Hace unos años, la tecnología NFT parecía llamada a revolucionar el mundo tal y como lo conocíamos. Después del confinamiento y la respectiva vuelta a la normalidad escalonada, muchas empresas y usuarios comenzaron a apostar por estos token digitales que, en resumidas cuentas, se veían como una oportunidad de acceder a contenido exclusivo a la vez que proporcionaban una oportunidad de negocio única. Y esto último, para desgracia de algunos damnificados, es lo que les ha llevado a demandar a los creadores de los ya clásicos NFT de simios digitales.
No es la primera vez que los Bored Ape de Yatch Club se ven en el ojo del huracán. Hace unos meses, muchos famosos fueron demandados a raíz de lo que los afectados señalaron como intento de estafa, ya que estos aseguraban que las celebridades gozaban de información exclusiva para exprimir las posibilidades del mercado. En esta ocasión, la demanda tiene como objetivo señalar una mala práctica que involucra a FTX, la desaparecida plataforma de criptomonedas que infló de forma artificial los precios de estos conocidos token.
Los compradores se quejan por apostar en base a un precio falso
Según relata el portal Ars Technica, el engaño comenzó durante una subasta de Sotheby's. En esta, se dio a conocer que un “coleccionista tradicional” adquirió un lote de 101 NFT de Bored Ape por 24,4 millones de dólares, una cifra que despertó el interés inmediato de aquellos que tenían curiosidad con los NFT. En resumidas cuentas, cada artículo se había vendido por un precio promedio de 241.000 dólares, importe que llamó la atención casi al instante. Sin embargo, la realidad es que detrás de esta subasta se encontraba FTX, la plataforma de criptomonedas que ya pasó a mejor vida.
En la actualidad, el precio promedio de los Bored Ape es de 50.000 dólares, casi 200.000 dólares por debajo de lo que costaron en dicha subasta que los catapultó a la fama. Por ello, multitud de famosos y celebridades han pérdido auténticas millonadas como consecuencia directa de la estabilización de este elemento; sin embargo, los demandantes creen que la situación es aún más crítica para sus bolsillos, ya que muchos confiaron en este proyecto que estaba basado desde sus comienzos en una mentira. Sea como fuere, la polémica con los NFT de los monos digitales parece no tener fin.
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