Montar un PC gaming en 2023 para jugar a todo por menos de 650 euros: ¿Qué comprar? Consejos y recomendaciones

Hoy en día es muy extraño que no haya al menos un ordenador (ya sea portátil o de sobremesa) en cada hogar. Aunque es normal comprarse o montar un ordenador para trabajar (algo muy común ahora por el auge del teletrabajo después del COVID), somos muchos los que tenemos un PC gaming como plataforma principal para jugar.

Es cierto que las consolas suponen la opción más sencilla para jugar sin demasiadas complicaciones, pero nadie puede negar que un PC gaming siempre va a ofrecer muchas más opciones y una mayor versatilidad. Estos ordenadores no dejan de ser equipos muy potentes que realmente no solo sirven para jugar, sino que también son indicados para todo tipo de tareas pesadas orientadas al diseño o incluso a la edición de vídeo.

Además, un plus que tienen los PC gaming frente a las consolas se encuentra en su relación de componentes. En un momento dado podemos diseñar y comprarnos todas las piezas necesarias para que funcione correctamente, y pasado un tiempo si queremos actualizarlo solo tendremos que invertir en piezas nuevas. Esto hace algo más de un año era más complicado (sobre todo por el precio en el que se movían las tarjetas gráficas), pero en pleno 2023 la cosa se ha vuelto mucho más sencilla.

Eso sí, este proceso de elegir una relación de componentes no es tarea sencilla. Más allá de los conocimientos de hardware que necesitamos (que no son pocos), es complicado diseñar algo que nos permita jugar a todos los juegos modernos a buena calidad y con un rendimiento notable sin gastar demasiado dinero. Por eso mismo, en este artículo hemos diseñado un ordenador muy interesante que podemos montar por 650 euros y que nos va a permitir mover cualquier juego sin problemas como el reciente Diablo IV.

¿Qué tener en cuenta al montar un PC gaming?

Llegar, elegir una relación de componentes y comprarla es un proceso que puede ser difícil e incluso tedioso para muchos usuarios. Son muchos los factores que debemos de tener en cuenta, ya que de lo contrario podríamos estar quedándonos cortos en cuanto a potencia o rendimiento. Obviamente, también puede ocurrir justo lo contrario: que estemos eligiendo algunas piezas de demasiada calidad con respecto a las demás y estemos “tirando” el dinero. Como nada de esto es lo ideal, justo a continuación vamos a poder ver algunos factores que tenemos que considerar antes de meternos en faena.

Lo primero de todo siempre será fijar un presupuesto

Vamos a comenzar con lo más básico. Como en cualquier proyecto que vayamos a iniciar, lo principal será siempre marcarnos un presupuesto. El mundo del hardware está lleno de cientos de opciones para elegir, cada una con sus ventajas e inconvenientes. Dentro del mismo componente vamos a tener mucho que mirar y estudiar si no nos queremos equivocar con la selección, y ahí el presupuesto va a actuar como una especie de marco en el que colocar todo lo que vayamos a comprar.

Lo mejor es que en este caso en particular ya tenemos fijado un presupuesto. Con la situación anterior de las tarjetas gráficas que hemos comentado más arriba sería casi imposible montarnos un PC gaming similar por menos de 1.000 euros, lo que hace que ahora estemos en un momento genial para lanzarnos a por él.

Prioriza el gasto en los componentes más importantes del PC gaming

Aunque asignar un tope en el presupuesto es lo primero y más importante que debemos hacer, no podemos obviar que repartirlo es también clave. En este punto, lo más inteligente que podemos hacer a la hora de diseñar un ordenador es priorizar al elegir primero aquellas piezas que son más caras (y también más importantes, claro). Nos estamos refiriendo en este caso al procesador, la placa base y por supuesto la tarjeta gráfica.

Ojo, con esto no queremos decir que tengamos que gastar lo mínimo posible en los componentes más económicos como la memoria RAM, el almacenamiento, la refrigeración o incluso la caja. En la selección que hay más abajo podremos ver perfectamente cómo el presupuesto se divide principalmente en los componentes más caros, pero siempre sin descuidar la inversión en el resto.

