Se cumplen tres años del cese de producción de Wii U.
Venían de firmar uno de los mayores éxitos en la industria del videojuego con Wii superando los 100 millones de consolas vendidas. Y entonces… se estrellaron. No sé si fue un exceso de confianza o la arrogancia; creerse los reyes del cotarro como lo fueron antaño, en los tiempos de NES y Super Nintendo. Pero lo cierto es que su nueva gran consola, Wii U, no triunfó de ninguna de las maneras. Ni siquiera se acercó. Y hace apenas tres años cesó la producción de Wii U con un triste adiós. Sin embargo, este fracaso fue el inicio de otra gran historia de éxito para la compañía japonesa, que supo aprender de los errores para volver a alcanzar la fama. Se lo merecen.
Hay muchos factores que explican el descalabro de Wii U, que sí, era una consola nacida de grandes ideas que pudo dar mucho más de sí visto lo visto en experiencias como Nintendo Land, que la propia N no supo aprovechar, pero en general pocos lo hicieron y esa fue su gran perdición: la falta de juegos. Largos períodos de sequía que hicieron evidente que sin el apoyo de las terceras compañías poco podías hacer en el mercado. Y lo grave es que los japoneses hicieron poco para ganarse su apoyo. Bethesda supo resumir bien la situación: Nintendo pecó de arrogante.
"El momento de convencer a los editores y los desarrolladores para que apoyen a Wii U pasó hace mucho. La consola ya está a la venta", llegó a decir un Pete Hines claramente molesto por la poca información que Nintendo dio a los desarrolladores durante la creación de Wii U. "Si vas a decir 'estamos haciendo esta caja, así es como funciona y tú deberías hacer juegos'… pues no. Mi respuesta es no". Años después, y tras ser mucho más abierta con los creativos de otras compañías, Nintendo Switch tiene en su catálogo juegos como Skyrim, DOOM o Wolfenstein: The New Order. ¡Qué es genial! Y ya no es solo que estén ahí, haciendo bulto, es que además están gozando de un gran éxito en ventas.
Nintendo ha sabido crear un producto para todos los públicos donde disfrutar de una amplia variedad de experiencias
Lo mismo ocurre con los estudios independientes. Nintendo ha cuidado tanto estas relaciones, les ha dado tal protagonismo hasta el punto de dedicar a ellos algunos Nintendo Directs, que la consola híbrida está plagada de juegos indie de enorme calidad que también han gozado del éxito. Por eso mes tras mes el flujo de lanzamientos es constante, sin ser tan dependiente de las producciones de la propia Nintendo. Obviamente estos son los platos fuertes, esos juegos que venden millones, pero mientras llegan… ¿qué tal una partida a Stardew Valley? ¿O tal vez a Baldur's Gate? ¿Y qué me dices de Mario + Rabbids? Y poco importa que sean juegos ya vistos en otras plataformas.
El hecho de tener una máquina que es también consola portátil es el elemento diferenciador que ha terminado por coronar a Nintendo Switch como el mejor complemento al resto de plataformas. Y no lo digo como algo despectivo. Puedes tener un buen PC, o Xbox One, o PS4, pero siempre acompañada de una Switch. Ya lejos de la guerra tecnológica, Nintendo ha sabido crear un producto para todos los públicos que invita a disfrutar de una amplia variedad de experiencias de juego. ¿Cuántos no habéis pensado “qué genial sería jugar a esto en portátil”? Y ahí me tenéis, enganchado a Civilization 6, disfrutando de uno de mis juegos favoritos, el maravilloso Grim Fandango, allá donde vaya; o pasándolo incluso mal con Alien Isolation.
Wii U fue un fracaso, sí, pero de sus cenizas ha nacido una consola que me ha hecho disfrutar como pocas. Aún tiene mucho que demostrar, mucho con lo que sorprender, pero bendito fracaso sin con ello Nintendo ha aprendido la lección. Sí, son los mejores en lo suyo, pero junto a otros creativos pueden ser imparables.