Análisis de World of Warcraft Legion. Un gran futuro por delante

Análisis de World of Warcraft Legion. Un gran futuro por delante
Facebook Twitter Flipboard E-mail

¡La Legión Ardiente ha regresado! Azeroth tiembla ante el poder de los demonios y los fans de World of Warcraft, ya vibran de emoción ante la que es una de sus expansiones de contenido más completas y divertidas. Épico a más no poder en lo argumental y sólido como pocos en lo jugable, volvemos a empuñar nuestras armas para hacer frente a la amenaza de los demonios. Y en este análisis de WoW: Legion relatamos por qué el nuevo MMORPG de Blizzard está causando tal furor.

Su arranque es demoledor, triste y apocalíptico. La Legión Ardiente ha regresado y nadie, ni tan siquiera los grandes héroes de Azeroth, está a salvo. Blizzard sabe cómo mostrarlo. De hecho, lo hace con gran maestría golpeando a los fans de World of Warcraft donde más duele, directo al corazón, llevándose por delante a personajes capitales en este universo de fantasía. Hay mucha épica en los primeros compases de WoW: Legion, la nueva gran expansión de contenidos de este exitoso MMORPG, pero el ambiente general que desprende es ante todo pesimista; lúgubre en el sentido de que Horda y Alianza están al borde de la aniquilación a manos de los demonios. Se avecina tormenta, una de las que dejan huella, y este nuevo episodio logra con creces que desees presenciar tal desenlace.

Es la gran virtud de un videojuego por otro lado extremadamente conservador en lo que se refiere al diseño de misiones y mazmorras. Es un más de lo mismo y obviamente esto es algo que nos decepciona. A pesar de las novedades, que las hay y le sientan genial, esperábamos más ambición, más originalidad a la hora de plantear la acción tal y como han hecho otros videojuegos del estilo. No nos entendáis mal. Hemos disfrutado como nunca explorando las Islas Abruptas, el conjunto de tierras en el que se desarrolla la aventura, pero ha sido más por cuestiones argumentales que por la acción en sí misma. Claro que es divertido machacar monstruos, combatir a las huestes de Kil’Jaeden o descubrir tesoros, pero llega un punto en el que pides algo más y en este sentido, los padres de Diablo y Starcraft se han quedado algo cortos… que no faltos de talento.


¡Por Azeroth!

Hay muchas aventuras por vivir en World of Warcraft: Legion y lo haréis con una pasión inusitada, disfrutando al máximo de este caótico mundo en guerra gracias al excelente pulso narrativo con el que Blizzard guía una historia repleta de grandes momentos que harán vibrar de emoción a los aficionados a la franquicia. Cuesta hablar de ello sin entrar en detalles, lo que implicaría estropear la experiencia, así que nos limitaremos a decir lo justo. ¡También lo importante! Este es un videojuego épico, espectacular en su puesta en escena y gran ritmo de la acción. Una vez pruebas cuesta horrores despegarse del PC aunque sea por unos minutos. Tiene mérito.

¡Cuidado! ¡Un guardia ahí delante! Casi como un juego de infiltración, en Suramar tendremos que pasar inadvertidos mientras cumplimos misiones. ¡No es fácil!
¡Cuidado! ¡Un guardia ahí delante! Casi como un juego de infiltración, en Suramar tendremos que pasar inadvertidos mientras cumplimos misiones. ¡No es fácil!


Siempre quieres más porque cada nueva aventura en la que te embarca se siente única, especial, y porque básicamente la historia que cuenta es apasionante. Aquí el trasfondo argumental lo es todo y la buena noticia, una excelente, es que el relato se sigue con gran interés. Casi que devoras la información en busca de pistas que aclaren el futuro aciago que se cierne sobre Azeroth. Y eso es algo que nos encanta. Como también adoramos el estilo cinematográfico que se le ha dado a muchas de sus misiones. A veces basta escuchar lanzar improperios al malo de turno para meterse de lleno en la acción, y luego están las cinemáticas, que simple y llanamente juegan en otra liga.

Aparecen en el momento preciso, son espectaculares en su ejecución y, mejor todavía, pegan un buen pellizco al corazón. En concreto hay un par con las que es difícil no emocionarse por la trascendencia de los hechos que relatan y el cómo lo hacen. Sobre todo, cómo lo hacen. Qué escenas, qué música, ¡qué diálogos! Y son precisamente estos los grandes momentos que hacen de la nueva expansión de WOW un videojuego tan destacable. Vale que las misiones son repetitivas y no aportan nada nuevo al género, pero la acción es tan divertida y lo que acontece en Azeroth tan emocionante, que casi sin darnos cuenta habremos alcanzado el máximo nivel, fijado en 110, sin perder por ello la ilusión por seguir explorando las Islas Abruptas. ¡Quién querría!, habiendo tanto por hacer y tantos lugares mágicos en los que perderse. No es exageración.