¿Qué pretensiones tenemos a la hora de jugar?

La relación que elijamos de componentes para nuestro PC gaming debe cuadrar como hemos dicho en el límite que establezcamos previamente, pero a la hora de elegir no es lo único que debemos pensar. Es importante también que sepamos nuestras pretensiones a la hora de jugar, porque obviamente vamos a necesitar un equipo para jugar a 1080p y otro muy diferente para jugar a 4K (por solo citar dos ejemplos).

En este caso, hemos creado una relación de componentes que no se sale del presupuesto marcado y que nos va a permitir disfrutar a 1080p de todos los juegos más modernos sin tener que pelearnos demasiado con la configuración gráfica o con los fps.

Tecnología actual: ¿merece la pena?

El gaming y todo lo que rodea a su hardware evoluciona realmente rápido. Cada poco tiempo, estamos viendo cómo los principales fabricantes están lanzando nuevos productos al mercado que superan (en mayor o menor medida) a los que ya hay disponibles. Es algo que hemos podido ver por ejemplo este año con la llegada de las nuevas RTX 4000 y las RX 7000 de NVIDIA y AMD, respectivamente.

Esta nueva tecnología llega siempre a un precio superior que la que tenía la anterior. Eso hace que nos plateemos si merece la pena el plus de inversión, aunque en ese caso la respuesta es bastante subjetiva y depende de un buen puñado de factores. Un ordenador con lo más actual es posible que nos dure más años rindiendo a un nivel alto, pero si apostamos por tecnología del año pasado nos estaremos ahorrando un buen dinero, podremos ir a por piezas de gama incluso más alta y aun así nos podremos asegurar un equipo longevo.

El diseño y la iluminación RGB, una prioridad para muchos usuarios

Otro punto muy a tener en cuenta a la hora de diseñarnos un PC gaming es el diseño. Es cierto que es el factor más subjetivo de todos los que hay en la lista, puesto que cada usuario va a tener unos gustos diferentes. En este punto, muchos gamers pueden preferir un ordenador con el que puedan presumir (algo que está ahora muy de moda), así que en ese equipo no puede faltar una caja llamativa con cristal templado y mucho RGB por todas partes.

Aunque esta es la tendencia actual, otros gamers prefieren lo minimalista, o dicho de otra forma, un equipo que prioriza su rendimiento frente a todo lo demás montado en una caja tradicional negra sin demasiadas florituras. El ordenador que podemos ver más abajo no va hacia ninguno de estos dos extremos, quedándose entre medias de diseño y rendimiento.

Cuidado con la compatibilidad y las dimensiones

Dejando ya de lado el rendimiento, el diseño y el presupuesto, no podemos olvidar otra cosa muy importante en el mundo del hardware. Hay que mirar siempre antes de establecer una relación de componentes si estos son compatibles entre sí, ya que de lo contrario no vamos a poder hacer funcionar el ordenador una vez montado. Lo más interesante sería partir de la elección de procesador y placa base, eligiendo a partir de ahí el resto de componentes que sean compatibles con estos. Además de la compatibilidad, es importante que elijamos bien para evitar los temidos cuellos de botella.

Al igual que la compatibilidad, otro punto muy a tener en cuenta está en las dimensiones de cada componente. Como tenemos un presupuesto ciertamente limitado en este caso no vamos a tener demasiados problemas con el espacio, pero sí que es interesante asegurarnos de tener siempre el suficiente para montarlo todo. Como apunte final, aunque al montar el ordenador podamos conformarnos con una microtorre o una caja pequeña en general quizás es interesante apostar por una de mayor tamaño. Eso nos permitirá en un futuro tener espacio de sobra si queremos actualizar nuestros componentes con piezas de mayor tamaño.

