Un desarrollo turbulento nos ha privado de disfrutar de una aventura que sería mucho mejor sin sus bugs. Análisis de The Many Pieces of Mr. Coo

The Many Pieces of Mr. Coo, el nuevo videojuego español a cargo de Gammera Nest, y distribuido por Meridiem Games y Astrolabe Games, ya está disponible. Este point & click esconde uno de los trabajos artísticos más cuidados y únicos que he visto en mi vida como jugador, tanto a nivel visual como sonoro. Además, es divertido y me ha hecho pasar un buen rato, pero está plagado de bugs. Al principio se los había perdonado, pero ahora sé que el desarrollo ha sido caótico. Te cuento lo que me ha parecido en este análisis.

Mr. Coo, un personaje con carisma

The Many Pieces of Mr. Coo es un juego point & click "de los de toda la vida", con puzles que pondrán a prueba tu imaginación. Utilizo esta frase con toda la intención, porque es una obra surrealista a todos los niveles, también en la resolución de sus acertijos. El título está protagonizado por Mr. Coo, un simpático personaje atrapado en una realidad extraña, en la que suceden eventos que escapan a nuestra comprensión. Al iniciar el juego, Coo quiere abrir un regalo que ha llegado a sus manos, pero ese acto tan sencillo se vuelve un reto.

Aunque Mr. Coo no es consciente, hay un ser superior que impide que pueda abrir el regalo. Cada vez que lo intenta, esa entidad hace lo posible por evitarlo y por complicarle la vida a nuestro querido amigo. Pero Coo no ceja en su empeño: lo persigue hasta la saciedad, en un ejemplo de perseverancia, pero que también me ha evocado una crítica a la avaricia y a la sociedad actual, más preocupada de lo material que de lo que sucede a su alrededor. Este juego tiene esto: es tan extraño, surrealista y absurdo que la interpretación es libre.

Me encantaría que el creador de Mr. Coo, Nacho Rodríguez,  nos explicara qué ha querido contar con la obra, aunque imagino que revelar el misterio le quitaría parte de gracia. Por cierto, Rodríguez ideó a este personaje hace ya muchos años y ha protagonizado diferentes cortos, aunque sin duda esto ampliará el número de personas que le conocen. Yo no tenía ni idea de su existencia, no me gusta mentiros ni ir de enterado. Pero lo que sí os puedo asegurar es que me he enamorado del personaje.

Hay que tener en cuenta que Nacho Rodríguez es animador y director 2D, y estuvo nominado a los Premios Goya por "Una historia de vida", uno de sus cortos. Desde luego, su pasado audiovisual es más que evidente: lo cierto es que jugar a The Many Pieces of Mr. Coo es como ver una serie de dibujos animados interactiva, en la que tus acciones hacen avanzar la trama. Pero la puesta en escena, visual y sonora, es más propia de las series o del cine que de nuestro medio. Y eso impacta mucho.

No hay miedo a jugar con los colores, con las perspectivas, con el vacío o con el más absoluto caos; y hay una intencionalidad enorme de comunicar también por el audio, sin que medie ningún diálogo. Lo he jugado en PlayStation 5 (está en todas las plataformas) y que varios de los sonidos salgan por el DualSense da una capa de inmersión extra que me ha encantado por cómo está creada, aunque me hubiera gustado que se hubiera explotado más. En general, hay una profunda inspiración por los clásicos.

Hay multitud de dibujos antiguos a los que te puede recordar Mr. Coo y los diferentes personajes que aparecen en la obra, pero más allá de los diseños, lo realmente cautivador está en las animaciones, que están realizadas a mano, como los dibujos. Es impresionante lo que es capaz de transmitir Coo con sus movimientos y con sus expresiones sin soltar ni una sola palabra. Es inevitable pensar en series como "La Pantera Rosa" o en películas clásicas de Mickey Mouse. Es una gozada verlo en movimiento.

Puzles surrealistas

Aún así, ¿cómo es como videojuego? Porque sí, The Many Pieces of Mr. Coo es delicioso artísticamente, pero si no rinde como juego no sirve en esta industria. Tengo buenas noticias: es divertido y desafiante en algún momento. Eso sí, tienes que tener claro a lo que estás jugando: el surrealismo que está presente en sus situaciones, muy arbitrarias y extravagantes, también se experimenta en los acertijos a los que nos enfrentamos. Hay que pensar un poco out of the box en ciertas ocasiones para avanzar.

Pero la realidad es que la mayoría de puzles son inteligentes y te sacan una gran sonrisa cuando los resuelves. No es un juego difícil y te puede durar una hora o una hora y media, dependiendo de lo que te atasques, pero no es tan fácil como parece en los primeros minutos. Yo estuve atascado en un punto concreto del videojuego durante un rato, pero no fue tanto por la dificultad, sino por no caer en lo que tenía que hacer. De hecho, parte de culpa fue mía por no ver bien todo aquello con lo que podía interactuar.

