Las trilogías cinematográficas basadas en la obra del imprescindible J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos y El Hobbit, una más que otra, han dejado una marca imborrable en la historia del cine. Estas adaptaciones lograron lo que durante varias décadas se consideró que era imposible, llevar la Tierra Media a la gran pantalla, y transportar a los espectadores a un viaje épico acompañados por elfos, enanos, hobbits y criaturas de gran poder. Fueron un rotundo éxito tanto en taquilla como en la crítica y supusieron un antes y un después dentro de la industria a la hora de enfrentar este tipo de superproducciones.
Sin embargo, en un primer momento, algunos grandes actores de Hollywood rechazaron participar en el proyecto. Por ejemplo, Sean Connery dijo que no al papel de Gandalf, ahora ya eternamente vinculado a la maravillosa interpretación de Ian McKellen. Una decisión que seguramente lamentó posteriormente. También una joven y premiada actriz se quedó fuera de la fantasía de Tolkien y de un papel fundamental en la trilogía de El Hobbit, pero que finalmente se retiró del proyecto: la galardonada Saoirse Ronan.

El moderado éxito de El Hobbit
Antes de sumergirnos en la historia de Saoirse Ronan y su relación con El Hobbit, es importante contextualizar el impacto de esta trilogía en el terreno cinematográfico. La serie de películas de El Hobbit, dirigida por Peter Jackson, servía como precuela a la trilogía de El Señor de los Anillos, alimentando sus propias expectativas en el tremendo éxito de aquella primera trilogía. A pesar de que las películas de El Hobbit lograron un gran éxito financiero, su recepción por parte de los fans y la crítica fue más moderada que la de la trilogía original.
Mientras que El Señor de los Anillos fue aclamada por su fidelidad a la fuente literaria y su enfoque en personajes bien desarrollados, El Hobbit fue para muchos una una expansión innecesaria y una desviación del tono oscuro y maduro de los anteriores films. La decisión de convertir una novela relativamente corta en tres largometrajes pasó factura a Jackson, que se vio obligado a recurrir a una gran cantidad de escenas excesivamente largas y material ajeno a la novela original para completar el metraje total de las tres películas.

Saoirse Ronan: Una carrera en ascenso
En medio de la expectación que rodeaba el inicio de la producción de El Hobbit, una joven actriz irlandesa llamada Saoirse Ronan comenzaba a destacar en la industria cinematográfica. Desde su debut en Expiación con solo 13 años, Saoirse Ronan demostró un talento inmenso y fue nominada al Premio de la Academia como Mejor actriz de reparto. Algo realmente meritorio para su edad que la convirtió en la séptima intérprete más joven en lograr dicha candidatura.
Ronan siguió cosechando éxitos en su carrera, participando en una variedad de géneros cinematográficos que abarcan desde dramas hasta películas de acción. Su versatilidad interpretativa y su capacidad para sumergirse en roles desafiantes la llevaron a convertirse en una de las actrices jóvenes más respetadas y solicitadas en Hollywood. Sin embargo, a pesar de su creciente fama, Ronan mantuvo un perfil relativamente bajo y una ética de trabajo impresionante. En este sentido, uno de los momentos más curiosos de la carrera de Ronan ocurrió cuando se le ofreció la oportunidad de unirse a la trilogía de El Hobbit en el papel de Itaril, un personaje que para sorpresa de los fans más acérrimos de la obra literaria del Profesor Tolkien, fue creado específicamente para la ocasión.
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Itaril era una elfa del Bosque Negro y se esperaba que desempeñara un papel crucial en la trama de las películas. La idea de ver a Saoirse Ronan en el papel de un elfo en el universo de Tolkien emocionó a muchos fans ya que adelantaba un posible trabajo impresionante por parte de la joven actriz. Sin embargo, en un giro sorprendente, Ronan decidió rechazar la oferta para unirse a El Hobbit. Su razón, como explicó más tarde en una entrevista para Empire, fue que el compromiso requerido para la trilogía completa habría limitado su disponibilidad para otros proyectos. Aunque fue una decisión difícil, Ronan eligió seguir su carrera de manera más flexible en lugar de atarse a una larga producción.

El impacto en la carrera de Saoirse Ronan
El rechazo de Saoirse Ronan al papel no tuvo un impacto negativo en su carrera. De hecho, continuó acumulando elogios y reconocimientos por su trabajo en una variedad de películas notables, incluyendo Gran Hotel Budapest, Mujercitas y Lady Bird, que le valieron dos nominaciones adicionales al Premio de la Academia.
La trilogía de El Hobbit habría supuesto una oportunidad de trabajar nuevamente con Peter Jackson, quien previamente la dirigió en The Lovely Bones. Sin embargo, es interesante reflexionar sobre cómo su participación en El Hobbit podría haber influido en su trayectoria. La trilogía de El Hobbit atrajo a gran cantidad de público y habría expuesto a Ronan a un nivel de reconocimiento global aún mayor. Nunca sabremos cómo habría interpretado el papel de Itaril, y tampoco cómo habría sido su trayectoria dentro del Universo Cinematográfico de Marvel.

La oportunidad perdida en el Universo Marvel
Curiosamente, la relación de Saoirse Ronan con las películas de gran presupuesto no se limita a El Hobbit. En dos ocasiones, estuvo cerca de unirse al Universo Cinematográfico de Marvel Studios, pero ambas oportunidades también se le escaparon de las manos. La primera oportunidad se presentó cuando se le ofreció el papel de la Bruja Escarlata en Vengadores: La Era de Ultrón. Dado que no aceptó el papel, imaginamos que por el mismo motivo por el que rechazó participar en El Hobbit, esta superheroína finalmente fue interpretada por Elizabeth Olsen en la película.La segunda oportunidad surgió en relación con la versión cinematográfica de Cuatro Fantásticos de Josh Trank, en la que Ronan intentó obtener el papel de la Mujer Invisible, que finalmente interpretó Kate Mara.

En el mundo del cine, las decisiones sobre qué roles aceptar y cuáles rechazar son cruciales para la construcción de la carrera de un actor, especialmente cuando se trata de proyectos tan grandes. Saoirse Ronan ha demostrado ser una actriz con una visión clara de qué quiere hacer, más allá de la notoriedad y el éxito económico inmediato, eligiendo papeles que desafían sus habilidades y le brindan la oportunidad de trabajar en diversos géneros y directores de la talla de Wes Anderson o Ryan Gosling.