Un gran futuro por delante


Artísticamente, muy pocos MMO puedan igualar la majestuosidad de Legion

Cada una de las siete grandes zonas en las que se divide esta expansión no solo muestra un acabado artístico espléndido, de una calidad asombrosa, sino que además tiene su propia línea argumental. Hay un montón de misiones que fluyen de forma natural llevándonos de aquí para allá sin un segundo de respiro hasta alcanzar el cénit de la aventura, representado en este caso por las mazmorras para grupos. Estas, ya lo decíamos, no sorprenden por su originalidad, más bien son típicas en exceso, pero en ellas encontramos, primero, un base argumental de calidad, que te atrapa sin remedio, y más importante, mucha, mucha intensidad en los combates. Es un no parar que emociona y divierte a partes iguales. Sobre todo cuando entran en acción los jefazos, aunque en este punto, también echamos en falta algo más de originalidad.

Hay enfrentamientos geniales, por supuesto que sí, pero salvo alguna que otra excepción, la mayoría de estos se resuelven por la vía rápida sin demasiadas complicaciones. Es una lástima. Cuando World of Warcraft: Legion se sale de la norma, y arriesga, te deja boquiabierto con escenarios y situaciones de juego dignos de alabanza. Las Cámaras del Valor son un buen ejemplo de ello. Vale que no es una mazmorra original en lo jugable, pero cuesta no quedar impresionado ante la majestuosidad de su diseño artístico y el trepidante ritmo de los combates.

Un gran futuro por delante


Una guerra con vistas de futuro

Cualquiera que en su momento disfrutara de Warlords of Draenor verá que la mayoría de estas virtudes, y también defectos, son idénticos en ambos juegos, pero hay algo en lo que la anterior expansión de World of Warcraft falló estrepitosamente y, parece, lo nuevo de Blizzard corrige: los contenidos de máximo nivel, o más bien, la falta de incentivos para seguir disfrutando de la aventura tiempo después de completar sus principales desafíos. Legion ha asentado los cimientos de un futuro realmente prometedor que va más allá del simple interés por completar las Bandas que, obviamente, siguen siendo su mayor atractivo. ¡Pero no el único! Y ese es un gran punto a su favor.

Un gran futuro por delante


Adiestra tropas, encomienda misiones y obtén el preciado botín. Hay mucho que hacer en las Sedes de Clase, ¡algunas tareas con una gran historia detrás!
Adiestra tropas, encomienda misiones y obtén el preciado botín. Hay mucho que hacer en las Sedes de Clase, ¡algunas tareas con una gran historia detrás!


A la búsqueda constante de equipo legendario con el que vestir a nuestros héroes debemos sumar ahora el Arma Artefacto, propia de cada clase y especialización, que evoluciona de forma independiente con sus propias habilidades y mejoras. No es una minucia. Gracias a ellas el videojuego adquiere una nueva capa de profundidad en lo que se refiere a la personalización de los héroes, pues podemos potenciar ciertos atributos en detrimento de otros dependiendo de nuestro estilo de juego. Reducir los tiempos de espera de una habilidad en concreto, aumentar el daño que provocamos con ciertos ataques, mejorar la defensa, adquirir movimientos únicos… gracias a unas gemas especiales que encontraremos a lo largo de nuestro viaje por las Islas Abruptas, desbloquearemos nuevas vías de progresión que luego habrá que potenciar con puntos de experiencia dedicados en exclusiva a estas armas especiales. No será fácil.

Se requiere tiempo y esfuerzo o, mejor dicho, cantidades industriales de energía para explotar todo el potencial del Arma Artefacto. Así que no queda otra más que cumplir misiones; ir en busca de las preciadas recompensas con las que seguir adelante. ¿Qué pasa cuando completas las misiones de la historia principal? Lo normal sería pensar que la diversión se acaba pero nada más lejos de la realidad. Gracias a las Misiones de Mundo, que son una evolución de las clásicas Misiones Diarias, siempre hay nuevos desafíos a los que hacer frente. Además, dado que los enemigos adaptan su fuerza al nivel de habilidad del jugador, nunca sentiremos que vamos de paseo por las Islas Abruptas. Menos si nos enfrentamos a los muchos enemigos elite que hay por el camino y, en especial, a los Jefes de Mundo, que vuelven a tener un peso destacado en la acción. ¡Son brutales! Rivales de un poder descomunal, así que o vais bien acompañados, o no os molestéis en acercaros: la derrota está garantizada.

