Hay anécdotas sobre el cine que, una vez que las conoces, transforman por completo tu forma de ver una película. Esos pequeños detalles ocultos tras el telón que, cuando salen a la luz, hacen que vuelvas a mirar esas escenas icónicas de una manera diferente. En este caso, hablamos de una de las películas más representativas de la ciencia ficción y del terror, la primera película de la saga Alien: Alien, el octavo pasajero.
Una escala colosal, un truco de toda la vida
Uno de los momentos más impactantes del film es el descubrimiento del alienígena gigante momificado, el legendario "Space Jockey", una imagen que en el momento del estreno de la película, y durante décadas después, generó un sinfín de teorías e interpretaciones desde su estreno. Hasta que llegó Prometheus, claro. Sin embargo, lo que quizá no sabías es que detrás de este imponente momento de la película, y del majestuoso set en el que fue filmado, se esconde un truco cinematográfico tan sencillo como brillante: Ridley Scott utilizó a sus propios hijos, Jake y Luke Scott disfrazados de astronautas en miniatura, para rodar esa escena inolvidable.
Este truco, aunque sencillo, fue clave para enfatizar la majestuosidad de la escena. En las tomas donde vemos a los personajes explorando la base de lo que parece el puente de mando de la nave estrellada, esos pequeños astronautas que se ven no son los actores adultos, sino los hijos de Scott y el niño de uno de los cámaras. La diferencia de tamaño entre los niños y el decorado hizo que la criatura alienígena pareciera aún más imponente. Es un truco visual que pasa completamente desapercibido hasta que alguien te lo señala, y entonces te das cuenta de lo brillante que fue esta decisión. El problema es que ahora ya no vas a poder dejar de ver a los niños cada vez que revises la película.
Jake y Luke Scott en una imagen del documental sobre la producción de Alien
Un truco barato con un resultado espectacular
Esta solución no solo fue ingeniosa desde el punto de vista creativo, sino también una maniobra pragmática por parte de Scott. En su momento, Fox, el estudio encargado de financiar la película, consideraba que la construcción del set del Space Jockey era un gasto excesivo para lo que, a sus ojos, era solo una escena de transición. Scott, sabiendo que esta secuencia era esencial para establecer el tono y la magnitud de la amenaza alienígena, luchó por mantenerla en el guion y asegurar que fuera lo más espectacular posible. Cuando finalmente consiguió el presupuesto para filmarla, decidió aprovechar al máximo los recursos disponibles, y de ahí surgió la idea de utilizar a niños en los trajes espaciales. Este tipo de soluciones creativas no eran raras en los años 70 y 80, cuando los efectos especiales prácticos dominaban la industria.
El rodaje de la escena no fue nada fácil. Los trajes espaciales utilizados en Alien eran extremadamente incómodos y pesados para los actores. Forrados con nylon y sin ningún sistema de ventilación o refrigeración, se convirtieron en una verdadera pesadilla, especialmente cuando las temperaturas durante el rodaje superaban los 30 grados debido a una ola de calor. Los actores, incluyendo a los hijos de Scott, sufrían golpes de calor y debían tomar descansos frecuentes para evitar desmayarse. De hecho, se tuvo que mantener un tanque de oxígeno en el set para reanimar a los actores cuando las condiciones se volvían insoportables.
Diseño original de H.R. giger par ael Space Jockey
Mereció la pena: Según se cuenta en el documental oficial sobre el rodaje de la película,cuando Alien se estrenó en 1979, algunos espectadores reaccionaron con auténtico horror ante la visión del Space Jockey. De hecho, cuando diferentes elementos procedentes de la producción de la película, incluyendo el traje del alienígena, fueron exhibidos fuera del Egyptian Theatre en Hollywood durante el estreno de la película, un grupo de personas religiosas prendió fuego a exposición, convencidos de que la figura era "obra del diablo".
Este tipo de reacciones son una prueba del impacto que tuvo el diseño de H. R. Giger en la estética de Alien. Su colaboración con Ridley Scott fue fundamental para crear ese ambiente opresivo, sexual, diabólico, malsano y alienígena que hizo de la película un clásico instantáneo. Si tienes una suscripción a Disney+, no dudes en poner de nuevo Alien, el octavo pasajero y revivir una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos.
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