Es un point & click, con todo lo que eso conlleva: es muy clásico en ese aspecto. En la obra manejas un puntero (una mano) y puedes revisar todo lo que está a la vista en la pantalla. Si la mano marca que puedes interactuar con algo, puedes pulsar y sucederá algo. Además, en ciertas fases puedes mover a Mr. Coo por el escenario pinchando en el suelo. Así que, más allá de darle al coco, también es importante analizar con detalle la escena para poder superar los diferentes obstáculos.

Aún así, la parte más interesante del juego llega a partir de la mitad: Mr. Coo sufre un ataque y es cortado en tres partes. Su cabeza, su torso y sus piernas están en diferentes lugares y no puede moverse con normalidad. Al principio solo podrás manejar su cabeza, que "anda" a saltos y puede utilizar la boca para realizar acciones. Tu objetivo será recuperar el resto de partes, pero lo interesante es que, cuando recuperas las piernas, ambos trozos son capaces de cooperar para resolver los acertijos. Es entretenido.

Un desarrollo turbulento

Llegados a este punto, hay que hablar de lo malo, pero tengo que poneros en contexto. Vosotros vais a ver un único texto, pero lo cierto es que he tenido que editar esta parte que había dejado ya lista. La razón es sencilla: el juego tiene varios problemas, que os cuento después, pero se los había disculpado. Contaba con que estamos ante un proyecto pequeño, humilde, de autor, y era comprensible que tuviera algunos errores, aunque me habían sorprendido por lo evidentes y descarados que son. Ahora entiendo por qué.

Esta misma tarde, cuando terminaba de dar forma al texto, me he encontrado con este tuit. Nacho Rodríguez ha explicado que el juego se ha lanzado sin su consentimiento y que no representa lo que realmente tenía en mente. Espera que Gammera Nest arregle los fallos y el mismo Rodríguez opina que el videojuego “va degenerando en algo incómodo y no muy satisfactorio”. Es una verdadera lástima que el desarrollo no haya sido bueno y que el creador de Mr. Coo haya experimentado algo así.

Así pues, no podía lanzar el texto obviando esto y, evidentemente, tengo que repensar lo que os iba a decir, porque los inconvenientes de The Many Pieces of Mr. Coo no son producto de tener pocos recursos, sino de un desarrollo que no ha ido como debía. Y, sinceramente, ahora cobra sentido que haya errores tan visibles, más propios de un juego que no ha pasado aún la fase de QA que de un lanzamiento. Os voy a explicar los fallos, pero lo hago con pena, porque más allá de los problemas, he disfrutado de verdad.

Como decía, la segunda parte es genial, con incluso cambio gráfico, pero me dejó contrariado: hay más bugs que en la primera parte, la mecánica de las tres partes no explota como debiera (y da fallos) y el título acaba de forma brusca. Ahora sé por qué, claro. Rodríguez apunta en su comunicado que se ha llegado a recortar contenido, y esto me cuadra muchísimo. El final es abrupto y la historia no parece cerrada. La pregunta que me hago ahora mismo es: ¿cuánto contenido se habrá dejado fuera?

Lo peor de todo, y esto evidentemente os lo comentaba antes de editar el texto, es que el videojuego está lleno de bugs, pero ya no puedo disculparlos. Por un lado, hay varias situaciones en las que puedes bloquearte porque el propio juego te deja hacer cosas que no deberías poder hacer; o, simplemente, aparece algún bug que para ciertos eventos que tendrían que suceder posteriormente (vamos, un softlock de toda la vida). También he sufrido bloqueos del videojuego porque sí, teniendo que reiniciar el título y la fase.

Hay otro problema, que ya no sé si considerar fallo o solo es una extraña decisión de diseño. Llevad cuidado con vuestra partida: se guarda automáticamente o cuando le dais a salir. ¿Por qué os aviso? Porque cuando abres el menú, una de las opciones que aparecen es borrar la partida. Pero, como no hay texto, puedes llegar a pensar que ese icono es para guardar. Yo caí en esa trampa. No alcanzo a entender por qué está esa opción tan accesible y, lo peor, por qué no está claro lo que haces. Me parece innecesario.

Otro problema está en el sistema de pistas. Por el escenario aparece a veces un libro que te da instrucciones para resolver los puzles si te atascas, pero no funciona bien. Por un lado, a veces no se actualiza y te da indicaciones de algo que ya has hecho. Por otro lado, hay momentos en los que no está accesible o se queda en una parte del escenario a la que ir te puede hacer perder el progreso de un acertijo que estás resolviendo. Por último, hay ocasiones en las que no te deja pasar sus páginas.

Hay un buen juego detrás de los errores, pero…

Es extraño, porque a pesar de los fallos, The Many Pieces of Mr. Coo es una pequeña sorpresa y mola que se atreva a innovar y a traer frescura al medio. No es fácil hacer esta obra y requiere de valentía. Pero, claro, los numerosos bugs lastran la experiencia. Quizá, si esto fuera producto de un desarrollo muy humilde podría obviarlos, pero ya sé que no. Detrás de los errores hay un buen juego, pero saber que no está ni completo me ha arruinado la experiencia. Ojalá haya soluciones. Por Nacho, vaya; no se lo merece.