Un gran futuro por delante


World of Warcraft: Legion también aporta otra chispa de variedad con las misiones de clase, que permiten profundizar en la historia de todos y cada uno de los grandes héroes de Azeroth. Los Cazadores de Demonios, por ejemplo, ligan su historia a la del insigne Illidan Tempestira, ofreciendo una visión realmente interesante del pasado, presente y ¿futuro? de este emblemático personaje. No son por tanto tareas anodinas sin una buena base argumental de fondo, lo que agradecemos, pues supone una motivación extra para seguir explorando este genial universo de fantasía. Lo haremos además como auténticos líderes, guiando los pasos de cientos de soldados desde nuestra propia fortaleza, la Sede de Clase, que es otra de las novedades de esta expansión… o más bien, la evolución de las Ciudadelas vistas en Warlords of Draenor.

Cuándo el juego se sale de la norma, y arriesga, te deja boquiabierto con sus escenarios y situaciones

Se reduce la carga de gestión, cosa que nos parece bien, pero el funcionamiento es similar. Tenemos un grupo de campeones y esbirros a los que enviar a cumplir diversas misiones, algunas de historia, para obtener recompensas en forma de oro, experiencia para las Arma Artefacto o bonificaciones para la sede. También podemos encargar a uno de estos campeones que actúe como guardaespaldas durante nuestros viajes por las Islas Abruptas. Aparecerán en momentos puntuales, pero su ayuda puede ser determinante en los momentos de mayor dificultad. En este sentido, las tareas se complican con el paso de las horas, planteando retos que pueden tardar incluso días en ser superados por las tropas. Así pues, desbloquear todas las historias y mejoras propias de la sede tampoco será tarea sencilla. Hay mucho trabajo por delante, ya lo decíamos antes, y es algo que le puede sentar genial al videojuego si Blizzard sabe cómo mantener bien actualizado.

Un gran futuro por delante


El arte de cazar demonios

Desde la épica lucha contra Illidan Tempestira en el clásico The Burning Crusade eran muchos los que ansiaban poder convertirse en un Cazador de Demonios. Se lo han tomado con calma, vaya que sí, pero ahora que al fin encarnamos a uno de los Illidari no podemos estar más contentos con el resultado. Esta nueva clase de personaje, que puede ejercer las funciones de DPS y Tanque, es puro espectáculo. La agilidad con la que ejecuta los golpes, su capacidad para transformarse temporalmente en un demonio; el que puedan planear y explorar los escenarios desde una perspectiva distinta a la habitual… hay tantas cosas buenas de las que hablar que no nos andaremos por las ramas: tenéis que probarla. Sí o sí.

Un gran futuro por delante


La historia tras ellos también es de lo más interesante, así como la estética, el aura de poder y misticismo que desprenden o, incluso, su forma de moverse. Golpean a diestro y siniestro ejecutando una danza mortal que merece ser vista. De todos modos el resto de clases también han sufrido cambios y en general, para bien. Hay que aprender nuevas formas de pelear, adaptarse a los muchos cambios experimentados por arquetipos tradicionales como los Pícaros o Sacerdotes. En definitiva, cambios y mejoras por doquier que hacen de esta una de las expansiones de World of Warcraft más completas hasta la fecha. También de las más bonitas.

Hay tantos pequeños detalles, tantas cosas por ver, que solo puedes aplaudir, una vez más, el trabajo de los artistas de Blizzard

Es cierto que las nuevas localizaciones no son tan originales y llamativas como las vistas en Cataclysm o Warlords of Draenor, pero en lo artístico hay pocos MMO que puedan igualar la majestuosidad de Legion. Es increíble el nivel de detalle con el que se ha diseñado cada escenario y lo distintos que son entre sí. Además, las Sedes de Clase son fantásticas. En algunos casos cuesta no emocionarse ante esa primera visión de nuestro nuevo hogar, como por ejemplo cuando te adentras en el refugio de los paladines, oculto bajo la Capilla de la Esperanza de la Luz, o das tus primeros pasos en la sede de Cazadores o Monjes. Hay tantos pequeños detalles, tantas cosas por ver, que solo puedes aplaudir, una vez más, el trabajo de los artistas de Blizzard.

