A estas alturas, la mayoría de los usuarios conocen la historia de la fundación de Apple. Nacida de la mano de Steve Jobs y Steve Wozniak, la compañía norteamericana es una de las marcas más reconocidas del mundo gracias a productos como el iPhone. Sin embargo, lo que algunos no saben es que, además de prescindir de Steve Jobs durante muchos años, el nacimiento de Apple no habría sido posible sin el periplo de Jobs por Atari, una de las compañías más conocidas del mundo del videojuego que, desgraciadamente, casi acaba con la industria hace casi medio siglo.
Como recoge el portal francés JeuxVideo en una reciente publicación, Atari fue la primera compañía que contrató a Steve Jobs. En el ya lejano 1974, un jovencísimo Jobs se personó en las oficinas de la compañía con un currículum falsificado con el que consiguió convencer a Allan Alcorn, conocido por ser el diseñador del icónico Pong. Como relata el propio Alcorn, Jobs despertó su interés de inmediato al tratarse de “un chaval de dieciocho años medio hippie que quería un trabajo”, un aspecto al que sumó una condición diferencial que le llevó a ofrecerle un empleo: “tenía chispa”.
Nadie quería coincidir con Steve Jobs
Sin embargo, dicha condición de hippie fue lo que llevó a Jobs a prescindir de aspectos como las duchas diarias o el desodorante, una situación que sumada a su osadía, su arrogancia y sus aires de superioridad llevaron a muchos de los empleados de la compañía a no querer trabajar con él. Por ello, Alcorn invitó a Jobs a trabajar en el sótano en horario nocturno, razón por la que se convirtió en el único ingeniero disponible en dicha franja. Así, la situación se alargó durante meses y Jobs terminó hartándose, momento en el que quiso renunciar a su trabajo para irse de viaje espiritual a la India. Y, para fortuna tanto de Jobs como de Alcorn, este último le hizo una oferta que no pudo rechazar.
Según relató Alcorn, le propuso regalarle un billete de ida a Alemania con el que podría llegar a la India de forma más barata. A cambio, le pidió ayuda con un problema de montaje que tenían los distribuidores alemanes, ya que estos carecían de fuentes de alimentación compatibles con el país. Así, Jobs ayudó a Alcorn, partió hacia la India y en su regreso se sumergió en el desarrollo de Breakout, el mayor éxito de la empresa desde Pong que, además, desarrolló junto a su íntimo amigo Steve Wozniak. Gracias a ello, Jobs obtuvo la mayor parte de los beneficios y utilizó dicho dinero para financiar los primeros pasos de Apple, una compañía que no existiría si aquel hippie con ganas de triunfar no se hubiera presentado en la sede de Atari.
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