Nuevo capítulo en el frente abierto entre Estados Unidos y China. En el pasado mes de abril, el país asiático anunció su intención de investigar a Micron Technology, el gigante norteamericano que tiene el honor de ser el mayor fabricante de chips de la región norteamericana. Así, las entidades gubernamentales chinas tomaron esta decisión a raíz del cerco que estaba cerrando EE.UU. sobre China con la intención de debilitar su dominio en la industria de los semiconductores. Y, casi dos meses después, ya tenemos un resultado para la investigación y este es muy negativo para los intereses de Estados Unidos.
Así, como señala el portal South China Morning Post, la Administración del Ciberespacio de China ha señalado que, tras un análisis exhaustivo, consideran que los productos de Micron “conllevan unos riesgos serios en el ámbito de la seguridad de las redes”. Por ello, defienden que estos comprometen de manera significativa “la seguridad de la información crítica” vinculada a aspectos como la cadena de suministro de China. Y, en el mismo comunicado, también afirman que ponen en riesgo la seguridad nacional, un tono con el que adaptan acusaciones previas de Estados Unidos y, en definitiva, adoptan la misma postura que el país norteamericano.
Una sanción problemática para Micron
Como contamos hace unos días, el conflicto entre China y Estados Unidos afecta a las grandes compañías tecnológicas del país norteamericano. En estos momentos, el 10% de la facturación total de Micron proviene de China, razón por la que este veto sería un golpe importante para los intereses tanto de la firma como de la economía de Estados Unidos. Por ello, han anunciado su intención de cooperar con la Administración china con el objetivo de revertir esta sanción. Aunque, por el momento, no han trascendido los detalles sobre esta operación que aún está vigente.
Sea como fuere, la Administración del Ciberespacio de China tampoco ha profundizado en qué riesgos ha identificado en los chips de Micron para tomar esa decisión, un aspecto al que se suma que tampoco haya señala cuáles son los productos afectados. Sin embargo, esta decisión conlleva que la compañía no podría operar en China, un factor que pondría en riesgo el citado 10% total de la facturación que mencionamos en el párrafo anterior. Así, China ha dado un nuevo paso y, de la misma forma que ha hecho Estados Unidos con ella, está buscando la vía para debilitar a su contrincante.
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