Te lo ocultaron completamente, pero hay algo en Zelda: Tears of the Kingdom que causa terror y recuerda a los juegos de Dark Souls

Te lo ocultaron completamente, pero hay algo en Zelda: Tears of the Kingdom que causa terror y recuerda a los juegos de Dark Souls

Una de las mayores novedades de Zelda: TOTK está en una región con una mayor dificultad que Nintendo ha guardado en secreto hasta el lanzamiento del juego

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Zelda Hogueras

Sabía perfectamente que Zelda: Tears of the Kingdom nos iba a sorprender. A pesar del extenso gameplay que Eiji Aonuma nos ofreció semanas antes del lanzamiento, todo apuntaba a que quedaban cosas por mostrar. Es más: solo habíamos visto la punta del iceberg. La situación me recordó mucho a la que vivimos en su día con Zelda: Breath of the Wild, con esa Meseta de los Albores que servía como tutorial y que, una vez completada, nos daba acceso a la inmensidad y complejidad de su mundo abierto.

De esta manera, y como sucedió con Zelda: BOTW, uno de los grandes éxitos de Zelda: TOTK ha consistido en mostrar lo menos posible. Sabíamos que Link tenía nuevos poderes, que había entornos a explorar sobre los cielos de Hyrule… pero se dejaron un montón de incógnitas para el lanzamiento. ¿Seguían existiendo santuarios? ¿Volverían los templos de antaño? ¿Qué ha pasado con las atalayas? Pero sin duda, para mí el mayor secreto ha sido descubrir que hay un nuevo mundo… y que además resulta de lo más perturbador. Te aconsejo que dejes de leer si aún no lo has descubierto, o que sigas adelante si ya sabes de lo que te hablo.

La gran sorpresa de Zelda: TOTK es un mundo de lo más siniestro

Como sabéis, en esta entrega Ganondorf ha resucitado y su primera gran fechoría ha sido plagar todo de malicia, esa sustancia que corrompe aquello que toca. Los enemigos de nuestro héroe se vuelven más poderosos que nunca, pero hay un fenómeno que destaca sobre el resto: los abismos. Se trata de grandes agujeros abiertos sobre la superficie de Hyrule y que podemos aprovechar para lanzarnos en picado y viajar a un submundo de lo más tétrico. Mientras descendemos, la música se hace turbia, al tiempo que la luz de la superficie deja paso a la más inmensa oscuridad.

Zelda Tears of the Kingdom

Pocas veces había tenido una sensación parecida en un juego de Zelda. De repente, te encuentras perdido, hasta que alzas la vista, miras tu alrededor y empiezas a vislumbrar pistas sobre qué camino puedes tomar. Ves algo que parece tener un resplandor, con forma de raíz, y acudes allí porque es como un oasis en medio del terror de lo desconocido. Pronto te das cuenta de que es lo más parecido a tu salvación, porque cuando activas ese extraño ente viviente, los alrededores se iluminan, dándote una bocanada de oxígeno entre tanto misterio.

No obstante, lo que descubres a continuación sigue siendo perturbador. Hay asentamientos enemigos que no tendrían nada de especial si no fuera porque los enemigos son más poderosos de lo normal. Además, bajo tus pies puedes encontrarte charcos de malicia en cualquier momento, que ya sabes que destrozan temporalmente tu contador de corazones. Aparte, mientras viajas podrías encontrarte perfectamente con jefes que ya habías derrotado, esta vez hipervitaminados para darte para el pelo sin la más mínima compasión.

Zelda Tears of the Kingdom

Perdonadme la expresión, pero es el Dark Souls de los Zelda. Desde luego, nunca antes se había visto una referencia tan contundente a la saga de From Software. Y no me incomoda, sino todo lo contrario. Después de todo, visitar este entorno subterráneo se plantea mayormente como algo opcional, aunque es importante por si quieres obtener poes (que ofrecen determinadas recompensas), minerales de zonnanio (de gran utilidad) y determinados materiales exclusivos que solo pueden encontrarse en estas localizaciones.

También hay armas custodiadas por unas misteriosas estatuas, además de una especie de altares con artilugios zonnan, específicamente preparados para que diseñes tus propias construcciones. Luego hay un montón de secretos que no conviene destripar, pero te encuentras tesoros y recompensas que hacen que de vez en cuando te entre el gusanillo de volver a esta región. Hay varios abismos en la superficie de Hyrule, y te llevan a distintas áreas del subsuelo, así que no son pocas las horas de juego de exploración que te aguardan.

Zelda Tears of the Kingdom

Soy consciente de que esta novedad tiene sus detractores. El ritmo jugable es diferente y se basa más en la orientación, debido a la ausencia de luz. No obstante, cuando aprendes que las semillas luminosas iluminan el camino, y que tienes opciones como pasar a través de la malicia con un caballo esquelético… todo empieza a verse de otra forma. En mi caso, las incursiones en el subsuelo se han hecho proporcionalmente más satisfactorias a medida que aumentaba el número de horas que les iba dedicando.

Pero por encima de todo está el hecho de que esta parte de la jugabilidad es la más oculta, y está específicamente pensada para los que quieren un reto mayor. ¿Qué hay de malo en eso? Pienso que es otra genialidad de este juego, al proponer una capa de desafío adicional para determinados jugadores, además de ciertas recompensas. Seguiré explorando y descubriendo qué es todo lo que el subsuelo tiene que ofrecerme, pero mientras tanto quiero que me des tu opinión sobre el asunto. ¿Cómo valoras esta novedad y cuánto te sorprendió?

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