Chema Mansilla
Editor - Cine y TVIchiro Inuyashiki es un hombre de 58 años que se siente cansado, solo y triste. También es buena persona. Y, en su interior, es un robot asesino del espacio exterior. Pero eso es un secreto. Lo importante es que es el protagonista de un anime que empecé a ver casi por accidente, simplemente porque es obra de Hiroya Oku, creador de Gantz, un manga que me gusta mucho a pesar de todos sus problemas. Y el caso es que me he encontrado con una historia emocionante, durísima por momentos y que demuestra todo el buen hacer de MAPPA: Inuyashiki (Last Hero).
Un hombre corriente con un destino extraordinario
El anime nos presenta a Ichiro como un hombre común, con una vida gris y solitaria. Trabaja en una oficina, vive una rutina apagada y, a pesar de todos sus esfuerzos, es prácticamente invisible para su familia. Además, tiene cáncer. Su timidez, su bondad y su fragilidad lo convierten en un personaje con el que es imposible no empatizar. Todo cambia cuando un encuentro con una nave alienígena lo transforma en un ser con habilidades sobrehumanas: un cuerpo de robot armado hasta los dientes, capaz de curar, proteger y destruir.
Aunque esta transformación es de ciencia ficción, el núcleo de la historia es profundamente humano. Ichiro no busca sacar nunguna ventaje de sus poderes ni fama: simplemente quiere hacer el bien. Salvar vidas se convierte en su nueva razón de ser, y la forma en que lo hace refleja la esperanza de que todavía existe bondad en el mundo. Que falta nos hace.
El choque entre luz y oscuridad
No todo en este anime es heroísmo y buenas intenciones. Hiro Shishigami, un joven estudiante, recibe las mismas habilidades extraterrestres que Ichiro. Sin embargo, Hiro representa el reverso oscuro del protagonista: un auténtico psicópata que se divierte matando, incapaz de empatizar con nadie más que con su familia y su mejor amigo. Este contraste entre Ichiro y Hiro es fascinante: mientras uno se convierte en un héroe silencioso, el otro es un monstruo moderno que refleja las sombras que todos llevamos dentro.
Ichiro no busca sacar nunguna ventaje de sus poderes ni fama: simplemente quiere hacer el bien.
Es curioso también cómo Hiro es un fanático de One Piece, un detalle que tal vez no tenga que ver con que sea un psicópata, y que sirve para humanizarlo en cierta medida, aunque su camino sea destructivoy completamente inhumano. La relación entre estos dos personajes no es solo un enfrentamiento físico: es un choque moral y filosófico, una reflexión sobre cómo las circunstancias y la personalidad determinan cómo alguien utiliza el poder que se le ha dado. Pero sí, cuando se dan de tortas tiembla toda la ciudad en un auténtico espectáculo de violencia y rayos láser.
Una producción que mezcla emoción y acción
Inuyashiki es obra del estudio MAPPA, conocido por su capacidad de combinar acción espectacular con narrativas intensas en series como Chainsaw Man y Jujutsu Kaisen. La serie mezcla animación tradicional con CGI para sus transformaciones y escenas de combate, aunque algunos momentos pierden fluidez visual, lo cierto es que logra transmitir el espectáculo del conflicto entre los protagonistas. La narrativa, basada en el manga de Hiroya Oku, mantiene la crudeza y el dramatismo que caracterizan al autor, con guiños claros a su obra anterior Gantz.
Además, la historia ha tenido su adaptación a película de acción real, ampliando así el alcance de esta historia y permitiendo que nuevos públicos se acerquen al universo de Inuyashiki que comenzó a editarse como manga en 2014. Pero, como parece que siempre siempre ocurre con Oku, el anime sigue siendo la mejor manera de que el público mayoritario, especialmente en Occidente, descubra sus trabajos.
Momentos que golpean donde más duele
Una de las fortalezas de Inuyashiki es cómo logra tocar las emociones del espectador. Hay escenas tan duras y emotivas que es imposible no sentirse conmovido. Desde la soledad de Ichiro hasta los momentos de empatía y bondad que surgen inesperadamente, la serie va a golpear las partes blandas y hacerte llorar. Este contraste con la violencia y la acción es lo que hace que la historia tenga tanto peso: no es solo un espectáculo de robots y poderes, es un relato sobre la condición humana.
El anime también ofrece momentos tiernos y divertidos. Personalmente me encanta una bonita referencia al legendario Astroboy de Tezuka
El anime también ofrece momentos tiernos y divertidos. Personalmente me encanta una bonita referencia al legendario Astroboy de Tezuka. Pero el fondo importante de la historia es una reflexión sobre el poder y cómo afecta a quienes lo poseen. Lo esperable sería que habilidades extraordinarias corrompieran a las personas, haciendo buena la máxima de Lord Acton, pero Inuyashiki nos recuerda que todavía hay héroes en la vida real: aquellos que dedican su tiempo a cuidar a los demás sin buscar reconocimiento, como alguien que se encarga de curar a los enfermos de cáncer en un hospital sin que nadie lo sepa. Ichiro es un reflejo extremo de esto, un último gran héroe que actúa en silencio, demostrando que el altruismo y la bondad todavía existen, incluso en un mundo que a veces parece dominado por la indiferencia y la crueldad. El enfrentamiento entre Ichiro y Hiro no es solo una lucha de poderes, sino un recordatorio de que cada decisión tiene un peso, y que la humanidad se mide no solo por lo que hacemos por nosotros mismos, sino por lo que hacemos por los demás.
Si buscas un anime que combine emoción, acción y una exploración profunda de la naturaleza humana, Inuyashiki (es una apuesta segura. La serie está disponible en Prime Video y merece ser vista sin prejuicios, dejando que sus momentos de tristeza, esperanza y reflexión golpeen donde deben y te remuevan un poco por dentro. y a lo mejor te interesa saber que también hay una peli de acción real, pero creo que la serie resulta más profunda. Ichiro Inuyashiki nos recuerda que incluso las personas más invisibles pueden convertirse en héroes,incluidos los señores de mediana edad un poco tristes y cansados de la vida, y que hablar con nuestro padre, con nuestra familia o con alguien cercano puede ayudarnos a comprender lo que sienten.
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