A todos nos pasa. Superadas las mazmorras y todas las misiones de historia ¿qué más podemos hacer en World of Warcraft? Hasta ahora teníamos las misiones diarias, pero a corto plazo se volvían repetitivas. ¡Eso se acabó! Legion introduce las llamadas Misiones de Mundo y Misiones de Emisario, a las que tendremos acceso una vez alcanzado el nivel 110. Con ellas, llegan un sinfín de nuevas misiones repartidas por las Islas Abruptas. Las hay para un solo jugador, otras dedicadas a grandes grupos, y todas ellas ofrecen suculentas recompensas. ¿Lo mejor? Que hay premios extra para aquellos capaces de satisfacer a las distintas facciones que habitan esta nueva zona de guerra en Azeroth.
El mundo os necesita - A todos nos pasa. Superadas las mazmorras y todas las misiones de historia ¿qué más podemos hacer en World of Warcraft? Hasta ahora teníamos las misiones diarias, pero a corto plazo se volvían repetitivas. ¡Eso se acabó! Legion introduce las llamadas Misiones de Mundo y Misiones de Emisario, a las que tendremos acceso una vez alcanzado el nivel 110. Con ellas, llegan un sinfín de nuevas misiones repartidas por las Islas Abruptas. Las hay para un solo jugador, otras dedicadas a grandes grupos, y todas ellas ofrecen suculentas recompensas. ¿Lo mejor? Que hay premios extra para aquellos capaces de satisfacer a las distintas facciones que habitan esta nueva zona de guerra en Azeroth.


Claro que se notan los años al motor gráfico, más si comparas World of Warcraft con otros MMO aparecidos estos últimos años. Y sin embargo, ahí está, volviendo a dejarnos boquiabiertos gracias a un apartado artístico de diez. Mismas alabanzas que destinamos a la banda sonora de esta expansión. ¡Fantástica! Cada una de las nuevas composiciones posee una fuerza increíble; el videojuego te atrapa con sus melodías y casi que resulta imposible no explorar las Islas Abruptas tarareando algunos de los temas más destacados. La música se adapta además como anillo al dedo a las distintas localizaciones por las que nos moveremos: en Stormheim disfrutaremos de piezas que evocan irremediablemente a la grandeza de los vikingos, mientras que en Monte Alto se nos seducirá con temas más tribales, propios de los nativos de Norteamérica. Como el resto de episodios de la serie, Legion también destaca por su magnífico doblaje al español.

En definitiva, ya lo veis, nuestras sensaciones con esta expansión no podían ser mejores. Hay gran abundancia de contenidos, la historia es tan buena como esperábamos y, sobre todo, Legion es tremendamente divertido. Una vez empiezas ya no paras hasta que has explorado hasta el último rincón de las Islas Abruptas; y aun así todavía queda mucho material por desgranar. La región de Suramar, por ejemplo, plantea desafíos realmente interesantes que rompen un poco con la norma, sin olvidarnos de las Misiones de Mundo y Emisario, que pueden dar muchísimo juego en las próximas semanas. De Blizzard depende mantener alto el interés de los aficionados con nuevas actualizaciones y raids que expandan todavía más un arco argumental que de primeras, nos tiene enamorados. Las perspectivas son buenas.

Excelente

Recomendado
Un gran futuro por delante

World of Warcraft: Legion

Por: El equipo de 3DJuegos
Recomendado

Nos lo hemos pasado en grande disfrutando de la intensa acción de World of Warcraft: Legion, y lo mejor que podemos decir del videojuego de Blizzard es que todavía mantenemos intacta la ilusión por continuar viviendo aventuras en Azeroth. Con una gran variedad de contenidos y una historia épica con la que es difícil no emocionarse, a esta expansión le ha faltado ser más ambiciosa, más original, en el diseño de misiones y mazmorras para grupos. Por todo lo demás cumple con lo esperado. Ahora falta que el ritmo de actualizaciones sea el adecuado. Si es así, podríamos estar ante una de las mejores expansiones de la serie.

Comprar World of Warcraft: Legion
  • Su argumento. Es épico y emocionante a más no poder
  • Gran abundancia y variedad de contenidos. ¡Hay juego para rato!
  • La nueva clase Cazador de Demonios y las Arma Artefacto
  • Un futuro prometedor gracias a las Misiones de Mundo
  • Echamos en falta más originalidad en las misiones y mazmorras
Jugadores: Multijugador masivo
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: Inclaculable
Ver requisitos del sistema
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

4.527 visualizaciones

El AUTÉNTICO AAAA de Ubisoft FAR CRY 2

Hay revoluciones que pasan frente a nuestros ojos sin que apenas nos demos cuenta. Juegazos que, por la velocidad de la industria y lo rápido que muchos se suman a las modas, pasan inadvertidos o hacen algo de ruido para luego quedar completamente sepultados por secuelas o...