Microsoft se ha comprometido a respetar sus acuerdos, pero los lanzamientos posteriores al 2023 todavía están en el aire.
El 2022 arrancó con una de las noticias más importantes de la historia de la industria: Microsoft había comprado Activision Blizzard, tomando el control de algunas de las sagas más icónicas y rentables de los videojuegos. La astronómica cifra de la adquisición ascendía a cerca de 70.000 millones de dólares y suponía hacerse con la popular franquicia Call of Duty.
PlayStation dejaría de ingresar entre 87 y 260 millones de dólares en regalías
La reacción tras el acuerdo en la competencia no tardó en llegar, llevando a Sony a sufrir un desplome en bolsa tras la adquisición. Pero todavía quedaban por resolver muchos asuntos, y uno de los principales tenía que ver con el futuro de Call of Duty en PlayStation. The Wall Street Journal se quiso anticipar a los posibles escenarios publicando un estudio que estimaba la cifra que Sony dejaría de ganar si Microsoft decidiera llevase la franquicia estrella de Activision de las consolas PlayStation.
PlayStation dejaría de ingresar una cifra en torno a los 10.000 y 30.000 millones de yenes, entre 87 y 260 millones de dólares en regalías. Por el momento, Phil Spencer se ha mostrado comprometido con los acuerdos de la saga en las consolas de Sony, además de enviar un amigable mensaje donde señalaba la importancia del papel de la compañía nipona en la industria.
Sin embargo, el periodista de Bloomberg, Jason Schreier, compartió recientemente nueva información, generando una mayor incertidumbre sobre el futuro de la franquicia bélica tras la finalización de los acuerdos entre Activision y PlayStation. Estos incluirían los tres próximos juegos de la saga, entre los que se encontrarían dos títulos troncales y una revisión de Call of Duty: Warzone y que llegarían antes de 2024.
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