La "carrera armamentística" entre los desarrolladores de 'cheats' y sus contrapartidas -los anti cheats- no se queda atrás en términos de innovación para detectar o sortear las trampas y las contramedidas, respectivamente, que pugnan por alterar el statu quo de las partidas de shooters a través de Internet. Uno de los métodos más radicales que hemos visto recientemente por parte de las desarrolladoras para frenarlos ha sido el requisito de activar ciertas opciones en la BIOS para poder jugar a juegos como Battlefiled 6 o CoD, u otras soluciones que funcionan al nivel del módulo de seguridad Kernel del PC.
En consecuencia, muchos creadores de 'aimbots' y otros programas que dan cierta ventaja a los usuarios han comenzado a explorar la posibilidad de "alterar" el rendimiento de otro componente esencial para jugar a FPS en línea, pero que no está integrado en nuestro equipo; de hecho es algo con lo que los seres humanos venimos de serie: nuestro brazo para jugar. Dos youtubers han ideado los primeros prototipos de 'chetos' para esta parte del cuerpo y que, al estar fuera del ordenador son virtualmente imposibles de detectar.
La ayuda para el auto apuntado neuromuscular
El primero ejemplo de estos nuevos "modelos" de aimbot lo muestra el youtuber Basically Homeless. Lo que ha hecho es crear un dispositivo que se conecta a su ordenador y detecta los enemigos que aparecen en pantalla. Esos datos son transferidos a una Rapsberry Pi con diodos que se conectan al brazo del usuario para estimularlo mediante impulsos eléctricos.
Aplicados sobre los puntos correctos de la articulación, dichos impulsos estimulan el movimiento de los músculos que controlan los movimientos que se realizan con un mouse e incluso mejoran la coordinación mano-ojo para apretar de manera más rápida y precisa el clic izquierdo de disparo; traducido en datos numérico, el experimento de Basically Homeless redujo su tiempo de respuesta de 200 a 100 milisegundos. Más curioso todavía fue el hecho de que con la Rapsberry conectada a través de Ethernet en vez de a la red Wi-Fi, consiguió arañar 40 milisegundos más.
El experimento lo realizó en Counter Strike 2, un juego que no dispone de anti cheat a nivel de kernel, pero dado que es una estimulación neuromuscular, no lo considera hacer trampas o conseguir una ventaja injusta por encima de otros usuarios, por no hablar que es algo que ningún programa de seguridad actual puede detectar como trampa. Eso sí, la estimulación con este método es dolorosa por cómo se puede ver en el vídeo en el que documenta su experimento.
Otros 'hacks' instalados fuera del PC
El otro prototipo de 'hack indetectable' no es tan torturador para el cuerpo, pero igualmente funciona sobre un componente externo del ordenador: la alfombrilla o el soporte sobre el que está el ratón ratón. Kamal Carter -otro youtuber especializado en este tipo de experimentos- ha optado por una aproximación menos intrusiva en el cuerpo humano. Ha diseñado una plataforma mecánica que ayuda con el apuntado al hacer creer al sensor óptico del ratón que está moviéndose cuando en realidad está casi inmóvil.
Combinándolo con un software de lectura de pantalla que desarrollo anteriormente a esta idea, identifica las hitboxes de los objetivos y los datos se transmiten a la "alfombrilla aimbot". No contento sólo con eso, le ha añadido al ratón un mecanismo analógico que hace las veces de "trigger bot" -un programa que detecta cuando el punto de mira del arma se situa sobre un objetivo- para activar el disparo sin que el usuario tenga que apretar el clic izquierdo del ratón.
En este caso, lo probó en el área de práctica de Valorant -el hero shooter de Riot Games y que sí dispone de detección de software de ayudas de apuntado a nivel kernel. Como se puede ver en el vídeo donde explica su experimento consiguió puntuaciones casi perfectas en todos los niveles de dificultad, aunque todavía tiene que probarlo en una partida real.
Si estos sistemas u otros similares se perfeccionan y comienzan a tener aplicaciones prácticas y masificadas, las desarrolladoras podrían enfrentarse a un muro infranqueable a la hora de tratar de detectar estas posibles "ayudas" al apuntado. Al no estar conectadas físicamente al ordenador sino a componentes externos y no digitales (o directamente a la anatomía de los usuarios) no existirá forma de detectar estos 'chetos'. Queda el consuelo de que o son dolorosos o extremadamente complejos y caros de producir a nivel de usuario.
Imágenes del artículo: YouTube
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