Qué comprar para un PC gaming por menos de 650 euros

El equipo que hemos diseñado en esta ocasión cuenta con un límite de presupuesto bastante ajustado, pero pese a ello cuenta con una configuración bastante equilibrada que nos va a permitir mover los juegos más actuales a 1080p sin ningún problema. No solo eso, sino que también es una opción bastante interesante si lo que buscamos es tener un ordenador para trabajar con programas de edición de vídeo o imagen y no queremos gastar demasiado en él.

Cabe mencionar que el precio es orientativo, puesto que lo que cuesta cada componente suele variar con el tiempo y el calculo está hecho en el momento de la realización del artículo. Estas son las piezas que hemos seleccionado:

• Placa base Gigabyte Aorus B550M Elite: 110,99 euros
• Procesador AMD Ryzen 5 3600: 84,76 euros
• Disipador Nox Hummer H-312: 29,59 euros
• Tarjeta gráfica MSI RX 6600 Mech 2X 8GB GDDR6: 232,23 euros
• Memoria RAM Kingston FURY Beast 16 GB: 44 euros
• SSD Crucial P3 Plus 1TB: 61,86 euros
• Fuente de alimentación Nox Urano VX 650W: 49,99 euros
• Caja Mars Gaming MC300: 34,90 euros

Precio total del PC (orientativo): 648,32 euros.

Gigabyte Aorus B550M Elite

Comenzamos esta selección de componentes con la placa base, y en este caso nos hemos quedado con una de las mejores que podemos encontrar en cuanto a calidad-precio. Se trata de la B550M Aorus Elite de Gigabyte, una placa diseñada con compatibilidad con los procesadores Ryzen de tercera generación con socket AM4 de AMD y con un formato microATX, que es algo más barato que otros modelos de mayor tamaño.

Es una placa base que nos viene muy bien y que nos va a servir durante mucho tiempo gracias a que es bastante actualizable. Admite hasta 128 GB de memoria DDR4 y SSD M.2 (incluso tiene un puerto para conectar uno PCIe 4.0, más rápido que el anterior estándar). Cuesta 110,99 euros.

AMD Ryzen 5 3600

Con la anterior elección de la placa base es bastante obvio el procesador que vamos a instalar en ella. El elegido en cuestión es el Ryzen 5 3600 de AMD, un procesador que nos va a ofrecer un muy buen rendimiento para jugar a 1080p y que se ajusta a la perfección al presupuesto que habíamos marcado. Esta versión en concreto viene sin disipador, lo que abarata todavía más su precio.

Estamos ante una CPU con 6 núcleos y 12 hilos, capaz de ofrecer una velocidad base de reloj de 3,6 GHz que puede llegar hasta los 4,2 GHz. Con un TDP de 65 W, es un procesador que nos dará mucho juego durante bastante tiempo, y lo podemos encontrar por 84,80 euros.

Nox Hummer H-312

Al no incluir un disipador que permita refrigerarse la CPU es necesario que acudamos nosotros a buscar uno compatible y que funcione bien. Por suerte, se trata de un componente bastante económico en comparación a los demás, y podemos encontrar opciones interesantes por muy poco. El ejemplo perfecto es este disipador Nox Hummer H-312, un componente con un diseño que, sin tener iluminación RGB, es bastante llamativo.

Con él vamos a tener un disipador totalmente compatible con sockets AM4, así que es perfecto para el Ryzen que tenemos más arriba. Cuenta con un ventilador de 120 milímetros y cuatro heatpipes dobles de níquel, siendo además bastante sigiloso funcionando incluso a plena potencia. Lo podemos encontrar por 29,59 euros.

MSI RX 6600 Mech 2X 8GB GDDR6

Sin tener que esperar mucho más, llega el turno de colocar en la lista el componente más caro de todos (y con muchísima diferencia). Pese a haber bajado de precio, vamos a tener que gastar bastante en la tarjeta gráfica, especialmente si queremos algo potente que nos dé un buen rendimiento durante bastante tiempo. Teniendo como límite 650 euros, la opción más equilibrada que podemos seleccionar es una RX 6600 de AMD, y en concreto este ensamble de MSI.

