Este fin de semana hemos disfrutado, sin duda, del evento más ambicioso en la historia de Twitch. La Velada del Año 3 ha sido una verdadera locura, creo que eso nadie lo duda, y tanto los combates como las actuaciones estuvieron a la altura del evento. Sin embargo, después de varios días de resaca, lo único que recordamos de un evento de tal envergadura es la polémica entre Marina Rivers, tiktoker española, y Samy Rivers, streamer mexicana.
Resulta que a Rivers de México no le ha gustado el resultado de su enfrentamiento ante la influencer española, ya que perdió por decisión del jurado por 2 a 1. Esto causó un enorme revuelo en redes sociales, ya que tanto los creadores de contenido afines a la streamer como la propia Rivers no pararon de quejarse. Como consecuencia, los seguidores más acérrimos de la streamer mexicana empezaron a despreciar e insultar a Marina Rivers por el mero hecho de haber ganado por decisión que ni siquiera es suya.
A lo largo de estos días hemos visto cómo Samy Rivera ha negado la realidad y no ha parado de dejar indirectas en sus redes respecto al resultado del combate. Su mal perder ha provocado un malestar tan grande que incluso el propio Ibai ha tenido que pedir disculpas sobre su opinión, ya que los seguidores de Rivers (mexicana) la posicionaron como una opinión unánime, a pesar de saber que no tenía ni idea de boxeo.
El problema no es el resultado
Y es que el problema como tal no ha sido el resultado, sino la reacción de la "afectada" que no ha aceptado la derrota. Sin ir más lejos, en la misma velada vimos el combate entre Luzu y Fernanfloo que acabó con un resultado que pocos esperaban. ¿Han escuchado algún fan de Luzu pedir la cabeza de Fernanfloo por este resultado? No, ¿verdad?
Por si fuera poco, la propia Samy, en vez de reconocer que no tuvo la mejor actitud, siguió aumentando esta bola de odio excusándose en que recibió insultos de todo tipo en el estadio. Lo curioso es que 24 horas antes comentó algo totalmente distinto, ya que agradeció al público del Metropolitano corear su nombre una y otra vez.
Y aún con todo esto, me sigue dejando perplejo que un combate de boxeo amateur entre dos personas haya causado este tipo de revuelo. Este deporte se caracteriza por el respeto que se muestra entre los luchadores, y que al final, los piques que existen se quedan en eso, piques que se quedan dentro del cuadrilátero.
Un patio de colegio
El mundo del streaming parece cada vez más un patio de colegio en el que se dividen diferentes grupos; los niños que miran por encima del hombro a la gente, los que se divierten sin molestar a nadie, los bullies que no paran de meterse con los más débiles... El ambiente es cada vez más hostil, y al igual que ocurrió en los Esland o Bellum, no tardaremos mucho en ver la burbuja de odio explotar.
Gracias a la velada, muchos de nosotros nos hemos interesado por esta disciplina, pero aún queda mucho por aprender, y la deportividad y el saber perder son asignaturas pendientes en muchos creadores de contenido con demasiado poder y seguidores que no son conscientes de lo que pueden llegar a provocar.
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