El juego de Rare ya está disponible en Xbox One y PC con Windows 10.
A través de una conferencia en la Game Developers Conference (GDC) 2018, Rare ha tenido la ocasión de hablar de cómo su recién estrenado Sea of Thieves abarca el tema de la toxicidad, uno de los principales caballos de guerra de los juegos multijugador.
El mejor ejemplo de esto es la celda localizada en la bodega de los barcos, una prisión temporal en la que es posible encerrar a los jugadores problemáticos previo voto mayoritario del resto. Según comenta Jerome Hagen, investigador de usuarios en Microsoft, fue una medida que ayudaba a los jugadores a tener control directo sobre la toxicidad al mismo tiempo que evitaban sacarlos de contexto con un botón de informe.
"Podrías encontrarte con alguien que se une a tu tripulación y comienza a causar problemas de algún tipo", explica Hagen. "Si es demasiado problemático, tienes la opción de expulsarlo por completo. La celda se introdujo como una forma de dar control a los jugadores. Ellos pueden votar para encerrar a alguien, negociar con esa persona, exigir una disculpa o hacer lo que mejor funcione en dicha situación. Vemos en esto una solución divertida y que encaja con el concepto de jugar a ser un pirata".
Aunque desde Microsoft ven esta medida "capaz de darle más diversión" al juego, lo cierto es que no es la única. Los jugadores también tienen la opción de teletransportarse a otro punto de la isla si se encuentran con 'trolls' que estén afectando negativamente su experiencia.
La toxicidad es uno de los temas más discutidos en los últimos meses, y más allá de Rare hasta 30 empresas han firmado para luchar contra ella en Play Fair Alliance. Sea of Thieves, por su parte, está ya disponible en PC con Windows 10 y la familia de consolas Xbox One.