Aunque el hardware gráfico avanza en PC de forma rápida e impávida, cada lustro suele ser habitual ver un verdadero salto generacional. Y si bien aún tenemos que ver qué se trae entre manos AMD con RDNA2; lo que Nvidia presentó el pasado 1 de septiembre representa, a nuestros ojos, uno de esos saltos. Repasamos los motivos de este pensamiento.
El pasado 1 de septiembre fue la fecha señalada finalmente por Nvidia para la presentación de su nueva generación de tarjetas gráficas. Una presentación que culminó con la muestra de la nueva generación de gráficas Ampere por parte de la compañía de verde, y que ha dado fin a una larga espera para disipar las dudas surgidas por las filtraciones acaecidas meses antes de dicha presentación. Todos hemos podido ver las RTX 3000 en pantalla, así como una serie de novedades importantes en torno al ecosistema de aplicaciones y tecnologías asociadas a la marca GeForce de las que Nvidia ha hecho gala.
Las GeForce RTX de Ampere vienen a sustituir a las RTX Turing que hasta ahora suponían el objetivo a batir en cuanto a potencia gráfica bruta - obviamos los modelos industriales - en el sector de la electrónica de consumo; unas gráficas que, aunque han acabado ganándose un merecido hueco en el mercado, no se recibieron con el mismo optimismo que hemos percibido en esta ocasión.
Y es que, ahora, creemos que Nvidia ha sabido jugar bien sus cartas; mostrándonos lo que promete ser la generación con mejor ratio precio/rendimiento desde el lanzamiento de Pascal. Pero no adelantemos acontecimientos. A lo largo de este texto nos hemos propuesto desgranar las que, para nosotros, son las 5 claves por las cuales los jugadores de PC podemos ilusionarnos con la nueva generación de la compañía de verde.
I. El ecosistema de Nvidia como carta de presentación
Aunque acapara menos atención que el hardware, en el mercado de las tarjetas gráficas de consumo el software y las características adicionales siempre han servido como un reclamo adicional para mantener a los usuarios usando su hardware. Nvidia ha apostado muy fuertemente en este aspecto durante las últimas generaciones; pero ha sido tras la salida de las primeras RTX cuando hemos podido comprobar hasta qué punto la compañía norteamericana estaba dispuesta a centrar sus esfuerzos en crear una suerte de "ecosistema" en torno a sus tarjetas gráficas. Durante esta presentación este énfasis en vender las bondades de su software exclusivo ha sido aún mayor si cabe, y se ha visto reforzado con la aparición de nuevas adiciones a él. Muchos de estos añadidos están dirigidos al público que normalmente denominamos "creadores de contenido" en nuestro día a día.
Todos estos elementos se han agrupado bajo el paraguas de lo que la compañía llama Nvidia Broadcast, una suite de aplicaciones enfocada los cometidos mencionados y de la que nos ha sorprendido especialmente el codificador de hardware NVENC, por extender lo que la plataforma ShadowPlay de la compañía intentaba en su momento. Sabemos también que no todas las novedades en el software existente que acompañará la salida de las nuevas RTX se ha mostrado ahora; imágenes como la nueva interfaz de GeForce Experience nos lleva a pensar la contrario. Otras tecnologías para desarrolladores, como el marco de herramientas de Omniverse Machinima son igualmente interesantes; aunque dependerá de su implementación en títulos. No será así con Nvidia Reflex, que estará integrado en los drivers de las tarjetas GTX 10 y superiores.
Estaríamos ante el mayor salto en rendimiento de la compañía desde Pascal, e incluso más
El enfoque hacia este ecosistema, así como el énfasis en darlo a conocer, es un movimiento interesante por parte de Nvidia; ya que, una vez introducidos en las bondades de este, los usuarios tienen un motivo más para no pasarse a su competencia más allá del rendimiento bruto de sus gráficas en las aplicaciones - o juegos - para los que las empleemos normalmente. El anunciarlas de este modo, en pleno evento de presentación de sus nuevas gráficas, también nos parece un movimiento acertado; pues introduce dicha información cuando más receptivos están los usuarios a ella.
II. Ampere: el plato estrella del menú
Como ya hemos dado a entender, la concisa conferencia de Nvidia ha abarcado mucho más que una simple presentación de las gráficas y sus números; pero sin duda alguna el plato principal en la cocina de Huang han sido las nuevas GeForce RTX 30 que han poblado, curiosamente escondidas, el escenario de la conferencia. Todas las gráficas presentadas corresponden a la gama alta de la compañía, una afirmación fácilmente comprobable a través de los números lanzados por los de Huang, así como por los modelos contra los que han comparado tanto a la GeForce RTX 3090, como a la RTX 3080 y 3070.
