la Ultra Mano asirla para que encaje con el resto de vértebras del espinazo. Por su parte, la falange puede distinguirse si activamos la Ultra Mano, ya que queda resaltada. Lo que ocurre es que está aprisionada en un grupo de rocas destructibles. De nuevo toca usar o flechas bomba o a Yunobo para que nos ayude a liberarla.
Una vez liberada, hemos de jugar un poco con la posición para que -como con la vertebra- se acople automáticamente al resto del esqueleto. En cuanto lo hagamos, si hablamos con Lune, nos volverá a expresar su agradecimiento por haberla ayudado a contemplar los restos de esta especie completos. Ya sólo le queda uno por visitar, el Gran Fósil de Gerudo
Misión Secundaria: el Gran Fósil de Gerudo
El último de los restos marinos fosilizados es el de más difícil acceso. No sólo por el hecho de estar en el desierto, sino porque es el que está también más alejado de cualquier zona accesible, incluso mediante santuarios. Lo mejor es que, desde la Ciudadela Gerudo construyamos un trineo de arena con algunos artilugios zonnan en cápsulas, que podéis consultar donde están aquí. Un apunte: esta misión no se podrá realizar hasta que no derrotemos a la Reina Gibdo y sellemos nuestro pacto con Riju.
A partir de ahí, es seguir el indicador de la misión para llegar hasta la cueva en el desierto en la que Lune ha montado su campamento (está afuera de la cueva). La cavidad en esta ocasión no es tan grande como con el fósil de Hebra, pero tiene un tamaño considerable junto con otra particularidad que Lune nos explica desde la parte delantera de los restos.
Al parecer, también están presentes los restos de un ejemplar más pequeño pero de la misma especie que el mayor, una cría seguramente. Mientras que el esqueleto del mayor está en perfectas condiciones, es el de la cría el que está incompleto: sólo está la cabeza, y faltan el espinazo y el resto del cuerpo.
Lo que es la espina está medio enterrada entre tres montículos de arena que hay cerca y que podemos despejar acoplando una turbina (hay algunas cerca) a nuestro escudo, y así liberarla y llevarla cerca del cráneo. El resto del cuerpo está muy escondido y no a nivel de suelo como la columna. En la parte superior de la cueva veremos que hay unas rocas destructibles que aprisionan el tórax y parte del cuerpo de la cría.
Hay que subirse sobre el fósil de la madre y usar flechas bomba (no es posible alcanzarlas con Yunobo). Una vez liberado el fragmento, y de vuelta junto a Lune, hay que ensamblar el esqueleto de la cría de tal y como se muestra en la siguiente imagen.
Y si después hablamos con Lune, finalmente habremos completado esta cadena de misiones, cuyas recompensas son eminentemente económicas. Por cada fósil restaurado, Lune nos otorgará 50 rupias, con lo que hacer las tres supone un beneficio de 150. No es mucho, pero desde luego es sobrecogedor contemplar e imaginar cómo debieron ser estos seremos marinos de tiempos inmemoriales.
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