La rivalidad más famosa de Sylvester Stallone fue, sin duda, la que tuvo con Arnold Schwarzenegger. Ambos pelearon de tú a tú por ser las grandes estrellas del cine de acción de los años 80 y 90, pero podemos decir que, más allá de alguna gamberrada, su competencia quedó ahí, y no podemos afirmar que se consideren enemigos personales. Este no fue el caso de la relación, o la falta de ella, mejor dicho, que el protagonista de Rocky y Rambo mantiene, o mantuvo, con Richard Gere, otro icono de su generación.
Para conocer esta historia, tenemos que hacer un viaje de más de 50 años atrás en el tiempo, cuando dos jovencísimos Stallone y Gere, que apenas estaban comenzando sus carreras cinematográficas, se enzarzaron durante la producción de Días felices (The Lords of Flatbush, 1974), una comedia dramática sobre pandillas callejeras en el Nueva York de los años 50. Este conflicto llevó a los directores del filme a tomar la decisión de prescindir del futuro protagonista de Pretty Woman para evitar males mayores en el set de un largometraje que, por cierto, puedes encontrar disponible para ver en Filmin.
"El papel original de Chico, interpretado por Perry King, iba a ser interpretado por Richard Gere, pero nunca congeniamos", recordó Stallone en una entrevista. "Se pavoneaba con su enorme chaqueta de motorista, como si fuera el caballero más malo de la mesa redonda. Un día, durante una improvisación, me agarró (estábamos simulando una escena de lucha) y se dejó llevar un poco. Le dije amablemente que se tranquilizara, pero estaba completamente metido en su personaje y era imposible tratar con él". No obstante, lo peor no fue ese encontronazo, sino otro que tuvieron durante un descanso para comer.
"Luego estábamos ensayando en Coney Island y era la hora de comer, así que decidimos hacer un descanso. El único sitio cálido era el asiento trasero de un Toyota. Yo estaba comiendo un perrito caliente y él se subió con medio pollo cubierto de mostaza, con la grasa casi goteando del envoltorio de aluminio. Le dije: 'Eso va a gotear por todas partes'. Me respondió: 'No te preocupes'. Le dije: 'Si me manchas los pantalones, te vas a enterar'. Procedió a morder el pollo, y un pequeño y grasiento río de mostaza cayó sobre mi muslo. Le di un codazo en un lado de la cabeza y básicamente lo empujé fuera del coche. El director tuvo que tomar una decisión: uno de nosotros tenía que irse, el otro tenía que quedarse. Richard fue despedido, y hasta el día de hoy, le sigo cayendo muy mal. Incluso cree que soy el responsable del rumor del jerbo. No es cierto... pero eso dicen". (Ain't It Cool News / vía Espinof)
Richard Gere en Días del cieelo (1978).
Teniendo en cuenta que en esta película no estaban para hacer dispendios de vestuario, que te mancharan la camiseta no debió sentar bien a Stallone. En cualquier caso, repetimos, los directores del largometraje (Martin Davidson y Stephen Verona) tuvieron que prescindir de alguien, y optaron por decirle adiós a Gere. No sabemos por qué lo eligieron a él, ya que ambas estrellas aún eran desconocidas, pero suponemos que sería menos problemático sustituirle a él que a Stallone. Gere volvió al teatro, y años más tarde le llegó la fama gracias a clásicos aclamados como Días del cielo (Days of Heaven, 1978) y, sobre todo, American Gigolo (1982). Pero si creías que su historia con Rambo acabó ahí, todavía no conoces la trifulca que, a finales de los 90, volvieron a protagonizar.
20 años después casi llegan a las manos
En su autobiografía Me (2019), rescatada desde AlloCiné, Elton John relató que, en una fiesta en su casa, Richard Gere y Sylvester Stallone estuvieron a punto de pelearse a causa de la princesa Diana. Al parecer, Gere y Diana eran muy cercanos, lo que habría provocado celos en Stallone. Cuando se encontraron cara a cara en un pasillo, los dos actores estuvieron a punto de llegar a las manos, antes de ser separados. Stallone abandonó la fiesta furioso, diciendo que no habría ido si hubiera sabido que "el Príncipe Azul" (Gere) estaría allí. Desde luego, se llevan muy mal. Además, nunca han coincidido en pantalla.
Imagen | Tulsa King
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