El crecimiento sin control de la IA se convertirá en un problema muy grave para la industria energética

Unas semanas atrás, Elon Musk compartió su preocupación por un asunto peliagudo relacionado con la inteligencia artificial: la escasez energética. Tal y como señaló la cabeza visible de empresas como SpaceX, Tesla o Twitter (ahora conocida como X), en 2025 viviremos un punto de inflexión a raíz de la insuficiencia energética que, en resumidas cuentas, provocará un parón en el desarrollo de la inteligencia artificial. Y, unos días después, hemos conocido que la preocupación de Musk no solo no es individual, sino que empieza a ser generalizada.

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Como señala TechSpot en una reciente publicación, Rene Haas (CEO de Arm, la empresa que revolucionó la industria de los chips con su salida a bolsa) reconoció en una charla que la demanda energética que exige la inteligencia artificial para su entrenamiento y mantenimiento es insostenible. Así, aseguró que nos encaminamos a experimentar graves consecuencias si no logramos avances significativos pronto. Y, por ese motivo, Haas enfatizó en la necesidad de priorizar investigaciones efectivas que eviten el estancamiento en el desarrollo de la IA.

La IA firma el 4% del consumo anual en Estados Unidos

Según relató el CEO de Arm, los datos han demostrado que las empresas de inteligencia artificial con sede en Estados Unidos están detrás del consumo del 4% de energía total del país. No obstante, dicha cifra es irrisoria en comparación con lo que podrían alcanzar en 2030: entre un 20% y un 25%.Por ello, la Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que, en la actualidad, el consumo de energía para los centros de datos de IA es superior al de 2022 y que llegará a ser 10 veces más en los próximos años.

Como ejemplo, mencionan que una búsqueda en ChatGPT consume casi 10 veces más que una en Google. Por ello, estiman que el bot conversacional de OpenAI está detrás del consumo de más de 500.000 kWh al día, una cifra muy por encima de los hogares estadounidenses (cuyo gasto medio está situado en los 29 kWh diarios). Sea como fuere, la situación con la inteligencia artificial es sostenible y, si no se busca una solución o se regulariza, nos enfrentamos a un futuro en el que esta tecnología provoque una escasez energética mundial.

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Imagen principal de Massimo Botturi (Unsplash)