La última gran expansión de World of Warcraft nos ha llevado a las profundidades de Azeroth para explorar todo un mundo bajo tierra, y como te contamos en el análisis de The War Within es una experiencia espectacular. Lo nuevo de Blizzard recupera muchas de las señas de identidad que han convertido a este MMORPG en uno de los juegos más exitosos de la historia, y lo ha hecho añadiendo además opciones tan interesantes como una nueva serie de mazmorras en solitario conocidas como Las Profundidades, en las que podemos hacer frente a varios tipos de desafíos en compañía de amigos, o simplemente con un NPC controlado por el propio juego.
Días atrás os contábamos que estas mazmorras de WoW estaban dando muchos problemas y tras varias actualizaciones de emergencia, parece que estos desafíos ya empiezan a parecerse a lo que deberían haber sido desde un principio. Los enemigos ya no son inexplicablemente más fáciles de derrotar cuando juegas en equipo que cuando lo haces en solitario (tal vez ahora son demasiado duros), y aunque todavía quedan ajustes que llevar a cabo, Las Profundidades son menos frustrantes según qué clase de personaje controles. Porque hasta ahora, podías enfrentarte a retos extremadamente fáciles… o bien toparte con enemigos capaces de aniquilarte con solo un par de golpes.
Tu aliado es también tu peor enemigo
Los jugadores que deciden afrontar este desafío en solitario viajan a Las Profundidades en compañía de Brann Barbabronce, pero el que debería ser tu mejor aliado es en la mayoría de casos una molestia insufrible que ha desquiciado tanto con sus gritos a muchos, que ya existe incluso un addon para silenciarlo. El verdadero problema es que estas mazmorras, si bien plantean una idea interesante con esos desafíos de 10-15 minutos al estilo roguelike, no terminan de ofrecer una experiencia lo suficientemente divertida como para repetirlas una y otra vez.
Algunas clases como los sanadores o los atacantes con menor capacidad de daño lo pasan verdaderamente mal durante estos encuentros, principalmente también porque tu aliado no cumple bien ni como healer ni como DPS. Hay momentos incluso ridículos cuando te grita que te apartes de un charco de veneno… ¡estando él dentro de otro! Además son retos hasta cierto punto tediosos, de repetir siempre los mismos objetivos (con otro nombre), lo que te hace pensar si de verdad merece la pena pasar "ese mal trago" en lugar de buscar un grupo de jugadores y enfrentarse a una mazmorra de las de toda la vida.
Teniendo de ejemplo el buen trabajo que Blizzard ha hecho con Diablo 4 y sus temporadas con nuevo endgame, hasta el punto de obligarte a reconfigurar las habilidades de tus héroes para afrontar ciertos desafíos, Las Profundidades de The War Within deberían tomar esa misma dirección, planteando batallas que sean desafiantes y divertidas sin necesidad de convertirlas en una rutina no especialmente gratificante. Sobre todo porque la recompensa tampoco es acorde al nivel de desafío que plantea.
Vía | PC Gamer
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