Alberto Lloria
EditorAunque es cierto que del pasado de nuestro mundo sabemos mucho, cada año surgen nuevas evidencias que respaldan teorías o las tumban por completo. Una de ellas es cómo lucían los dinosaurios, una cuestión que ha traído de cabeza a los paleontólogos y que, de hecho, también hemos visto evolucionar en el séptimo arte. Han pasado de ser criaturas movidas por la sangre y la carne, con piel reptiliana, a animales mucho más complejos, inteligentes y con plumaje, como pudimos ver en Jurassic World: Dominion. Este cambio de perspectiva también llegará al videojuego con Tomb Raider: Legacy of Atlantis, un título que, si te fijas, ha modificado el aspecto de los dinosaurios originales.
Quienes hayan jugado al Tomb Raider original de 1996 recordarán sin problema a aquellos dinosaurios angulosos, de apariencia reptiliana y colores apagados que poblaban sus niveles. Si bien su diseño fue refinándose en entregas posteriores como Tomb Raider: Anniversary o la remasterización de 2024, mantenían la misma estética básica, aunque con un mayor nivel de detalle. Ahora, con Legacy of Atlantis, los Velocirraptores y el T-Rex lucirán un aspecto distinto, en gran parte porque la paleontología ha evolucionado enormemente en los últimos 20 años.
Tomb Raider: Legacy of Atlantis tendrá dinosaurios emplumados
Durante décadas, el imaginario popular —en gran parte influido por Jurassic Park— ha representado a estos dinosaurios como grandes lagartos cubiertos de escamas. Sin embargo, investigaciones clave, como el hallazgo en 2007 de protuberancias óseas en fósiles de Velociraptor mongoliensis, confirmaron que muchos de estos animales poseían plumas, similares a las de las aves actuales. Además, la vieja idea de que eran reptiles pesados y torpes, a menudo comparados con versiones primitivas de los cocodrilos modernos, ha quedado obsoleta en favor de una representación mucho más coherente de su anatomía y comportamiento.
Por ello, el equipo de Crystal Dynamics ha optado por actualizar el juego no solo para mantenerlo fresco, sino también para alinearlo con los avances científicos. En este caso, en lugar de fijarse en la llamada "Dinosaur Renaissance" —el periodo de revolución paleontológica que se dio entre los años 70 y 90 y que inspiró a Jurassic Park—, Legacy of Atlantis pone el foco en el gran cambio de paradigma de los años 2000, impulsado por los hallazgos en China. Estos descubrimientos revelaron estructuras óseas asociadas a plumas que no solo cumplían una función estética, sino que servían como aislante térmico, camuflaje o incluso para atraer pareja.
El resultado puede apreciarse en el tráiler de anuncio del remake, donde tanto los raptores como el T-Rex lucen plumaje, una elección que los diferencia claramente de sus versiones clásicas. Eso sí, el realismo que hoy se persigue podría quedar desfasado en el futuro, y el principal responsable sería el propio Tyrannosaurus rex. A día de hoy, algunos fósiles sugieren que pudo tener plumas parciales, al menos en etapas juveniles, mientras que otros restos más primitivos apuntan a que los "dinosaurios originales" no tenían plumas, sino que se fueron desarrollando milenios después. Actualmente, se cree que el T-Rex no era completamente emplumado, pero tampoco un lagarto desnudo como se le representó durante décadas.
Sea como sea, sin los avances científicos de las últimas décadas, los dinosaurios de Tomb Raider seguirían siendo simples reptiles escamosos. Ahora, en cambio, el remake no solo reimagina un clásico, sino que también invita a los jugadores a redescubrir a estas criaturas desde una perspectiva más cercana a la realidad… aunque sigan siendo igual de letales para Lara Croft.
Vía | GamePro
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