Imagina un gigantesco Mech dirigido por un oficial nazi. Imagina como respuesta un tanque aliado que lanza una onda sónica que derriba a su robótico enemigo. Imagina War Front: Turning Point, una de las propuestas más interesantes acerca de la recurrente Segunda Guerra Mundial.
Digital Reality ha elegido una compleja fórmula que mezcla la fantasía con los conflictos históricos de la Segunda Guerra Mundial para contextualizar su publicitado War Front. A continuación te desvelamos si tan prometedora propuesta ha sido llevada a buen término.
¿Rigor histórico? ¿Qué es eso?
Al ambientarse War Front en una realidad alternativa, presenta interesantes revisiones de las habituales tropas de la Segunda Guerra Mundial que ya hemos visto en cientos de ocasiones. Veremos unidades a bordo de mechs, tanques equipados con armas sonoras o incluso soldados ataviados con jet-packs, todo ello conforma un delicioso crisol de tecnologías de diferentes épocas y múltiples referencias, con una estética que busca de forma bastante lograda reflejar una posible evolución armamentística para la época en base a las particulares premisas históricas que plantea el juego.
No obstante para ser un juego supuestamente tan alejado de los cánones de las unidades tradicionales, si que es cierto que seguimos encontrando demasiadas unidades convencionales, con lo cual el efecto resulta algo extraño.
Desarrollo jugable
La pretendida revolución a la hora de plantear el conflicto históricamente, contrasta con una planificación de la jugabilidad más cercana que nunca a los convencionalismos de la estrategia en tiempo real.
Múltiples referencias nos asaltarán mientras jugamos a War Front, una de las más recurrentes será la de los últimos Command & Conquer, de los que el juego de Digital Reality ha bebido para muchos aspectos.
El modo campaña es la piedra angular de cualquier juego de estrategia, y War Front desde luego no es una excepción. Podremos elegir entre el bando aliado y el eje, y llevar a nuestros ejércitos a la victoria total a través de 15 misiones por cada bando de un corte muy similar, y en ocasiones un tanto repetitivas. A lo largo de estos capítulos, y salvo pequeñas excepciones, deberemos seguir las directrices habituales de la estrategia, es decir construir y producir más rápido que el enemigo, y arrasarle sin compasión.
Podremos edificar donde deseemos tanto estructuras defensivas como de creación de nuevas unidades y mejoras para las mismas. Por otro lado las tropas nuevas van obteniendo experiencia al lograr sus objetivos, y mejoran progresivamente sus capacidades ofensivas. Y como es costumbre últimamente, dispondremos de complejos árboles tecnológicos que ir desbloqueando paulatinamente. Por si fuera poco cada bando consta de una serie de héroes más potentes que el resto de unidades “rasas” y que al morir recuperaremos tras una breve espera.
El juego resulta algo limitado en las opciones de las que disponemos para distribuir a las tropas y asignarles órdenes, aparte de que el sistema para agruparlas resulta un tanto confuso, y se echan de menos opciones presentes en otros títulos recientes como las de aprovechar coberturas o posicionarse dentro de edificios. Por desgracia ni tácticamente ni estratégicamente nos encontramos ante un producto de grandísima profundidad.
Una inteligencia artificial aceptable y un desarrollo en ocasiones algo confuso, pero excesivamente plano, completan una experiencia jugable correcta y sin grandes alardes.
El multijugador presenta mapas para hasta 10 jugadores donde podremos enfrentarnos con nuestros amigos en espectaculares batallas. Por si fuera poco War Front incluye un interesante editor para poder crear mapas a nuestro antojo, con lo que la vida del juego se alarga de sobre manera.
Impacto visual
Del apartado gráfico lo mejor que se puede decir es que es competente. Obviamente si lo comparamos con el de auténticos mastodontes tecnológicos como Company of Heroes o Supreme Commander, War Front palidece seriamente; pero entendido como un producto ajeno a los grandes avances que el género ha experimentado en los últimos meses, el título de Digital Reality presenta unos gráficos correctos y sin fisuras.
Mención aparte merecen los efectos climatológicos, que se suceden de forma natural, con transiciones de día-noche e incluso lluvia y nieve, y que además de estar muy bien realizados transmiten una sensación de realismo excelente.
El motor gráfico funciona de manera correcta y el juego goza de una buena optimización; y si bien lo que muestra no le obliga a realizar grandes esfuerzos, si que es cierto que hemos visto productos de peor aspecto con un funcionamiento infame en nuestros ordenadores.
El modelado de los personajes y vehículos es bastante bueno, y presenta unas animaciones no excesivamente variadas pero realizadas de forma correcta. Desgraciadamente las proporciones de las unidades alcanzan en ocasiones extremos grotescos, pudiendo ver a menudo unidades de infantería sensiblemente más grandes que camiones o tanques. Se trata sin duda de un detalle leve, y al que muchos no le darán importancia, pero que resulta bastante extraño visualmente; sobre todo cuando comprobamos que varias unidades se meten en un camión que en comparación con sus cuerpos casi podría ser un juguete de Playschool, desafiando los límites de la física y dejando a la altura del betún el famoso truco de los payasos en el Seiscientos.
Podemos mover la cámara con una cierta libertad, lo que nos permitirá ver la acción de diferentes maneras. Como es habitual, la vista más útil y práctica para asignar órdenes, sigue siendo la cenital.
También hay una interesante novedad en este War Front: Turning Point, la posibilidad de ponernos a los mandos de ciertas torretas y efectuar nosotros mismos los disparos. Esta alternativa, jugablemente apasionante, se ve perjudicada por el pobre aspecto que presentan todos los elementos al ser visualizados tan de cerca. De todos modos es de agradecer el amplio número de elementos que pueden ser destruidos y el pequeño cambio de registro que aporta al juego.
El sonoro es un apartado con luces y sombras. Por un lado el score musical del título es bastante bueno, y un buen puñado de partituras de gran calidad amenizarán nuestras batallas de forma coherente. Por otra parte las voces del juego, que llegan a España en inglés, no son particularmente buenas, y algunas de ellas resultan bastante planas y poco dramáticas; por si fuera poco el acento del bando alemán puede llegar a ser irrisorio en algunos de los personajes.
War Front: Turning Point es un juego correcto aunque bastante más convencional de lo que esperábamos. La presencia de unidades futuristas en un contexto del siglo XX no justifica por si sola una jugabilidad algo trasnochada y un apartado gráfico no muy impactante. Una opción a considerar si ya hemos dado cuenta de los grandes títulos de estrategia de los últimos meses, y nos encanta la estrategia en tiempo real.
