Elon Musk pone fecha al primer gran parón de la IA. Según reveló, la escasez provocará un punto de inflexión en 2025

La inteligencia artificial se ha convertido en la comidilla del sector tecnológico. A estas alturas, tras la irrupción de ChatGPT y el crecimiento desmedido de compañías como NVIDIA, nadie se atreve a poner techo a las posibilidades de estas herramientas. Sin embargo, existen varios aspectos relacionados con la inteligencia artificial que provocan miedo generalizado, razón por la que la ONU ha dado luz verde a la primera legislación mundial que buscará controlar el impacto de la IA.

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De hecho, una de las voces que más ha apoyado este control ha vuelto a hablar recientemente del impacto que podría tener la inteligencia artificial si no se regulariza. Hace siete años, Elon Musk abordó los problemas que podrían surgir con una IA carente de reglas. Y, según reveló durante una reciente conferencia que formó parte de Bosch Connected World, considera que la IA tiene un punto límite en su evolución por dos aspectos: la escasez de transformadores eléctricos y, valga la redundancia, la escasez de electricidad.

Cree que 2025 experimentará un punto de inflexión para la IA

Según reveló en dicha conferencia, recogida en una publicación del portal JeuxVideo, Musk cree que hay dos factores que juegan en contra del crecimiento de la inteligencia artificial. El primero de ellos es la escasez de transformadores eléctricos. En la actualidad, estos componentes son esenciales para convertir la electricidad de alta tensión en tensión utilizable por máquinas, de ahí que los superordenadores necesarios para IA consuman mucha energía y, para Musk, la demanda superará a la producción.

Al mismo tiempo, Musk hace alusión a la escasez de electricidad. Según su visión, la transición a coches eléctricos y otros aspectos similares provocará que la demanda mundial de electricidad crezca. Y, bajo su consideración, la infraestructura actual no está capacitada para satisfacer estos deseos. Por tanto, Musk considera que la escasez de recursos provocará una ralentización del desarrollo de la inteligencia artificial. Y, por ende, este progreso más lento conducirá a un freno inesperado en campos como la tecnología, la medicina, las finanzas y más.

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Imagen principal de TED (YouTube)