Este fin de semana se estrena Indiana Jones y el dial del destino, el regreso a las salas de cine de uno de los mayores héroes del séptimo arte. Sobre la saga ya hablamos hace unos días sobre uno de sus guiños al universo Star Wars, pero hoy, aprovechando la filmografía de su director, queremos pararnos en uno de los momentos más significativos que hemos tenido de la prolífica saga de X-Men.
Puede que su nombre os vaya a sonar mucho ya que está vinculado a un proyecto de Star Wars y otro de DC Studios para el reboot cinematográfico de James Gunn, pero la carrera de James Mangold en Hollywood se remonta cerca de 30 años, habiendo cogido la batuta de varios proyectos muy aclamados a comienzos de siglo como Identidad, En la cuerda floja y El tren de las 3:10. Para los 2010, y con este bagaje irreprochable, el cineasta aceptó el desafío de liderar una película de superhéroes. Concretamente se hizo cargo de Lobezno inmortal. Su trabajo no recibió tanto apoyo como sus producciones ajenas al género, pero sí le valió la confianza de 20th Century Fox para repetir con el personaje en Logan.
Y aquí sí, Mangold lo bordó. Logan no solo es para mí la mejor película sobre los mutantes que ha estrenado el estudio ahora propiedad de Disney, sino la mejor historia sobre un personaje de Marvel que se ha producido. Por supuesto, con tantos lanzamientos estos años como Capitán América: El Soldado de Invierno, o míticos como Spider-Man 2, esto se puede rebatir sin problemas, pero me sirven para dejar claro que el director sabe lo que hace aquí.
Un gran ejemplo de meta-referencia a los X-Men
Es más, Mangol tuvo la maestría suficiente como para incorporar los propios cómics a la narrativa de una historia, haciendo de Logan un film aún más redondo. Hemos visto muchas cintas de Sony, Marvel Studios y Warner Bros. donde se pueden ver referencias a los cómics en los que se basan, pero ninguna puede presumir de haberle dado una importancia mayor, diseñando expresamente para la ocasión unas historietas que narran las andanzas de la Patrulla X por esta Tierra, aunque, como explica Jackman después, sea casi todo pura ficción.
"Esto ocurrió cuando íbamos muy avanzados en el proceso de escritura. Jim tuvo la idea de crear esta especie de metacruce donde los cómics de los X-Men realmente existen en el mundo de Wolverine. Me pareció maravilloso, y nos dio la oportunidad de hacer un guiño a los cómics en la película" - Declaraciones a Inverse de François Audouy, diseñador de producción de Logan
Las grapas se pueden ver en varios segmentos del film, pero es exactamente en el minuto 56 con 42 segundos en el que queremos pararnos un momento. Es ahí cuando Logan recrimina a X-23, tumbada en la cama viendo la tele junto a Charles Xavier, que lea cómics de los X-Men. "Esto es un cuento. La mitad de todo esto es mentira y el resto a medias. En el mundo real la gente muere y ningún capullo engreído en leotardos puede evitarlo", espeta Hugh Jackman a Dafne Keen.
Pero estuvo a punto de quedarse en una idea
Más adelante, estos cómics demostrarán ser un vehículo de la trama aún más profundo, pero evitaremos profundizar más ahí para no caer en más destripes de los necesarios. Solo diremos que, en efecto, tales historietas no son grapas reales de los X-Men, pero desde el equipo de dirección de arte quisieron darle todo el mimo suficiente para que así lo pareciera, motivo por el cual ficharon a Joe Quesada, dibujante y editor en jefe de Marvel durante muchos años.
Logan puede verse a través de Disney+, donde también están disponibles el resto de las apariciones de Hugh Jackman como el mutante en cines. Al actor australiano lo volveremos a ver una vez más como Wolverine en Deadpool 3.
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