Si os invitara a definir cómo es Snake Plissken, posiblemente muchos de vosotros me lo describiríais como el prototípico antihéroe de ciencia ficción, un lobo solitario, cínico y de férrea determinación; en definitiva, un tipo al que le importa todo un carajo, que tiene más de criminal que de cualquier otra cosa. Pero al crearlo, John Carpenter tenía claro que el protagonista de 1997: Rescate en Nueva York y 2013: Rescate en L.A. era mucho más héroe de lo que creemos, y así nos lo hizo saber en 1996 cuando estaba promocionando el segundo film.
"Lo que define a un héroe es una unidad de propósito... Es un enfoque muy, muy firme. Eso es lo que siempre ha definido a un héroe en la literatura y en el cine, y Snake lo tiene. Se está enfocando en una sola cosa: va a salvar su pellejo. Es un hombre muy malo e inocente. Nada puede cambiarlo. Es incorruptible", contó el también director de La Cosa en declaraciones recogidas por la revista Sci-Fi Entertainment allá por 1996. Y visto así, la verdad es que no le falta razón. A lo largo de las dos películas de la duología de ciencia ficción, Plissken demuestra ser un superviviente nato con una determinación inquebrantable, solo que no parece estar preocupado por salvar el mundo, o por salvar a la chica, como solemos tener interiorizado a la hora de pensar en grandes héroes, sino para salvarse él.
"Es mi propio alter ego, al que seré eternamente fiel"
Pero muy posiblemente, Snake, como John Rambo, un poco también a su manera, eran héroes. Forajidos cuyo único principio moral es no ceder, buscar una independencia total, pensando siempre en ellos mismos, lo que al mismo tiempo les terminaba por convertir en personajes fiables en un mundo lleno de mentiras. Curioso, ¿no? Ahora bien, ya que estamos repasando viejas declaraciones de John Carpenter: ¿en qué se inspiró a la hora de dar vida a este personaje el director y sus socios creativos? Siendo yo tan fan de Clint Eastwood como soy, es indudable que la figura del hombre sin nombre influyó en el cineasta, pero hubo más cosas: "El personaje es una combinación de mi odio a la autoridad y un tipo que conocí en el instituto que fue a Vietnam y volvió completamente cambiado. Se convirtió en Snake. Tenía esta fuerza interior, como si ahora supiera de qué va la vida", contó Carpenter en otra charla publicada también hace 30 años.
"Snake es un personaje genial, y es difícil no quererlo de verdad, haga lo que haga. Su código moral es incorruptible. Solo le importan los próximos 60 segundos. Le da igual matarte, le da igual salvarte. Solo quiere seguir adelante. No le importa ninguna causa porque todo le aburre. Ya ha estado allí y ya lo ha visto. Lo primero que dice cuando llega y le plantean su misión es: '¿Qué quieres? Sé que quieres algo; no me habrías traído aquí si no fuera así'. En cierto modo, es un personaje harto del mundo, pero también es extremadamente divertido porque es muy irreverente. Le importa una mierda. Es mi propio alter ego, al que seré eternamente fiel si puedo".
Desde luego, sí que es un personaje genial, y un héroe a su manera. Y es que, sea como fuere, al menos nos dejó cuatro horas de cine muy divertido y con muchos momentos míticos que influyeron en creadores de la industria tan importantes como Hideo Kojima. 1997: Rescate en Nueva York y 2013: Rescate en L.A. son dos películas geniales que, si bien la primera es mejor que la segunda, no me canso de verlas. Tú qué opinas, ¿cómo definirías a Snake? ¿Lo podemos considerar un héroe? ¿Un antihéroe? ¿O es más malo que la peste, solo que en contraste con el resto de personajes parece bueno? Un poco de todo, supongo.
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