¿Recuerdas Theme Hospital? Es un clásico entre los videojuegos de gestión; uno de esos títulos difíciles de olvidar cuyo legado se ve ahora perfectamente reflejado en esta fantástica y divertida producción de Sega. En el análisis de Two Point Hospital os hablamos de una de las sorpresas más agradables y esperadas de 2018.
Corren de aquí para allá con los brazos en alto, gritando, ¡exigiendo!, buscando un médico que ponga remedio a sus males. Y lo quieren para ya… y además que les entretengan, y que les den de comer en un espacio confortable, por el que de gusto pasearse, casi como si fuera un bello jardín botánico o incluso una casa de ensueño. No lo es. O no debería porque al final, en algo así debes transformar el hospital que diriges para alcanzar el éxito en el que es ya uno de los videojuegos de gestión más divertidos y adictivos de 2018. Qué ganas tenía de que así fuera. Imagino que como cualquier fan del mítico Theme Hospital, pues lo que aquí encontramos es el perfecto sucesor espiritual de aquel clásico desarrollado por el tristemente desaparecido equipo de Bullfrog, autores entre otros del memorable Dungeon Keeper. No es casual. Two Point Hospital nace de manos de auténticos veteranos de la industria que trabajaron en aquel loco y recordado juego de hospitales, pero también, junto a Lionhead Studios, en la serie Fable o el notable The Movies. Insisto. Se nota.
Hacía tiempo que un videojuego no me enganchaba del modo que lo ha hecho Two Point Hospital. Las horas vuelan, el tiempo se me escapa frente al ordenador, y en mi cabeza solo escucho una voz que me suplica "¡solo un poco más!" Y sigo. Porque cuesta desengancharse; porque es difícil dejar una partida cuando estás a punto de abrir una nueva sala de curas, descubrir el tratamiento contra una enfermedad que vuelve a las personas monocromáticas, o te encuentras en mitad de una epidemia que ha colapsado el hospital. Puede ocurrir. Cualquier locura que se os pase por la cabeza: desde fantasmas que atormentan a los pacientes, a personas con una cacerola en la cabeza, o los que se creen Freddy Mercury y van por ahí atormentando los oídos ajenos. Con gran sentido del humor, el videojuego de Two Point Studios sabe cómo atraparte en sus redes, y su gran virtud es que lo consigue seas novato o un auténtico experto en el género.
Un tratamiento contra el aburrimiento
Hay algo que el videojuego hace muy bien. En realidad, hace muchas cosas bien, pero si algo me apasiona de este Two Point Hospital editado por Sega es que utiliza acertadamente la baza de la nostalgia sin perder por ello la oportunidad de dejar su sello personal. Lo confieso. Mientras disfrutaba de él no podía evitar sonreír como aquel niño que en la década de los 90 se sorprendía al ver cómo los médicos de Theme Hospital curaban a sus pacientes con tratamientos tan locos como pinchar la cabeza de los enfermos con sobredosis de helio.
Y esa sonrisa no se ha borrado en ningún momento. Tampoco la emoción por descubrir nuevas cosas; por investigar nuevos tratamientos, salas de curación o más objetos para decorar las instalaciones médicas, que obviamente cada vez son más grandes y, por ende, más difíciles de gestionar. He aquí otra de las grandes fortalezas de Two Point Hospital: es fácil de jugar, realmente en cuestión de minutos ya controlas a la perfección sus fundamentos básicos, pero a la larga, es un juego difícil de dominar que requiere de ti gran atención por el detalle. No hablo solo del dinero.
Sabe cómo atraparte en sus redes seas novato o un auténtico experto en el género
Sí, claro, controlar el presupuesto es importante, ¡sin dinero no haces nada!, pero lo es más construir un hospital "amigable" con los pacientes. Deben sentirse cómodos; si deben esperar, y lo harán, que lo hagan sentados de forma confortable rodeados de comida y montones de alternativas para divertirse en el hospital. De eso se trata. De pasar un buen rato aunque tu vida esté en riesgo. Ellos lo saben pero ¡qué diablos!, si se tienen que morir que lo hagan contentos y con el estómago lleno. Esa es la filosofía de un videojuego que se muestra tremendamente fiel a Theme Hospital, pero con una interfaz mucho más amigable que ayuda a controlar el caos de forma efectiva y sin quebraderos de cabeza. Se agradece. En los niveles más avanzados Two Point Hospital puede ser un videojuego infernal, y es entonces cuando debes poner en práctica todo lo aprendido durante los compases iniciales.
Importa la estética, claro, que haya de todo al alcance de la mano, pero más que bonito, el hospital debe ser eficiente para evitar las temidas listas de espera. No siempre es fácil. El diseño de los recintos obliga a economizar al máximo el espacio disponible casi como si de un gran rompecabezas se tratase. Una consulta por aquí, la sala de diagnósticos justo al lado, por allí la enfermería, el psiquiatra cerca de la farmacia… y así con todo mientras lidiamos con unos pacientes que se distraen con extremada facilidad, ¡que se pierden rápido!, obligándonos a construir un centro médico que funcione con la precisión de un reloj suizo. Y nunca mejor dicho. Si falla una sola pieza del engranaje todo nuestro trabajo se irá al traste. El juego hará mucho para provocar esta clase de situaciones con las emergencias, que son momentos de puro caos que pueden llegar a volvernos locos.
