A lo largo de todos estos años, he podido ver una buena cantidad de animes de todo tipo, tanto shonen como seinen, spokons y dramas. Cualquier cosa te puedes encontrar en esta industria. Sin embargo, un día me topé en Netflix con una serie que, si bien la primera temporada me gustó, la segunda parte me hizo replantearme algunas cosas en la forma en que veía el mundo: Vinland Saga.
Creado por Makoto Yukimura, Vinland Saga nos presenta a Thorfinn, un joven vikingo que sueña con surcar los mares junto a su padre, el temerario Thors, el troll de Jorm. Sin embargo, la vida de Thors cambió por completo cuando formó una familia: colgó la espada y el escudo y decidió vivir una vida pacífica alejada del campo de batalla.
Thorfinn, por su parte, escuchaba de vez en cuando las aventuras de su padre por los mares y cómo fue uno de los vikingos más respetados de todo el mundo, por lo que él también quería sentir la adrenalina de la batalla. Después de una visita donde pedían la vuelta de Thors al ruedo, Thorfinn encontró una daga de su padre en un cofre escondido. Como era de esperar, este quería utilizarla para vengarse de la gente que había asesinado a los suyos, pero llegó su padre para dejarle una frase que recordaría años después: "Tú no tienes enemigos, nadie los tiene".
Tú no tienes enemigos
Por desgracia, durante un viaje, Thors acaba siendo asesinado por Askeladd, un pirata que se mueve por dinero y con una tripulación de armas tomar. Es aquí cuando Thorfinn, cegado por la ira y la venganza, decide acompañarle para conseguir a través de un combate, matar al asesino de su padre.
La primera temporada se resume básicamente en eso: Thorfinn intentando vengarse. Sin embargo, tras una serie de sucesos que ocurren en este prólogo (sí, la primera temporada es un prólogo), el protagonista cambia por completo de actitud y siente un vacío tan grande que nada lo puede llenar, ya que vivía por y para la venganza.
Es aquí cuando me di cuenta de lo verdaderamente buena que era Vinland Saga. A diferencia de la primera temporada, la segunda parte está alejada de la sangre y la violencia y se toma su tiempo para enseñarnos las metas y trasfondo de cada personaje que se nos presenta. Tanto los personajes secundarios como su protagonista tienen sus propias metas y el autor nos lo cuenta de una manera muy especial y profunda.
Algo que parece haber influido en este nuevo arco del manga fue la filosofía estoica, una corriente filosófica que ha repuntado en estos últimos meses y que busca la sabiduría en uno mismo. De hecho, la frase de "No tengo enemigos" que Thors le dice a su hijo es un ejemplo de esta corriente y de cómo impacta en Thorfinn y todos los que le rodean con el paso de los años.
Os voy a ser sinceros, cuando acabé la segunda temporada, tuve un momento de reflexión de casi media hora en la que repasaba cómo veía el mundo en ese momento. Me di cuenta de que ese odio que expulsaba de vez en cuando entre mis amigos o redes sociales era fruto de no controlar bien mis emociones, y, al igual que Thorfinn, me di cuenta de que el odio no lleva a ningún lado bueno, solo a una espiral de odio mucho más grande e inestable.
Es por ello que os recomiendo encarecidamente darle una oportunidad a Vinland Saga, disponible al completo en Netflix. La primera temporada es muy divertida y está llena de acción, pero no es hasta la segunda cuando de verdad empieza a tomar un rumbo excepcional.
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