Esta tarjeta, la RX 6600 Mech 2X 8 GB GDDR6, es ideal para jugar a 1080p gastando relativamente poco. Cuenta con dos ventiladores potentes para mantener su temperatura a unos buenos niveles, y sus 8 GB de VRAM nos aguantarán bien durante bastante. Por 232,23 euros que cuesta en Amazon es casi imposible encontrar algo mejor.

Kingston FURY Beast 16 GB (2x8GB) 3200 MHz

Turno ahora de la memoria RAM. En este caso en concreto, la tendencia es encontrar muchos modelos diferentes con una buena dosis de RGB. Si queremos gastar poco y obtener a cambio un muy buen rendimiento debemos prescindir de esta característica, y si lo hacemos de lo mejor que podemos encontrar calidad-precio es esta Kingston FURY Beast.

Aquí lo que tenemos concretamente son 16 GB de RAM que vienen en dos módulos de 8 GB para aprovechar las bondades del dual channel. Es compatible con procesadores de AMD (y también de Intel), son de perfil bajo y su velocidad marca los 3.200 MHz, más que suficiente. Teniendo en cuenta los requisitos actuales de los videojuegos es lo mínimo que recomendamos colocar, y en este caso su precio es de 44 euros.

Crucial P3 Plus 1 TB M.2 PCIe Gen4

Ya hemos comentado más arriba que ahora es un buen momento para adquirir un PC gaming por piezas gracias a la baja generalizada de precios en las tarjetas gráficas. Esta bajada no ha llegado sola, y es que vivimos también una época donde ha ocurrido algo bastante similar en el almacenamiento, más concretamente en los SSD. Hoy en día es posible hacerse con un SSD NVMe a muy buen precio, y para el gaming es lo indicado ahora que tendremos juegos que lo piden en sus requisitos.

Para esta configuración hemos elegido el Crucial P3 Plus, un SSD NVMe PCIe 4.0 que es ideal tanto para tener instalado en él nuestro sistema operativo como un buen montón de juegos. Tiene 1 TB de capacidad, y nos va a ofrecer unas velocidades de lectura de hasta 5000 MB/s. Lo tenemos en Amazon por 61,91 euros.

Nox Urano VX 650W

Llegados a este punto no nos queda demasiado presupuesto para gastar, pero aún tenemos una pequeña cantidad reservada para dos componentes importante. El primero de hecho lo es, y mucho: de nada nos sirve tener un buen ordenador sin una fuente de alimentación lo suficiente potente como para darle la energía necesaria. En este punto es crucial no escatimar, ya que si nos quedamos cortos podemos tener muchos problemas.

Para la configuración que hemos elegido una de las mejores opciones que podemos elegir por rendimiento (y precio) es la Nox Urano VX. Este modelo cuenta con 650 W de potencia, certificado 80 PLUS Bronze y un ventilador de 120 milímetros con control PMW. Sus cables son extralargos y nos va a dar conexiones más que de sobra para lo que necesitamos. Cuesta 49,99 euros.

Mars Gaming MC300 Negro

Ya tenemos todos los componentes elegidos, ahora solo nos falta un lugar donde colocarlos. Este es quizás el elemento más subjetivo de toda la lista, ya que aquí podemos seleccionar cualquier otro modelo si este no nos convence (siempre y cuando se ajuste por presupuesto y dimensiones). En este caso, hemos seleccionado esta caja MC300 de Mars Gaming de color negro.

Por apenas 34,90 euros que cuesta vamos a tener una caja con cristal templado en un lateral, tres ventiladores frontales y uno trasero para ayudarnos a mantener un buen flujo de aire en el interior. Tiene espacio más que de sobra para la placa con todos sus componentes, además de soporte para hasta 4 SSD y 2 discos HDD en caso de que queramos ampliar con este tipo de memoria.

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Imágenes | Christian Wiediger en Unsplash, Resul Kaya en Unsplash, Martin Lopez en Pexels , Gigabyte, AMD, Nox, MSI, Kingston, Crucial, Mars Gaming

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