Es de dominio público que el legendario creador de Dragon Ball, el ya tristemente fallecido Akira Toriyama, era bastante olvidadizo con los detalles más nimios de su propia obra. No podemos culparle, porque imaginar, escribir y dibujar un manga de la magnitud del que nos ocupa no era precisamente una tarea fácil, sobre todo cuando, pasado un tiempo, ya teníamos a multitud de personajes rondando por el mundo sin un propósito claro que darles. Pero el caso es que el despiste del autor japonés nos dejó alguna que otra curiosa anécdota en la franquicia.
Por ejemplo, hace unos meses conté la historia del personaje de Dragon Ball del que Akira Toriyama "se olvidó por completo" y no pudimos ver apenas en DBZ: Lunch, a pesar de haber tenido cierto protagonismo secundario durante la serie original protagonizada por Goku, Bulma y compañía. El caso que hoy nos ocupa no es muy distinto, e implica a un esbirro del Emperador Pilaf del que el escritor no recordó que le había puesto nombre cuando desde Toei Animation le fueron a preguntar cómo se llamaba para su exitosa adaptación a serie de anime.
El mangaka lo había olvidado, por lo que la productora tuvo cierta libertad para bautizar al perro ninja como Shu (y a su compañera humana como Mai) cuando hicieron su debut en el anime. Sin embargo, como decíamos, a Shu sí que le había puesto nombre: Soba. Solo se le menciona una vez, concretamente en un diálogo con Mai, pero es un bautizo en toda regla del que Toriyama se olvidó, provocando que el personaje tenga dos nombres. Aunque con el tiempo Shu se impuso y, canónicamente, es la forma por la que todas las historias deben nombrarle.
Shumai, un dumpling chino bastante apetitoso
Como también explican los compañeros de 3DJ Latam, el cambio de nombre resultó bastante conveniente, porque permitía hacer un juego de palabras con los secuaces Shu y Mai: "shumai", un dumpling chino. Mientras que con "Soba" y "Mai", el resultado habría sido "soba-mai", una mezcla de trigo sarraceno con arroz que, la verdad, no suena tan apetitosa. En definitiva, una curiosidad más de Dragon Ball que implica a dos personajes que, por cierto, vieron su verdadera edad de oro con la llegada de Dragon Ball Super, en especial el personaje de Mai.
Seguimos a la espera de que el manga continúe con un nuevo equipo creativo tras el adiós de Toriyama. También estamos como locos porque se adapten las sagas pendientes de Dragon Ball Super, el Arco del Prisionero de la Patrulla Galáctica (Moro) y el Arco del Superviviente Granolah, donde Goku y Vegeta subieron a un nuevo nivel en su escala de poder, dejándonos combates realmente memorables, en especial en la última saga. Deseamos que pronto todo se pueda poner en marcha, pero parece complicado por todo el lío de derechos pendiente.
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