Hay películas que tienen un encanto único y El Quinto Elemento es una de ellas. Es cierto que casi todas las películas de Luc Besson se caracterizan por tener un estilo único, uno en el que, todo sea dicho, constantemente sientes la dicotomía entre la belleza estilística de sus obras y la sensación de que algo va a ir mal. Lo sentí viendo El profesional o Lucy y lo siento cada vez que veo esta cinta, aunque sean dos propuestas totalmente opuestas. No necesariamente tiene porqué ser así, más aún si tenemos en cuenta que esta película se nutre muchísimo del humor, pero no puedo evitarlo. Hay algo de su narrativa que me hace sufrir cada vez que la veo y, con todo ello, es de mis favoritas de la ciencia ficción con diferencia.
Hace pocos días os hablaba de que Fantasmas de Marte había conseguido impactarme con tan solo una escena. Sin entrar en la sensación abrumadora que supone encontrarte cabezas clavadas en picas con 7 años, con El Quinto Elemento me pasó algo similar. Recuerdo la primera vez que vi la escena de Leeloo siendo reconstruida y escapando del laboratorio a la perfección. Me pareció espectacular. Sin embargo, vamos poco a poco puesto que, aunque esta cinta no está disponible para ver en ninguna plataforma de streaming actualmente, me apetece muchísimo que la recordemos. A lo mejor en algún momento tenemos suerte y nos la ponen.
Dónde ver El Quinto Elemento
Cuando la película comienza nos encontramos con un escenario en el que cada 5.000 años aparece un gran mal que el ser humano tiene que contrarrestar. Sin embargo, una civilización alienígena considera que el lugar donde se guarda el arma ya no es seguro y se la lleva hasta que sea necesaria volver a usarla. Ya en el siglo XXIII, este mal parece haber regresado y la intervención del villano y empresario Zorg lo complica todo. El arma es destruida y, más tarde, recreada, dando lugar a una chica con capacidades increíbles que está confusa.
Por azares del destino, esta acaba en el taxi de Korben Dallas, interpretado por Bruce Willis, quien pronto se siente atraído por la chica e implicado en un viaje que consta de viajes espaciales, razas alienígenas, un poco de magia y la responsabilidad de salvar el mundo.
Esta historia se trata de una idea que surgió de la mente del director cuando apenas era un adolescente y que se materializó unas pocas décadas después. Uno de los principales inconvenientes con los que se encontró fue encontrar a los actores adecuados. Finalmente, Milla Jovovich fue la encargada de interpretar a Leeloo con mucho acierto porque, aunque actualmente estemos a verla con cara de mala leche en la saga Resident Evil, la verdad es que consigue representar al personaje de una forma muy graciosa y consigue transmitir el dramatismo necesario cuando hace falta. El resto del reparto es también increíble. Ya os he comentado la presencia de Willis como coprotagonista, pero también encontramos a Gary Oldman como villano o a Chris Tucker en uno de los papeles más icónicos de la cinta.
Si ya la conocéis o estáis viendo las imágenes, os daréis cuenta de que la película guarda una identidad visual bastante particular. Eso es porque en ningún momento duda en crear un imaginario bastante potente y creativo. Es cierto que se inspira mucho en algunos momentos en Blade Runner, pero lo extiende mucho más allá con una representación extrema del espacio, lo cual, a nivel personal, me gusta muchísimo. Para representaciones que intentar ser realistas tenemos otras de también gran calidad como Interstellar o Marte.
A todo esto tenemos que sumarle que estamos ante una película muy divertida, con un ritmo muy bueno a lo largo de las más de 2 horas que dura y en la que pasan toda clase de situaciones, incluso musicales. Y eso me lleva a hablar del reto imposible que lanzó esta película.Para los que recordéis la famosa escena de la ópera, sabéis que la Diva Plavalaguna canta una pieza que pasó a la posteridad. Muchos seres humanos han intentado recrear esta obra que en realidad estaba cantada por Inva Mula-Tchako, pero no han podido. ¿El motivo? Se hicieron cambios por ordenador para que el extraterrestre alcanzara notas que el ser humano no podía o, más bien, el ritmo al que las alcanzaba. Para que nos entendamos, habían saltos de notas imposibles y muy rápidos. Eric Serra se encargó de crear algo totalmente inalcanzable. Y a lo mejor estáis pensando en personas como Jane Zhang, la cual lo hace bastante bien todo sea dicho, pero no, tampoco lo consiguió. A día de hoy no hay nadie que lo haya logrado y no tiene pinta de que vaya a suceder.
Sin embargo, la película es genial y merece muchísimo la pena verla, sobre todo para los más jóvenes que no la conozcan. El problema es que no está disponible actualmente en ninguna plataforma de streaming, por lo que, en caso de querer hacerlo, os recomiendo que os hagáis con su versión Blu-ray a través de Amazon, ya que está bastante bien de precio y es una joya que merece estar en la estantería.
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