Si bien la diferencia entre los números es notable, al estar hablando de diferentes arquitecturas estos se desfiguran ligeramente a la hora de hablar de su traducción en rendimiento real. La propia Nvidia nos deja caer que deberíamos comprobar una mejora del 50-60% en el rendimiento de juegos con Raytracing activado; mientras que las primeras pruebas que han sido desveladas, como las de Digital Foundry, señalan que las mejoras en rendimiento en títulos rasterizados tradicionales rondan el 70-80% en escenarios que enfrentan de tú a tú la GeForce RTX 3080 contra la RTX 2080. Como referencia, el salto de rendimiento real de Maxwell a Pascal giraba en torno al 50-60% en modelos de gamas equivalentes.
¿Pero de dónde sale este salto? La respuesta es Ampere. A través del proceso de fabricación de 8nm LPP personalizado que Samsung ha acordado con Nvidia, la compañía de verde ha puesto sobre la mesa un chip que, aunque con una densidad algo inferior a lo que AMD presentaría dentro de poco con RDNA2 y su proceso de 7 nm de TSMC, brinda a Ampere de mucho más espacio que los 12nm de Turing de cara a ampliar las capacidades físicas de la GPU. Un espacio muy preciado en la peculiar arquitectura de unidades complementarias que se anunció con Turing hace ya dos años. Y así ha sido finalmente. El aumento del número de núcleos CUDA, Tensor y RT, multiplica por 2.7 la potencia de sus núcleos CUDA y Tensor Cores; y también multiplica por 1.7 la potencia de sus núcleos RT. Esto coloca a la GeForce RTX 3080 en torno a los 30 TFLOPS de rendimiento teórico si atendemos a los núcleos CUDA; que es la medida que usamos tradicionalmente para entender el rendimiento de una gráfica basada en una misma arquitectura.
En mi humilde opinión - y pronunciándome de forma independiente - lo que el jugador medio de PC debería entender tras toda la información mostrada es que, aún con la falta de pruebas en escenarios reales por parte de medios externos a Nvidia y a sus colaboraciones, el salto en rendimiento es tan pronunciado que no existe la necesidad alguna de matizar o enmascarar el mismo. Estaríamos ante el mayor salto en rendimiento de la compañía desde Pascal, y si los números que conocemos hasta ahora se entienden como totalmente ciertos, dicho salto estaría aún un peldaño por encima de este.
3. Reforzando las posibilidades de RTX
La mayor incógnita durante la gran conferencia que los de Huang ofrecieron en 2018, durante el primer gran anuncio de Turing, fue cuanto íbamos a tardar en comenzar a ver en títulos comerciales las novedades que las RTX de Nvidia traían junto a su revolucionaria arquitectura. La respuesta a dicha incógnita es un total de 13 títulos actuales con soporte para RT; y un total de 13 títulos con soporte para DLSS actualmente. Unos números sobrecogedores por su insignificancia frente al número de lanzamiento cada año. Las impresionantes capacidades de Turing se vieron sobrepasadas por su pérdida de rendimiento y su incapacidad para ser imitadas en otras plataformas.
Sabíamos que el éxito de muchas de esas características dependía menos de Nvidia y más de su uso estandarizado. Una estandarización que, al menos para el Raytracing, parece que va a llegar tras la salida de PlayStation 5 y Xbox Series X; así como del lanzamiento de las nuevas gráficas basadas en Navi de AMD. Por otro lado, las predicciones acerca de la integración de DLSS en títulos futuros es algo más incierta; Nvidia ha presentado una tecnología innovadora y útil de cara al aprovechamiento de las grandes resoluciones, así como una solución factible al aumento del rendimiento exigido por muchos títulos; pero aún está lejos de ser la norma.
DLSS 2.0 es un auténtico salto de gigante con respecto a su primera versión
Aún con todo, nuestras previsiones son positivas para con ambas tecnologías. DLSS 2.0 es un auténtico salto de gigante con respecto a su primera versión y su integración futura está confirmada para, al menos, 27 títulos que aún no han salido al mercado; mientras que las novedades en la nueva serie de tarjetas gráficas de la compañía debería asegurar un mejor desempeño de los juegos que integren la tecnología, y las pistas sobre la colaboración de Nvidia con empresas influyentes dentro del sector, como Microsoft o Epic Games (Unreal Engine 5) nos lleva a pensar que esta integración crecerá más de lo que esperabamos.
