Project Scarlett se escindiría para sacar partido a otros servicios como xCloud o Xbox Game Pass.
2020 marcará el estreno de las consolas de nueva generación de Sony y Microsoft. Sabemos con total certeza que la primera será PlayStation 5, pero la segunda es un tanto misteriosa. Por ahora, la compañía se ha limitado a anunciar Project Scarlett, que por supuesto es un nombre en clave. Y aunque a menudo nos referimos a ella como Xbox Scarlett, lo cierto es que nuevos informes apuntan a que en realidad la next-gen de Microsoft abarca dos consolas distintas: Anaconda y Lockhart.
Es probable que estos nombres te resulten familiares porque ya salieron a la luz el año pasado, si bien no estaba muy claro cuánto de verdad había detrás de ellos. Recientemente, el periodista Jason Schreier de Kotaku ha publicado un artículo contrastando el testigo de diversas fuentes anónimas cercanas a la producción, corroborando que la escisión de Anaconda y Lockhart es muy real y sigue en desarrollo tal y como se había predicho en 2018.
Anaconda apunta a 4K y 60 FPS, y Lockhart, más barata, a 1440p y 60 FPS
Aparentemente, las dos consolas guardarán entre sí una relación similar a la que tienen hoy Xbox One X y Xbox One S: aunque ambas comparten el mismo catálogo y compatibilidades, una (Anaconda) apostaría por un hardware premium más potente y otra (Lockhart) sería más asequible a cambio de posibilidades más modestas y omisión del lector de disco.
A falta de conocer sus respectivos precios, Kotaku explica que Microsoft trataría de comercializar Lockhart sacando el máximo partido a otros servicios como la plataforma de juego en nube Project xCloud o el creciente catálogo de Xbox Game Pass. Este modelo de negocio ha rendido particularmente bien con Xbox One S durante el Black Friday, sin ir más lejos.
Tampoco hay nuevos detalles sobre el hardware de cada máquina, pero sí sobre sus metas. Anaconda tendría por objetivo alcanzar 4K y 60 FPS en sus juegos, mientras que Lockhart apunta a 1440p por 60 FPS. Naturalmente, al final del día está en manos de los desarrolladores elegir qué balance técnico es mejor para sus propios juegos, por lo que solo algunos podrán llegar a estas impresionantes cifras.