¿Una epidemia que requiere de vacunas que no tenemos? ¿Una invasión de payasos a los que brindar una terapia de choque para quitarles la tontería? ¿Olas de calor? ¡¿Terremotos?! Two Point Hospital siempre busca el modo de sorprender, de mostrar algo nuevo, y lo cierto es que lo consigue, aun cuando hay pocos contratiempos que te obliguen a cambiar de forma radical tu forma de proceder. Al final, con variaciones, es siempre lo mismo. Construyes la recepción, colocas los bancos, y empiezas a distribuir las salas con cierta lógica para que los pacientes no tengan que andar demasiado, ¡ni tampoco esperar! Es una pena. Cuando el videojuego da la vuelta a su acción y te obliga, por ejemplo, a contratar a personal médico sin experiencia para que seas tu quien gestione su formación desde el principio, o cuando te manda a un hospital público en el que no puedes cobrar por los tratamientos y, por ende, ¡ganar dinero es infinitamente más difícil!, se vuelve más divertido si cabe, pues plantea retos que cambian brutalmente tu forma de pensar.
Visualmente desprende un encanto especial
Con más misiones del estilo la experiencia habría sido genial, lo que no significa que Two Point Hospital vaya corto de contenidos o se vuelva monótono a las primeras de cambio. Dividido en una serie de misiones con sus propios desafíos, el videojuego no deja de crecer con nuevos objetos con los que mejorar la eficacia del personal, el prestigio de las instalaciones, o la variedad de tratamientos. En este sentido, me encanta que en cualquier momento puedas regresar a un hospital veterano para mejorar las instalaciones, cumplir los objetivos opcionales, y ganar las ansiadas tres estrellas que recompensan con los llamados kudos; puntos especiales que dan acceso a una amplia variedad de objetos con los que decorar el hospital. ¿Una máquina recreativa de Sega? Uno de tantos cachivaches a tu alcance, ¡y son importantes!, porque además de quedar bien, en muchos casos también ofrecen ventajas adicionales como mejoras en el tratamiento y diagnóstico de enfermedades, o la diversión que se respira entre las paredes del hospital.
Al final pasarán horas antes de que te quedes sin nada nuevo que descubrir y, aún así, el juego continúa ofreciendo retos de lo más divertidos que incluyen hasta una curiosa vertiente multijugador que nos enfrentará a otros aficionados de forma indirecta, con pruebas relacionadas con el número de pacientes curados, el dinero generado, etc. Además, nunca es tarde para aprender nuevas estrategias de juego, pues además de formar al personal, también puedes especializarlos en ciertas áreas para así mejorar y agilizar todavía más el funcionamiento del hospital. De verdad que Two Point Hospital invita a ello. He pasado horas delante del PC disfrutando de su loca acción, y no hago más que pensar en mi próxima sesión de juego, en lo bonito que va a quedar el hospital cuando ponga en práctica mis nuevas teorías de gestión sanitaria.
Y ya que hablo del tema en el análisis de Two Point Hospital, de lo bonito que se verá todo, no puedo pasar por alto lo bien que luce el juego. Con un diseño de personajes que recuerda al de la serie de animación Wallace & Gromit, el videojuego desprende un encanto especial. A pesar de la apariencia algo simplona de los pacientes y personal médico, da gusto ver cómo todos ellos se mueven por los pasillos del hospital contoneándose, corriendo despavoridos, caminando agónicamente segundos antes de estirar la pata… ¡y dejarnos su fantasma! Acercar la cámara a ras de suelo supone disfrutar de un maravilloso caos que además se ve bien acompañado por una gran banda sonora que cuesta no tararear incluso cuando ya no estás jugando. Con una fantástica traducción al español con la que es difícil no reírse y, sobre todo, una muy buena interfaz de usuario que ayuda a gestionar el trabajo de forma eficiente, pocas pegas se le pueden poner al respecto a este videojuego de Two Point Studios.
Nos ha tocado esperar cerca de 20 años para poder disfrutar de un videojuego como el mítico Theme Hospital pero, ¡al fin!, tenemos en nuestras manos un digno sucesor de aquel clásico de Bullfrog. Con mucho sentido del humor y montones de opciones para gestionar nuestro disparatado centro sanitario, Two Point Hospital es un videojuego de estrategia que gustará tanto a los veteranos como a aquellos que dan sus primeros pasos en el género, pues siendo fácil de jugar, escala su dificultad de forma inteligente hasta convertirse en un auténtico reto incluso para los usuarios más experimentados. ¿Lo mejor? Que rara vez borrarás de tu rostro esa gran sonrisa que muestra lo bien que te lo estás pasando.
- Perfectamente podría haberse llamado Theme Hospital 2
- Gran interfaz de usuario que ayuda a gestionar el hospital sin complicaciones
- Montones de salas y objetos por descubrir; su sentido del humor
- La capacidad para sorprender con nuevos retos, como el hospital público…
- … aunque se echan en falta más niveles especiales que rompan la rutina