Estandarizar el uso de estas dos tecnologías debería ser una prioridad absoluta para Nvidia si quiere que sus nuevas gráficas sean la alternativa más atractiva del mercado; en caso contrario, nos podríamos encontrar con un escenario similar al que hemos vivido con Turing, con gráficas basadas en Pascal y las GeForce GTX tradicionales como la opción de compra más inteligente en la gama baja, media, y los primeros estadios de la alta. Por ello creemos que la apuesta de Nvidia para con estas tecnologías es una de las claves de su nueva generación.
IV. Preparando el terreno para la nueva generación
Una de las principales inquietudes que nos generaron las primeras filtraciones relacionadas con las nuevas GeForce RTX fue la cantidad de memoria listada en las mismas. Los 10 GB de VRAM que listan dichas filtraciones en modelos de alta gama, como la RTX 3080, se nos antojaban escuetos ya para los estándares actuales; donde modelos como la RTX 2080 con 8GB podían llegar a tener problemas en resoluciones altas bajo ciertas configuraciones gráficas. Nos podríamos encontrar con el extraño escenario en el que una gráfica pensada para superar por mucho lo que las mencionadas consolas ofrecen en términos de potencia brutos tuviera un gigantesco cuello de botella en su memoria de cara al juego en 4K a alta calidad.
Esas inquietudes se han disipado en gran parte durante la presentación de Nvidia; ya que, si bien los números de las filtraciones han resultado ser ciertos, su empleo no ha sido arbitrario. La compañía de verde ha querido rescatar para su hardware una de las características más esperadas de las nuevas consolas, como lo es la comunicación directa entre el almacenamiento y la VRAM de sus nuevas GPU; a través de la API que usará también la consola de Microsoft para la misma labor y mimetizara en cierta medida lo que los de Redmond han mostrado en Xbox Series X. Es decir, que las gráficas de nueva generación podrán aprovecharse de las velocidades de PCIe 4.0 o las unidades NVMe, y los jugadores de PC también contaremos con la carga rápida de assets y las transferencia rápida de texturas de nuestro almacenamiento a la pipeline gráfica de la tarjeta a través DirectStorage. Una función que nos atreveremos a especular que AMD también presentará en sus próximas tarjetas de alguna manera; aunque aún desconocemos mucho de ellas y sus cualidades más allá de la información filtrada por Microsoft.
V. Precios pensados para competir
La última clave de cara a la nueva generación de tarjetas de Nvidia está directamente enfrentada con uno de los problemas que destacamos sobre Turing tiempo ha: el precio al que saldrán al mercado tanto la GeForce RTX 3080 como la RTX 3070, de 719 y 519 euros respectivamente; y que no sólo nos parece de lo más acertado de la presentación, sino también un movimiento necesario por parte de los de verde para introducir a todos aquellos jugadores que no dieron el salto de Maxwell o Pascal a Turing dentro del renovado ecosistema de Nvidia.
Es la mejor relación precio-rendimiento que la compañía ofrece en gama alta desde hace dos generaciones
Haciendo un pequeño cuadro con la información que tenemos es fácil entender por qué, a falta de conocer qué hará AMD, estos precios nos parecen una buena noticia. Atendiendo a la mejora marginal que esperamos en la nueva generación, no sólo estaríamos hablando del mayor salto en rendimiento desde Pascal, como ya hemos escrito en uno de los anteriores párrafos; sino que también estaríamos hablando de la mejor relación precio-rendimiento que la compañía tiene en la gama alta desde hace al menos dos generaciones completas.
Esto debería dejar también un escenario interesante en la gama media, que deberá acomodarse o bien a un salto en rendimiento similar, o a una bajada generalizada del precio; algo que no ocurre desde hace un tiempo - ya lo exploramos en uno de nuestros anteriores especiales - y sería un movimiento interesante para combatir el mercado de segunda mano que va a florecer tras el lanzamiento de los modelos anunciados el pasado 1 de septiembre. Estas serían para nosotros las 5 claves que, a nuestros ojos, hacen de las nuevas tarjetas presentadas por Nvidia algo con lo que ilusionarse si eres jugador de PC; un optimismo que hace un tiempo que necesitábamos en el sector gráfico, y que esperamos que se mantenga hasta que tengamos nueva información oficial sobre las RDNA2 de AMD, o sepamos más de la gama media de Nvidia y los de rojo.
Pero antes de eso, esperamos el lanzamiento de la GeForce RTX 3080 para este 17 de septiembre; algo más avanzado el mes llegaría la RTX 3090; y para octubre tendremos con nosotros la esperada GeForce RTX 3070. Ya pueden reservarse en algunas tiendas para aquellos más impacientes, o aquellos que quieren prever las habituales subidas de precio de los primeros meses.